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Red Internacional
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Chihuahua. Aspectos lesivos del tratado de aguas de 1944

¿Qué consecuencias tiene este tratado para las y los pobladores?

Martes 21 de julio de 2020

A propósito de las manifestaciones por el Agua en Chihuahua y la repudiable represión de la Guardia Nacional a los Rancheros de la cuenca del Río Conchos, aquí algunos aspectos lesivos del Tratado de Aguas de 1944:

  • 1. No es solo el agua, sino la calidad del agua. De hecho, el tipo de agua que suele entregarse por el Colorado es salitrosa y el tratado no contempla ese aspecto, porque se dejó a la buena voluntad de los norteamericanos el entendido de que debía ser agua para riego.
  • 2. El tratado obliga a México a entregar 431.721,000 metros cúbicos anuales, pero además si por sequía o alguna otra contingencia México no pudiera entregar lo acordado, nuestro país se obliga a entregar en los años siguientes las cuotas de aguas que se acumulen. Es decir, a entregar agua que nunca se tuvo. Y el colmo, esta cláusula, NO aplica al revés, es decir, no obliga en el mismo sentido al vecino del norte.
  • 3. Además el agua del R. Bravo que se entrega a Estados Unidos es en zonas áridas y de evidente necesidad hídrica y ellos entregan en río abajo, en donde la necesidad es menor.
  • 4. El tratado otorga el 100% de agua de los afluentes del Bravo en suelo americano, pero en el caso mexicano nos obliga a entregar 1/3 del agua de los afluentes del Bravo, de este lado de la frontera que, dicho sea de paso, son más caudalosos que los norteamericanos.
  • 5. La firma de los tratados de aguas con EE. UU. implicó la renuncia a las demandas de indemnizaciones por los agravios cometidos en la instalación de presas de manera unilateral en los afluentes del Bravo antes del tratado y el mantenimiento de cierta infraestructura de bombeo y riego, ya instalada previa al tratado.
  • 6. Grandes extensiones de las zonas de entrega o captación de agua fueron adquiridas por capitales norteamericanos, o como en el caso de la cuenca del Conchos, por grandes terratenientes. Es en esa zona, en donde se ubicaba el Rancho del Expresidente Norteamericano, Lindon Johnson, y muchas de las propiedades que acaparó el ex gobernador César Duarte.
  • 7. En el tratado de Aguas de 1944 no se puede simplificar el asunto a un total de metros cúbicos de agua entregados de un lado y del otro, es también la calidad del vital líquido, el lugar de entrega, la extensión recorrida por el agua que abarca filtración, entre otros elementos.

No obstante, el robo más descarado es obligarnos a pagar agua que nunca se tuvo en años siguientes, lo que explica en parte el conflicto actual en las presas del sureste del Estado. Eso es un robo y más cuando del otro lado, no se obliga a lo mismo.

De este malestar se cuelgan panistas, priistas y otros actores políticos, que nunca se manifestaron contra dicho agravio durante los 76 años que tiene el tratado; dichos actores políticos, los mismos que nunca dijeron nada, antes respaldaron la instalación de la cervecería Heineken en el corazón de la cuenca del Río Conchos y cuyo funcionamiento representa un enorme saqueo del vital líquido. De esto tampoco dijeron nada los terratenientes Nogaleros, a quienes tampoco les ha importado planificar cultivos que no sean tan exigentes de agua como el nogal. A ellos solo les importa el agronegocio, no "el agua de los chihuahuenses", una invocación al chovinismo regionalista que nada tiene que ver con garantizar el agua a los habitantes de las periferias de Ciudad Juárez, Chihuahua o Cuauhtémoc.

De igual manera habrá que reconocer que es real la afectación a pequeños rancheros propietarios y sus familias y a los ya de por sí sobreexplotados jornaleros de la zona, que no cuentan ni con las más mínimas prestaciones laborales por parte de los señores del nogal.

El primer paso para luchar por el agua, es dejar de verla como una vulgar mercancía. En este caso a los rancheros del sureste del estado de Chihuahua, les falta un largo camino de conciencia. En el caso de los terratenientes, hoy como ayer, la tarea pendiente es su expropiación para impulsar el reparto agrario que, hay que repetirle cada que es necesario, quedó inconcluso en los gobiernos posrevolucionarios.

Desde el Movimiento de los Trabajadores Socialistas condenamos la represión del gobierno federal a los rancheros de Chihuahua y llamamos a una defensa del agua para los trabajadores del campo y la ciudad que garantice el vital líquido como un derecho y no como una mercancía.

Así mismo, denunciamos los aspectos abusivos del tratado de 1944.