Ayer, en la última sesión del año y con la Legislatura vallada, fue aprobada la reforma del Código de Faltas, que pasará a llamarse Código de Convivencia. Contó con los votos del oficialismo y la oposición tradicional. Sólo se opuso la izquierda.
Jueves 3 de diciembre de 2015
Ya por la mañana la Policía había comenzado el operativo para defender su Código. Con un vallado a una cuadra a la redonda de la Legislatura y hasta un camión hidrante, se preparaban para reprimir cualquier tipo de manifestación en contra.
El legislador Sergio Busso, jefe de la bancada de Unión por Córdoba, calificó al proyecto como “muy garantista”. “Hemos propuesto que ya no sea la policía la que juzgue, sino los jueces de paz en el interior y los ayudantes de fiscales en la capital. También que se garantice la asistencia letrada para garantizar el derecho de defensa y ponerle límites a las detenciones preventivas, es decir, que no superen las doce horas”, aseguró días atrás.
El derecho a la defensa a la que hacía referencia Busso es un artículo que estipula que, si el imputado carece de abogado, la autoridad de aplicación deberá asignarle uno. Esto significaría que cada fin de semana deberán buscar en los Colegios de Abogados aproximadamente 700 letrados, ya que ese es la cantidad habitual de detenciones que se realizan actualmente por el Código de Faltas.
Uno de los puntos más polémicos del actual Código es la figura del “merodeo”, ya que implica castigar una actitud y no un acto. En la nueva normativa sólo se modifica el nombre por “actitud sospechosa” y se estipula un castigo de tres días de arresto para la persona que se mantenga en esa situación “por tiempo exagerado”. Una denominación “muy garantista” por cierto.
También se agrega el arresto de hasta tres días a los “naranjitas” que cuiden vehículos sin ser autorizados, se incorpora la quema de gomas como una contravención por la “afección del medio ambiente” y se pretende limitar el consumo de alcohol en la vía pública: se castigará a quienes lo hagan en una plaza o en la vereda, pero no a quienes consuman en la mesa de un bar habilitado en la misma. En cuanto a las sanciones por “cautiverio de animales”, afectaría a los carreros, ya que no especifica a qué tipo de animales se refiere.
Entre los puntos que no se modificaron está la detención en comisarías de los menores de hasta 16 años y figuras como “tocamientos indecorosos” o “ebriedad o intoxicación escandalosa”. Todas estas contravenciones están sujetas a la interpretación de la Policía.
Acompañamiento de la oposición tradicional
Excepto la izquierda, todo el arco opositor acompañó el proyecto.
Roberto Birri, legislador por el Partido Socialista, consideró en declaraciones a la prensa que el nuevo Código es un avance ya que “se le quita el poder de juzgamiento a la Policía, porque todos los contraventores desde el primer momento del procedimiento tienen un abogado que los defienda, ya se pago o proveído por el Estado. Porque se va a restringir severamente una de las principales herramientas del abuso policial, que es la detención preventiva y que pasará de un máximo de 48 horas a ocho o nueve horas”. Aclaró que “no es lo ideal” pero sostuvo convencido que “hoy es lo posible”.
Liliana Montero, ex jefa de la bancada juecista y reelecta por el kirchnerismo, apuntó: “El planteo de fondo, de todos modos, es que la modificación del Código de Faltas que se propone no cambia ni la inseguridad ni los abusos policiales. Lo que hay que cambiar es la matriz conceptual de la seguridad pública”. Sin embargo, aprobó el proyecto de reforma.
Movilización y voto en contra
Mientras en el interior del recinto se trataba y se aprobaba el nuevo Código, distintas agrupaciones sociales y políticas se movilizaron desde Colón y General Paz hasta el vallado bajo la consigna “Ni Código de Faltas ni Código de Convivencia: Basta de Estado Policial”.
Como manifestaron en la conferencia de prensa realizada el día martes, consideran que “el Código de Convivencia propuesto mantiene el carácter antipopular con el que fue concebido el código vigente. La reforma criminaliza las herramientas de lucha que nos damos día a día quienes luchamos por más salario, por acceso a la tierra y condiciones de vida digna. Cercena el derecho a huelga para aquellxs trabajadorxs que garantizan servicios esenciales como salud, educación y transporte. Convierte en contravención algunos legítimos métodos de lucha y reclamo popular”.
En la movilización se encontraba Lorena Barraza, hermana de un joven asesinado el año pasado por la Policía, que declaró: “Pedimos la derogación del Código de Faltas, Código de Convivencia o como le quieran llamar porque lo único que hace es criminalizar y discriminar a los jóvenes de los barrios populares, lo único que hace es matar. Tenemos que enseñarles que nos estamos organizando, uniendo y luchando por todos nuestros pibes y pibas. Que no haya ni un pibe menos ni una bala más”.
Laura Vilches, legisladora del PTS en el FIT, argumentó su rechazo a la reforma por “mantener en lo esencial el carácter represivo de algunas de sus figuras, además de penalizar actitudes y no actos comprobables. Pero además porque la Policía, imputada de todo tipo y color de delitos es la misma que va a seguir aplicando este código. Si se le ha introducido alguna modificación a los tipos contravencionales tiene que ver pura y exclusivamente con la movilización y la organización de los sectores populares y de quienes se han visto perjudicados por el código”.
La legisladora reelecta aprovechó su intervención para hacer referencia al triunfo logrado por los trabajadores de Molinos Minetti: “Hay una operación ideológica de hacerle creer a los trabajadores que los culpables del delito son los jóvenes pobres, mientras los verdaderos delincuentes se mantienen impunes en las cúpulas policiales o nos meten la mano en el bolsillo con los aumentos de precios. Afortunadamente hay trabajadores, sectores populares y movimientos de mujeres que se oponen a esta estigmatización, se oponen a estas grandes patronales y a este gobierno. Como los trabajadores de Minetti y los de EFACEC, que si tuvieran que aceptar la miseria de lo posible aceptarían las indemnizaciones, cuando las patronales se han llenado los bolsillos. Los trabajadores de Minetti, que hoy ganaron un round, no sólo defienden su trabajo sino que además van a la Marcha de la Gorra y se empiezan a dar cuenta de que sus aliados están ahí, no en sectores reaccionarios que desprecian a los pobres. Nosotros desde el PTS en el FIT nos paramos de ese lado y no aprobamos ni maquillamos este Código”. Al finalizar, leyó el documento redactado por los familiares de víctimas de Gatillo Fácil.