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Estado Español

Izquierda. Anticapitalistas y Podemos, una separación amistosa

Anticapitalistas abandona Podemos Andalucía de la manera menos molesta posible para el proyecto de Iglesias ahora que es parte del gobierno de la quinta potencia imperialista europea junto al PSOE.

Santiago Lupe

Santiago Lupe @SantiagoLupeBCN

Miércoles 12 de febrero de 2020

A última hora de este miércoles se anunciaba la salida de Anticapitalistas de Podemos en Andalucía. Lo hacían Teresa Rodríguez y Pablo Iglesias en un video en el que se presentaba la decisión como fruto de un acuerdo al que habrían llegado Anticapitalistas con el que es ya el vicepresidente del gobierno del Estado español, para que la separación no dañara a la formación morada a la que Rodríguez ha deseado suerte.

La ya excoordinadora general ha comenzado señalando que el proyecto político que impulsaron juntos hace ahora seis años “ha cambiado el panorama político de este país” y que siguen “compartiendo a día de hoy los motivos que nos llevaron a su fundación”. Reconoce que existen “diferencias políticas estratégicas que es importante no ocultar, conocer y tratar con respeto”, aunque solo menciona al pasar la “discrepancia del gobierno de coalición”. Presenta estas formas “civilizadas, respetuosas, empáticas, incluso cariñosas”, oponiéndolas a otras que serían “agresivas, violentas y patriarcales”.

Sin embargo el problema no es (solo) el tono, sino que lo qué se dice anuncia una ubicación frente al nuevo gobierno de lealísima oposición y colaboración. No olvidemos que el partido del que hoy sale Anticapitalistas será nada menos que parte del gobierno que ya ha anunciado que no derogará las reformas laborales, ni el pensionazo, seguirá pagando la deuda, negará el derecho de autodeterminación, mantendrá los CIEs abiertos, las misiones militares en el exterior, las bases como la de Rota o seguirá defendiendo los intereses de las multinacionales imperialistas españolas en todo el mundo. La posición ante este nuevo gobierno será sin embargo la de una “civilizada, respetuosa, empática, incluso cariñosa” indiferencia.

Rodríguez anuncia que dan un paso atrás, para dejar que un nuevo equipo dirija Podemos en Andalucía, pero a la vez reitera que su apuesta seguirá siendo desarrollar Adelante Andalucía – la marca electoral formada hasta ahora por Podemos e IU – y que se mantenga como un espacio “amplio de la izquierda andaluza”, dejando pues la puerta abierta a seguir contando con quienes hoy son ya ministros y ministras de Su Majestad.

Concluye señalando que espera que sea su organización la que se esté equivocando respecto a la cuestión del cogobierno y deseándole suerte a Iglesias y su equipo. Da aire así a la ilusión, tan trabajada desde Unidas Podemos, de que su presencia en el gobierno será la garantía de la resolución de los problemas sociales de las mayorías, y que es el principal acicate para la desmovilización social.

Iglesias le responde agradeciéndoles hacer las cosas así, algo de esperar. Nada podría ahora mismo molestar más a Podemos que emergiera una voz con llegada que cuestionara, como se merece, tanto su integración en el gobierno social-liberal encabezado por Sánchez, como todas las claudicaciones programáticas y acatamientos de los consensos del 78 de los que han dado muestra en apenas dos meses.

Esto, y no una leal y pactada salida, es lo que Anticapitalistas debería proponerse. Que su ruptura no sea una decisión organizativa para levantar un nuevo proyecto político con los mismos mimbres programáticos de reforma de lo posible, aceptación del marco constitucional del 78 y una táctica diferente respecto al cogobierno que limite la subalternización al PSOE y sus gobiernos al soporte parlamentario a los mismos.

Este ha sido el proyecto que han venido defendiendo hasta ahora desde la dirección de Podemos Andalucía, cuya mejor expresión ha sido el “ayuntamiento del cambio” de Cádiz, en la misma línea que los consistorios de Colau en Barcelona, Carmena en Madrid o Santiesteve en Zaragoza.

Teresa Rodríguez, hasta ahora coordinadora general, no optará pues a la reelección en la asamblea ciudadana del próximo mes de mayo. Ni ella, ni ningún miembro de su equipo. La decisión se suma a la cadena de salidas en diferentes territorios, como Madrid, Catalunya, País Vasco o Baleares, en los últimos meses.

Anticapitalistas sí se mantendrá al frente del grupo parlamentario y la coalición Adelante Andalucía. Convertir esta marca, hegemonizada desde su creación por Rodríguez, en una entidad con plena autonomía política y financiera – siguiendo el modelo de los Comunes en Catalunya liderados por Ada Colau - ha sido el principal caballo de batalla entre el sector afín a Pablo Iglesias y Anticapitalistas en los últimos años.

La salida se produce después de la entrada de Podemos e IU en el gobierno del Estado en coalición con el PSOE. Una decisión que desde Anticapitalistas han considerado un error táctico, y a la que le oponían la alternativa de apoyar a Sánchez en la investidura y lograr un acuerdo programático para darle soporte parlamentario. Una posición similar a la que sostiene el Bloco de Esquerra de Portugal, organización que integran también el grupo hermano del de Rodríguez, con el gobierno del social-liberal Costa.

Hasta el momento esta salida escalonada la vienen realizando sin ningún balance de este proyecto político, del que ellos fueron parte impulsora clave en 2014, y que ha venido avanzando en la integración al régimen a pasos agigantados. La renuncia a buena parte de su programa de reformas sociales y económicas – a pesar de la moderación de las mismas -, su renuncia a cuestionar la monarquía, dar la espalda al movimiento democrático catalán o su conversión en los mejores defensores de la Constitución del 78, han sido solo algunos de estos hitos.

Desde la CRT hemos planteado que este salto en la integración de Podemos hacía urgente que Anticapitalista rompiera definitivamente con Podemos. Al mismo tiempo les planteábamos la necesidad de abrir un debate y reflexión sobre el balance de esta experiencia política, que ha terminado sirviendo como uno de los puntales con los que hoy, junto al PSOE, se intenta apuntalar al régimen del 78 y dar una salida gatopardista a su crisis orgánica. El rechazo al gobierno de coalición no es para nosotros un problema táctico, sino que hace a un problema de principios, el “ministerialismo”, contra el que marxismo revolucionario tiene una honda tradición de combate.

La bancarrota del proyecto neorreformista que ha representado Podemos y su integración en el régimen, debería al menos plantear la necesidad de repensar qué izquierda es necesario construir. Si se trata de volver al Podemos de “los orígenes”, en un marco corrido aún más a la derecha y con aires de restauración, o si es hora de plantearse una izquierda radicalmente distinta. La ruptura con Podemos de Anticapitalistas debería ser pues un punto de partida para hacer este balance pendiente y proponerse, junto al resto de la izquierda anticapitalista del Estado y formaciones como la CUP, abrir el debate para poner en pie una izquierda dispuesta a organizar la oposición al gobierno de coalición, desarrollar la movilización social y no la gestión “progre” del Estado imperialista español y pelear así por un programa claramente antirégimen y anticapitalista.


Santiago Lupe

Nació en Zaragoza, Estado español, en 1983. Es director de la edición española de Izquierda Diario. Historiador especializado en la guerra civil española, el franquismo y la Transición. Actualmente reside en Barcelona y milita en la Corriente Revolucionaria de Trabajadores y Trabajadoras (CRT) del Estado Español.

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