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Red Internacional
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Violencia patriarcal. Aumentan 10% los asesinatos de mujeres en la Ciudad de México

Inmujeres clasifica las muertes violentas de mujeres en tres rubros: accidentes, suicidios y presuntos homicidios. Respecto a este último es que han aumentado de un 7 a 10% en lo que va del año.

Leah Muñoz

Leah Muñoz @leahdanmunoz

Viernes 20 de octubre de 2017

Señala la titular en entrevista con El Universal que “Son presuntos homicidios, es decir, todavía son muertes que el Ministerio Público tiene que investigar (...) hay un aumento de muertes por arma de fuego, y este tipo no suele ser la muerte típica del feminicidio, pero no es descartable que también pueda ocurrir por arma de fuego.”

Sin embargo lo que no señala la titular es que muchos de estos casos de muertes de mujeres reciben carpetazo por parte de las autoridades, producto de un machismo que instala la idea de que las vidas de las mujeres valen menos y que “ellas se lo buscaron”. Esto además que en muchos casos las mismas autoridades están involucradas en los feminicidios o en la protección de los feminicidas.

Si hace unos días el Tribunal Superior de Justicia reclasificó la muerte de Lesvy como feminicidio agravado, fue gracias a que existió un movimiento de mujeres en las calles que denunció que la muerte de Lesvy no fue suicidio -como quisieron hacer creer las autoridades- sino un feminicidio, y que exigieron que así se lo reconozca.

En el último mes, otros dos feminicidios ocurridos en la Ciudad de México mostraron nuevamente cómo se esparce el cáncer de la violencia contra las mujeres, mientras las autoridades son parte de la violencia por hacer caso omiso.

Se tratadel caso de Victoria Salas, quien fue encontrada sin vida en el hotel Novo Coapa en la colonia Tenorios en Tlalpan, despues de pasar la noche con su novio, quien es señalado como responsable del feminicidio. Y el caso de Anayetzin Damaris Fragoso, encontrada sin vida en la casa de su novio en la colonia Lindavista.

Ante el aumento de la violencia feminicida es necesario movilizarnos en las calles en contra de la violencia de género, tanto laboral como física y psicológica, con independencia de las autoridades y enfrentando también a los motores que la propician, como la precarización de las grandes mayorías.