Argentina expresó su “preocupación” por la situación de los derechos humanos en Venezuela. El hipócrita festejo del imperialismo yanqui no debe ocultar la represión que impone el gobierno de Maduro.
Miércoles 29 de julio de 2020 10:22
En Venezuela no se respetan los derechos humanos dicen en Estados Unidos, donde los policías matan jóvenes aforamericanos con total impunidad y a la vista de todos, como pasó con George Floyd. La “profunda preocupación” de Argentina por la situación de los derechos humanos en Venezuela no tiene ningún eco en su propio territorio, donde Facundo Castro está desaparecido desde el 30 de abril.
El 4 de julio la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos y ex presidenta de Chile, Michelle Bachelet, presentó un informe donde se “insta al Gobierno de Venezuela a adoptar de inmediato medidas específicas para detener y remediar las graves vulneraciones de derechos económicos, sociales, civiles, políticos y culturales que se han documentado en el país” según un comunicado de la ONU. Hace unos 10 días la delegación Argentina ante el Consejo de Derechos Humanos de la ONU expresó su profunda preocupación por la situación venezolana, en un claro guiño al imperialismo yanqui que sigue teniendo a Venezuela (y su petróleo) en la mira.
La reacción oficial de EE. UU vino de la mano de Elliot Abrams, el enviado especial para Venezuela de Donald Trump, que le dijo al diario Clarín de Argentina que estába “feliz” de ver que una democracia denuncie la conducta de Maduro y agregó, “Queremos ver cómo la democracia se esparce finalmente en todo el hemisferio occidental”. Tan fuerte es su deseo de “esparcir la democracia” que Abrams fue uno de los artífices del fallido golpe contra Hugo Chávez en 2002 y luego fue declarado emisario para “restaurar la democracia” tras la auto proclamación de Guaidó como presidente de Venezuela en enero de 2019. Además estuvo implicado en los golpes de estado en Nicaragua y el Salvador. Un frondoso currículum democrático.
La derecha argentina también festejó. El PRO, el partido del ex presidente Macri, lanzó en un comunicado que la posición es un “reconocimiento, tardío pero correcto sobre la gravísima situación venezolana”. Al parecer Fernandez y Macri comparten la costumbre de exigir en el extranjero lo que no cumplen en su tierra, ya que durante el gobierno de Macri la Gendarmería Nacional desapareció a Santiago Maldonado en un allanamiento ilegal con represión a territorio mapuche en el sur del país.
Y aunque dentro de la coalición oficialista se escucharon algunas críticas, la posición de acercamiento al imperialismo se impone de la mano de Sergio Massa, el presidente de la Cámara de Diputados que siempre dijo que en Venezuela hay una dictadura. O del canciller Felipe Solá que dice que el de Maduro “es un gobierno autoritario, sin dudas”. Todo sea por buscar el apoyo de la Casa Blanca para la negociación de la deuda externa, una de las principales preocupaciones del presidente Alberto Fernández y su mesa chica.
Flaco favor le hacen al pueblo venezolano, que sufre las miserias y vejaciones inocultables de un régimen que habla en nombre del socialismo, pero que mantiene su mandato a fuerza de represión. Solo en las últimas dos semanas la Guardia Nacional Bolivariana asesinó a un jóven de 18 años en la Isla de Toas y a un trabajador en Aragua de Barcelona en el marco de protestas por el combustible. Además se hizo viral un video en que puede verse a sujetos armados, que no se sabe si son policías o grupos parapoliciales, aplicando castigos físicos a pobladores de sectores populares por estar en la calle durante la cuarentena.
Un nuevo gobierno impuesto por EE. UU., sea por la vía que sea, no puede traer más que peores sufrimientos a los trabajadores y el pueblo pobre, ya que el único interés del imperialismo es el petróleo venezolano y pisar más fuerte en la región.