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Red Internacional
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Coronavirus. Anuncian nuevo test de diagnóstico molecular rápido para Covid-19

Utiliza el método LAMP y brinda resultados en poco más de una hora con exactitud similar a la PCR. Producido por dos empresas privadas con fondos estatales e investigadores de la UNQ y UNSAM. De confirmarse, permitiría aumentar la capacidad de testeo.

Domingo 14 de junio de 2020 13:29

Las empresas de biotecnología Chemtest y PBL presentaron ayer un nuevo test molecular rápido para la detección del virus SARS-Cov2 realizado con fondos públicos e investigadores provenientes de la UNQ y UNSAM. Y, de confirmarse, sería un importante insumo para avanzar en el testeo necesario para rastrear y aislar masivamente, así como testear de conjunto a sectores como el de Salud o plantas industriales, en momentos en que la curva de contagios y muertes por Covid-19 se acelera.

Las tiras utilizan el método inmunocromatográfico: "Estos test funcionan en base a anticuerpos específicos que inmunocapturan las moléculas virales amplificadas en la reacción anterior –en caso de que en la muestra contuviera el material genético del virus- y señalizan el resultado a través de bandas de color en una tira de papel (como las pruebas de embarazo). ELA-CHEMSTRIP cuenta con dos anticuerpos que sólo reconocen al producto amplificado correcto”, señala Diego Comerci (investigador de UNSAM y empresario al mando de Chemtest). Al ser una técnica molecular (como el RT PCR) detectan material genético desde el primero o segundo día de incubación del virus, o sea, en pacientes presintomáticos o asintomáticos.

A diferencia de la RT PCR, el método diagnóstico más confiable hasta ahora, que se realiza en el ANLIS Malbrán y unos 50 centros de todo el país, con equipos que que cambian la temperatura para procesar la muestra y demoran más de 6 horas, esta tecnología –señalan los investigadores-, al ser isotérmica, solo requiere normas estrictas de seguridad en la extracción y manipulación de la muestra mediante hisopado nasofaríngeo y luego solo una hora de baño termoestatizado a 60° (similar a un baño maría). A su vez, no requiere de los reactivos importados que utiliza la RT PCR, siendo producido en un 80 % en el país. Según señalaron, “ya han elaborado un prototipo y están a un solo paso de iniciar con la producción piloto. Procesaron muestras clínicas para chequear su efectividad y comprobaron que los resultados que arroja su kit coinciden en un 95.5% con los que ejecuta el Instituto Malbrán a partir de la técnica de qPCR”.

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El proceso completo de testeo sería el siguiente: “En un centro de salud, los especialistas toman una muestra nasofaríngea y extraen el material genético del hisopo (ARN del virus) mediante el proceso de purificación en un sitio que cumpla con todos los requisitos de bioseguridad adecuados. Ello funciona como el punto de partida para que, en una segunda etapa, se realice la amplificación isotérmica (a temperatura constante) del ARN viral mediante la acción de una polimerasa (una enzima, ver apartado siguiente). Consiste en la generación in vitro de millones de copias de segmentos específicos del genoma viral, en caso de que esté presente. Por último, ese producto amplificado se coloca en la tirita reactiva que dará el veredicto: dos rayas para diagnóstico positivo, una para negativo.”

Avanzar en el testeo masivo es una necesidad urgente a medida que crece la curva de contagio, las muertes y la ocupación del sistema hospitalario. Como señaló el FIT desde un primer momento, la cuarentena sola, sin el complemento de un testeo masivo (rastreo de contactos estrechos de infectados y su aislamiento, junto con el testeo periódico de sectores de alto riesgo como Salud, transporte y plantas industriales) para dirigir racionalmente los recursos sanitarios, y un impuesto a las grandes fortunas para garantizar estos recursos, descarga la pandemia sobre esos sectores de alto riesgo y de menores recursos como villas, o, como estamos viendo, en grandes fábricas.

Con este test ya son dos los nuevos test moleculares rápidos que podrían producirse a gran escala en Argentina (el otro es el Neokit). Queda claro que el obstáculo para avanzar en los testeos masivos necesarios no son los insumos sino la falta de una decisión política por parte del gobierno, que se niega a poner todos los recursos disponibles al servicio de las necesidades sanitarias y sociales (como queda claro en la restringida definición de caso, cada vez más cuestionada, que por ejemplo, demora el testeo hasta la aparición de síntomas).

Finalmente, párrafo aparte merece la producción de los nuevos test en manos de empresas privadas (en el caso del Neokit, el Laboratorio Pablo Cassará), que desnuda una política proempresarial de este y los diferente gobiernos previos en Ciencia y Técnica y el interés mercantil en su distribución.