En medio de un escenario polarizado y con un precoz clima electoral, que el MAS impuso y la oposición que forma parte de la derecha tradicional siguió fielmente (PDC, Sol.Bo, UN, UDC, etc.), no marchamos con ninguno y este 21F decimos #QueSeVayanTodos.

Violeta Tamayo Politóloga - Militante de la LORCI y Pan y Rosas
Martes 21 de febrero de 2017
Imagen: marcha del Magisterio Paceño #21F
En medio de un escenario polarizado y con un precoz clima electoral, que el MAS impuso y la oposición que forma parte de la derecha tradicional siguió fielmente (PDC, Sol.Bo, UN etc), se vive este 21 de febrero con alta tensión política, cumpliéndose un año del Referendo Constitucional con el que el gobierno buscaba ansiosamente la re postulación de Evo Morales y donde el “No” ganó con el 51,3 %. Ante los anuncios del MAS de que pese este resultado, la reelección continuará, se organizaron diversas movilizaciones a favor y en contra.
Este panorama entre el MAS y la oposición de derecha, donde la nueva y la vieja élite al servicio de la clase dominante buscan medir fuerzas rumbo al 2019, coincide además con las manifestaciones de sectores populares como los cocaleros de los Yungas (sector había anunciado el día domingo por medios radiales, que no irían a ninguna de las dos marchas), quienes fueron brutalmente reprimidos el día de ayer y la mañana de hoy por la policía, al defender la coca de cultivo tradicional que el gobierno busca afectar en beneficio de la coca excedentaria del Chapare, última que pertenece al sector privilegiado y electoralmente más útil para el oficialismo.
Con la señalada polarización entre el “21F en defensa del NO, las constitución y democracia” y “el 21F ‘día de la mentira’” (como lo llama el MAS), han quedado inviabilizados los sectores populares independientes tanto del gobierno como de la oposición burguesa. Quedan entre medio a múltiples voces que no se identifican con ninguna de las caras visibles por el “Sí” ni por el “No”, pues al final del día tanto el gobierno como la vieja derecha están al servicio de los ricos y poderosos: del capital transnacional al que se le ha entregado gran parte de nuestros recursos ahora como en el pasado; de la CAINCO y los agroindustriales a quienes se les entregaron importantes beneficios como ser vergonzosos préstamos de nuestros aportes de jubilación, entre otras políticas que van en desmedro de los derechos obreros, indígenas, de la juventud precarizada, el movimiento estudiantil y las mujeres, y mucho más ahora que la crisis producto de nuestra dependencia de las materias primas se viene manifestando con despidos, recortes y mayor entreguismo de RRNN.
Evidentemente, existe un importante y legítimo descontento contra las políticas anti-populares del MAS, que se vienen manifestando en las calles con movilizaciones obreras de tipo sectorial, como ser la de la Caja Nacional de Salud (o anteriormente por los casi 1000 despidos de ENATEX) u hoy con las voces campesinas que salieron desde los Yungas y a quienes desde el Estado se respondió con más y más represión, como a los indígenas del TIPNIS, de Mallku Khota o de Takovo Mora los pasados años.
Sin embargo, las movilizaciones por el “NO” donde se ha mezclado de todo (desde la derecha opositora oportunista hasta la izquierda incapaz de diferenciarse), no están siendo capitalizadas por estas necesidades de los trabajadores. La vieja derecha está buscando tomar rédito de ésta movilización y lo está consiguiendo, así como el MAS ha sacado todo su aparato estatal para poner en las calles a miles por el “SI”, por medio de prebenda y cooptación. Sin la clase obrera ni sectores populares que encarnen este descontento de manera real y contundente, todo se reduce a ser terreno de disputa entre las variantes burguesas, quieran o no verlo algunas organizaciones que se reclaman de izquierda o “progresistas”, que se suman acríticamente a estas movilizaciones.
Es una lástima ver por ejemplo, que el Partido Obrero Revolucionario (POR), con la fuerza del magisterio urbano paceño del que tiene la dirección, que podría haber llamado a una movilización claramente independiente y con distención absoluta de los sectores oportunistas de la vieja derecha, vive una suerte de adaptación y asimilación a este panorama de polarización. Esto mismo se observa en los sectores juveniles de la UMSA.
Desde la Liga Obrera Revolucionaria (LOR-CI), la Agrupación de Mujeres Pan y Rosas y la Casa Obrera y Juvenil, vemos este complejo escenario como una treta más donde se nos pretende llevar a escoger entre uno y otro de los cánceres que perpetúan la desigualdad social y económica. Nos negamos a ser parte de las filas que engrosan las movilizaciones por el “NO”, donde no hay una distinción clara entre quienes realmente quieren enfrentar de manera estructural los problemas económicos y sociales, y quienes simplemente buscan montarse sobre el descontento para utilizar nuestra indignación como escalera. No marchamos con ninguno de estos sectores y este #21F decimos #QueSeVayanTodos.
Quienes nos reivindicamos socialistas revolucionarios y revolucionarias, apostamos a que la fuerza de aquellos que luchan cotidianamente frente a las políticas antipopulares del MAS, así como lo hicieron trabajadores, campesinos y FEJUVES en la Guerra del Agua el 2000 y en la Guerra del Gas el 2003, se canalice y organice por forjar una alternativa verdaderamente anticapitalista al servicio de la clase obrera y los sectores empobrecidos, y que a la par luche contra la opresión de la mujer y por los derechos de la juventud, lo que supera de lejos el panorama puramente electoral. Esa lucha está planteada y la discusión por la re-postulación presidencial, para nosotras y nosotros, es solo un llamado más de atención para forjar los cimientos por esa alternativa que se construirá en el día a día desde las fábricas, centros mineros, talleres y otros centros de trabajo, aulas y calles.