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Red Internacional
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SERMON A LOS POLITICOS. Arzobispo Fernández: "Hay que ser capaces de tragarse sapos para construir consensos"

En el Tedeum realizado en la capital bonaerense por el aniversario de la Revolución de Mayo, el arzobispo Víctor Fernández llamó a trabajar por el bien común más allá de las diferencias. Vidal, Garro y Ritondo en primera fila y en silencio.

Sábado 25 de mayo de 2019 22:29

El Tedeum tradicional por un nuevo aniversario de la Revolución de Mayo se llevó a cabo este año en la Basílica de San Ponciano de la ciudad platense, la “primera catedral de la ciudad” según el arzobispo. Un vuelto de favor a la gobernación que la arreglará por el módico presupuesto de 18 millones de pesos, sin olvidar los 55 millones para restaurar la Catedral.

Con una fuerte y llamativa presencia de las fuerzas de seguridad, tanto en los alrededores como dentro de la iglesia que, en modo patovica de boliche, decidía quién pasaba y quién no.

Con la presencia del ministro de Seguridad Cristian Ritondo, protagonista de estos días por la masacre de los pibes en Monte a manos de su “maldita policía”, también asistieron la gobernadora María Eugenia Vidal, el vicegobernador radical Daniel Salvador, el intendente local Julio Garro y otros funcionarios bonaerenses.

En una iglesia a medio llenar, y con un claro sermón para los políticos presentes llamó a la conciliación para construir consensos.
Fiel amigo del Papa Francisco, además Fernández lanzó algunas definiciones en pleno año electoral y en sintonía con el discurso que dió monseñor Mario Poli en la catedral porteña:

“El gran desafío de la política es lograr consensos, la capacidad de, a veces, tragarse sapos, pero ser capaces de construir consensos en relación a los últimos, para levantar a los caídos, para que juntos les demos una vida digna, para que recuperemos a los descartados. Ese es el gran consenso y quizás el realmente único posible”

“En muchas cosas no vamos a estar de acuerdo, hay legítimas diferencias políticas, hay diversas líneas de pensamientos político, económico, que a veces son irreconciliables pero en este punto sí podemos ponernos de acuerdo y deberíamos hacerlo. Es urgente hacerlo; no olvidarse de los pobres”

Hacia el final de la ceremonia, el arzobispo rezó por “todos los gobernantes, especialmente los aquí presentes para que, cumpliendo su misión honestamente, sirvan al pueblo y busquen siempre el bien común y fomenten la educación, el trabajo y el progreso para todos los argentinos”

Y en un claro mensaje pro aborto clandestino manifestó: “que seamos capaces de impregnar nuestra cultura con los valores cristianos trabajando con alegría en la promoción de los pobres, en la atención de los enfermos y afligidos, y en el cuidado de la vida de todos desde su concepción hasta la muerte natural. Por los niños y jóvenes que son la esperanza del mundo y el futuro de nuestra patria para que descubran que lo más importante es ser personas de bien capaces de servir a los demás”.

A días de la masacre de Moreno, a días de una nueva presentación del proyecto por la legalización del aborto, la iglesia católica movió su jugada en el inestable tablero político argentino.