Junto con reunirse al ultraderechista presidente brasilero, el mandatario chileno se reunió con los presidentes, de Paraguay, Portugal, y el Primer Ministro del Estado genocida de Israel, Benjamín Netenyahu.
Miércoles 2 de enero de 2019
Este Martes, se realizó el cambio de mando de la presidencia en Brasil, consagrando al ultraderechista ex militar, Jair Bolsonaro coomo presidente, en un contexto de corrupción sin precedentes en Brasil, y el cual se ha visto alimentado por los discursos, misógenos, xenófobos y homofóbicos del actual mandatario y sus adherentes.
Dicha instancia contó con la participación del presidente Sebasián Piñera, quien aprovechó de acordar una pronta visita de Bolsonaro en Chile, señalando a posteriori:
“Terminamos nuestra visita a Brasilia por toma de posesión de Jair Bolsonaro. Tenemos grandes proyectos con Brasil, y vamos a fortalecer nuestras relaciones. Seguiremos avanzando para que converja mundo del Mercosur con la Alianza del Pacífico y así proyectar América Latina hacia el mundo”.
Pero a la vez que Piñera visitaba Basil para reunirse con Bolsonaro, este a su vez contó de reuniones bilaterales con mandatarios de otros países, aprontándose a lo que será este 2019, y sus nuevos nexos a nivel global.
Es así como el presidente Piñera aprovechó de reuniré con su par, el Primer Ministro y cabeza del Estado genocida de Israel, Benjamín Netenyahu, quien por hoy vive una profunda crisis, llevando a unas elecciones presidenciales anticipadas.
De acuerdo al medio Cooperativa sobre sus palabras con Netenyahu , el mandatario chileno estaría interesado en acuerdos orientados a la ciberseguridad, la inteligencia artificial, y recursos hídricos.
Así también Piñera conversó con los presidentes de Paraguay y Portugal, Mario Aldo Benitez, y Marcelo Rebelo de Souza, respectivamente.
Piñera y la derecha en Latinoamérica
Sin duda Piñera se alista para un nuevo periodo de tensiones geopolítica durante el 2019, donde cierto gobiernos de derecha que venían alentando una ofensiva en América Latina con políticas de ajuste y precarización hacia la clase obrera y sectores populares, se han visto acorralados por el rechazo y protestas provenientes del pueblo trabajador. Esto se expresa en el cierre de año de un gobierno debilitado en Chile, o la profunda crisis económica y social que se le ha abierto al presidente argentino Mauricio Macri, por sólo nombrar algunos.
Los lazos que hoy puede tejer Piñera con Bolsonaro, y mandatarios de otros países irán en perspectiva de reoxigenar un gobierno dañado por el asesinato de Camilo Catrillanca a mano de Carabineros, la descomposición de los aparatos represivo del Estado, y la alama por la tremenda movilización portuaria en Valparaíso.