Este sábado 26 de Junio miles salimos a las calles en contra del odio a la diversidad sexogenérica; una marcha cruzada por la crisis sanitaria y económica.
Lunes 28 de junio de 2021
Este sábado 26 de junio las disidencias sexogenéricas salieron a las calles por la XLIII marcha del orgullo LGBT+ de la CDMX, marchando del Ángel de la independencia al Zócalo, para protestar en contra del odio y la discriminación.
Más de 20 mil personas marcharon recuperando el espíritu de las revueltas de Stonewall, cuando un 28 de junio de 1969 en Nueva York, personas gays, lesbianas, bisexuales y trans enfrentaron una redada policial en el bar Stonewall. Enfrentamiento que duro tres días consecutivos y fue expresión del hartazgo de la violencia sistemática de la Iglesia, el Estado y sus fuerzas represivas en contra de las disidencias sexo-genéricas; suceso que daría inicio a un movimiento internacional, así como nacimiento de la primera marcha del orgullo que fue organizada un año después de la revuelta.
La XLIII marcha del orgullo, en la Ciudad de México, fue convocada por el Comité orgullo y dignidad, el Comité histórico, Acá en corto producciones A.C. entre otras organizaciones, quienes días antes, en una reunión con el Secretario de Gobierno de la CDMX, José Alfonso Suárez del Real y Aguilera, llegaron al acuerdo de una propuesta de ley donde se reconozca la Marcha del Orgullo y el Festival Internacional por la Diversidad Sexual como patrimonio cultural. Esta propuesta fue presentada ante la Comisión Permanente del Congreso local de la CDMX, la cual solo fue votada por los diputados del MORENA e ignorada por los diputados de otros partidos por lo que se aprobó por unanimidad.
Este acuerdo entre las organizaciones convocantes y el gobierno se da con el argumento de recuperar la marcha del Comité IncluyeT, quien tiene relación con empresarios y partidos políticos, pero la realidad es que para recuperar el hilo combativo de la marcha es necesario crear un movimiento independiente de los partidos, el gobierno y los empresarios, que sea combativo y tome las calles hasta conquistar todos nuestros derechos.
¡Convirtamos el orgullo en organización!
Esta XLIII marcha del orgullo estuvo cruzada por una crisis sanitaria y económica a raíz de la pandemia de Covid-19, donde los gobiernos de todo el mundo han descargado la crisis sobre las grandes mayorías, dejando a miles de trabajadorxs perteneciente a la diversidad en la calle o precarizando sus condiciones laborales; y además, al mismo tiempo, las grandes empresas farmacéuticas lucran con la salud de la gente a través de las patentes de las vacunas y con el desabasto de antiretrovirales para el tratamiento del VIH (así como de otros medicamentos), siendo así que, mientras nosotres les trabajadores, la diversidad, las mujeres y la juventud ponemos lxs muertxs en esta pandemia, los grandes empresarios se enriquecen cada vez más.
La marcha también estuvo cruzada por una serie de ataques a los derechos de la diversidad sexual como le PIN parental aprobado en los estados de Nuevo León y Aguascalientes; en este último, la ley fue votada con unanimidad por los partidos del Congreso Local por el PAN, Encuentro Social, PRI, MORENA, PRD y otros partidos pequeños, o como en Guanajuato, San Luis Potosí y otros Estados donde se votó contra el aborto. Es importante no olvidar como Encuentro Social, partido de la ultraderecha evangélica, logró tener varios diputados electos por participar en las elecciones pasadas de la mano de MORENA.
Es ante esta situación de crisis, en donde los grandes empresarios y los partidos no han parado de pasar encima de nuestros derechos, es que marchamos desde el contingente de Pan y Rosas por matrimonio igualitario en todo el país, por acceso a salud integral, por la separación efectiva de la iglesia y el estado, por condiciones laborales dignas y cupo laboral trans y contra la represión policial y los crímenes de odio. Marchamos de manera independiente de los empresarios y los partidos que gobiernan para los de arriba, que siguen votando leyes antiobreras y contra la diversidad y que tienen lazos con la iglesia católica y evangélica y tenemos la perspectiva de poner en pie un gran movimiento LGBTTTIQA+ anticapitalista y antipatriarcal, que retome la lucha por la emancipación de la sexualidad y la humanidad que enfrente cualquier tipo de opresión y explotación.