Aparece el único prófugo de la masacre de Wilde. Resulta ser el único detenido. Hace veinte años se produjo la masacre, cuando un grupo de policías de la Brigada de Investigaciones de Lanús, andaba buscando un Peugeot y un Dodge, con motivos que aún permanecen oscuros.
Sábado 20 de septiembre de 2014
Se encontraron con un Peugeot que se ajustaba a la descripción que tenían. Manejaba un remisero, quien venía con dos pasajeros; el auto fue acribillado a balazos, las tres personas murieron.
Apareció un automóvil Dodge que también “venía” al caso. El chofer era un vendedor de libros; lo arrancaron del auto y, una vez reducido sobre el asfalto, lo fusilaron.
En total dispararon más de doscientas cincuenta veces, disparos de grueso calibre provenientes de armas de repetición.
Marcos Ariel Rodríguez vivía como un viejo almacenero de la tranquila ciudad de La Falda, en Córdoba. Resultó ser uno de los autores de la masacre de Wilde, el de menor rango, el único que se fuga, caminando y por la puerta, mientras los restantes estuvieron algunos meses en supuesta detención y luego siguieron su vida, varios continuaron en funciones y algunos fueron ascendidos.
Hace unos días reabrieron la causa. Dos décadas distan del hecho; durante mucho tiempo la localidad de Wilde se vinculó al recuerdo de la masacre, al gatillo fácil y a la maldita policía.
Paradójicamente, Wilde fue hace unos años mencionado a raíz de una marcha en reclamo de seguridad, donde los comerciantes asustados de la calle Las Flores pedían a gritos mayor presencia policial y penas más duras para los delincuentes.
El reclamo fue respaldado por una cantidad importante de vecinos, y la provincia respondió con el envío de más efectivos para "combatir el delito", trabajando en común con los autores de la masacre de Wilde, entre otras celebridades de la zona sur del GBA.