La activista nos cuenta como es la vida de las personas trans en la Provincia de Misiones y denuncia que no se cumple con el cupo laboral trans
Sábado 16 de enero de 2021 00:02
Hablamos con Antonella Piedrabuena quién expresó con un rotundo “NO” que en la provincia de Misiones no cumple con el decreto de cupo laboral trans, es muy difícil conseguir un trabajo, tanto en el sector público así como en el sector privado.
Por decreto presidencial el 3 de septiembre del año pasado entró en vigencia el cupo laboral trans en el sector público nacional, que tendría que garantizar un mínimo del 1% de la totalidad de cargos y contratos para personas travestis, transexuales y transgénero, pero, en Misiones, donde hubo una fuerte oposición a la sancionada Ley del Aborto no se hizo nada para concretarlo en las reparticiones públicas nacionales como ANSES, AFIP, Vialidad, etc.
Te puede interesar: Cupo laboral trans: ¿y después?
Te puede interesar: Cupo laboral trans: ¿y después?
Antonella finalizó sus estudios como Diseñadora de Interiores en 2013, pasó años presentando curriculums sin conseguir nada, hasta que por fin ingresó a trabajar en una peluquería y en poco tiempo logró tener su propio emprendimiento: hoy hace 4 años que tiene su local de peluquería y se reinventa de manera permanente, ella coincide que la peluquería es uno de los estereotipos de trabajo para lxs trans, el otro, es la prostitución.
En plena pandemia, decidió formar parte de A.T.T.T.A (Asociación de Travestis, Transexuales y Transgénero de Argentina) de la provincia, al ver la situación de abandono de sus compañeras, tanto emocional así como también estatal que al no contar con una fuente laboral, hace que casi todas terminen ejerciendo la prostitución, hay que pagar el alquiler, gastos personales, etc.
El Ministerio de Desarrollo Social de la provincia les brinda una vez al mes una bolsa de mercadería que conjuntamente con su compañera Nazarena Fleitas se encargan de retirarlas, pagan un flete para transportar y así cada una de ellas cuenten con lo mínimo para alimentarse.
La vida de las chicas trans en una provincia conservadora se dificulta; el gobierno no cumple con el cupo laboral, la transfobia instalada en la sociedad las condena ejercer la prostitución no es por falta de estudios o perfeccionamiento, en una provincia en que el mercado de trabajo es estatal tampoco se les da espacio en la administración pública provincial, en los municipios y se las empuja a la marginalidad.
“La población trans vive una violencia estructural que está relacionada con la falta de acceso al empleo y con la falta de acceso a derechos económicos y sociales; más aún teniendo en cuenta que la expectativa de vida es de 35 a 40 años".
En la provincia no se sabe con certeza qué porcentaje de población existe ya que tampoco hay un ítem para realizar un censo de la población trans, hay mucho por aprender y muchos derechos por adquirir, es fácil ser invisible durante los 364 días y el día 365 se acuerden porque es el día del Orgullo LGBT (Lesbiana, Gay, Bisexual y Transgénero) “Nosotras estamos en grupos privados de redes sociales, donde compartimos datos; deducimos la cantidad que somos por la gente que se fue a hacer el cambio de identidad en el DNI», (después de la ley de Identidad de Género, que se sancionó en el 2012). «Pero certeza no tenemos». Tampoco hay un censo de daños o crímenes cometidos a personas trans” esta es la realidad nos dice Antonella.
No tenemos quien nos represente, tampoco tenemos un lugar físico para reunirnos y brindar charlas, asesoramientos, apoyo emocional personalizado con profesionales, las chicas al no contar con obra social acuden al hospital público para ser tratadas, pero los turnos superan los 60 días aproximadamente.
Lejos está el gozo pleno de los derechos: “queremos salir y caminar libres, sin que nadie nos mire o nos diga algo”