Luego de diez días de agonía murió Josué Olarte debido al abuso de militares armados, quienes aseguraron haberse confundido cuando le dispararon mientras se dedicaba a recaudar materiales útiles para la construcción en un lote baldío, de la colonia Claudette de Nuevo Laredo, Tamaulipas
Raúl Dosta @raul_dosta
Viernes 8 de febrero de 2019
El martes 29, compañeros de trabajo de Josué, dedicados a la albañilería, acudieron con su esposa Alejandra para avisarle que elementos del ejército habían herido al joven padre de tres hijos y que éstos lo trasladaron a un hospital particular. Al acudir a dicho hospital, que estaba resguardado por varios vehículos militares, le dijeron que su esposo sería enviado al Hospital General. No le dijeron que el envío de debía a que consideraron que no tendría dinero para pagar la intervención quirúrgica.
El Hospital General se declaró incompetente por carecer de equipo médico adecuado. Sólo hicieron curaciones superficiales y recomendaron su envío al Hospital de Especialidades de dicha ciudad. Allí pasaría, Josué, hasta la noche de ayer, los últimos días de su vida, con una bala alojada en la parte posterior de su cabeza, inconsciente desde el momento de la agresión y con la mitad del cuerpo paralizado.
Una batalla impotente
La esposa de Josué y familiares presentaron una queja ante la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) a través de la cual se hace también del conocimiento de los hechos al Presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador y a la Secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, así como al General Luis Cresencio Sandoval González, Secretario de la Defensa Nacional. La Fiscalía General de la república (FGR) tuvo que abrir una carpeta de investigación
Como era de esperarse, al no recibir ningún tipo de ayuda, los familiares apelaron a la población de esta ciudad fronteriza realizando boteos para sufragar los gastos apostándose en diversos cruceros.Todo fue en vano. Josué se fue por culpa del abuso de militares patrullando las calles, seres entrenados para matar antes de averiguar y, por supuesto bien pertrechados para llevar a cabo su cometido. sabiendo que sus abusos serán encubiertos por el sistema que les dio tan letal poder y que les basta con declarar "que se confundieron" para dejar impune este crimen, que en últimas consecuencias es un crimen de Estado.
En un comunicado, el Comité de Derechos Humanos de nuevo Laredo, narra que Josué Olarte de 28 años se encontraba en un área de cuidados intensivos desde el martes 29 de enero "permaneciendo en todo momento en estado inconsciente y paralizado del lado derecho de su cuerpo". El activista de Derechos Humanos, Alfredo Lecona, lo resume así:
Hoy, el mando supremo civil es @lopezobrador_.
Cuando decimos que aunque él jamás daría la orden de reprimir al pueblo, es imposible “policializar” a marinos y militares nos referimos a esto.
Hoy murió Josué 💔#FueElEjército #JusticiaParaJosué#SeguridadSinGuerra pic.twitter.com/QRdUuAIx9t
— Alfredo Lecona (@AlfredoLecona) 7 de febrero de 2019
Este 19 de febrero la Junta de Coordinación Política (Jucopo) del Senado de la República llevará al salón de pleno el debate de la Guardia Nacional el 19 de febrero. Es un tema tan atroz, que la oposición de derechas obligó a a la aplanadora Morena a que esta discusión se lleve a cabo en sesión plenaria.
Los de abajo, los trabajadores del campo y la ciudad estamos recibiendo una lección anticipada de lo que será un régimen militarizado bajo el control de una "policía" compuesta por elementos extraídos de las fuerzas armadas, entrenados para matar y acostumbrados a la impunidad.
El régimen encabezado por Morena nos depara muchas ataques a los trabajadores del campo y la ciudad que nos obliga a plantearnos la organización para defendernos en todos los ámbitos. Ya el ejemplo nos lo está poniendo el proletariado de Matamoros que con su dinámica de huelgas por el 20/32, está respondiendo al brutal golpe que recibieron con la política de AMLO de otorgar un 100% de aumento a los que ganan salario mínimo, a cambio de la eliminación de los bonos compensatorios que percibían todoslos trabajadores de la frontera.