Mientras que en el mundo se viven dramáticos aumentos de contagios y el surgimiento de nuevas mutaciones del virus SARS-Cov-2, las trasnacionales farmacéuticas y los gobiernos imperialistas continúan con el acaparamiento criminal de las vacunas.
Miércoles 5 de mayo de 2021
En el mes de abril las estadísticas por Covid-19 rompieron récord: más de 5.2 millones de casos y tres millones de fallecimientos en todo el mundo, lo que representa las cifras más altas desde el inicio de la pandemia, según la Universidad Johns Hopkins. Actualmente, los principales focos rojos están en la India y Brasil.
En la India, el jueves 29 de abril se superaron los 379 mil nuevos contagios y se registraron, por lo menos, 3 mil 645 muertes en un solo día. Con más de 20 millones de contagios acumulados, la India es ahora el segundo país más afectado por la pandemia después de Estados Unidos, mientras que el surgimiento de nuevas variantes del virus más agresivas y contagiosas representa un grave peligro para la población india, está sufre el colapso de los hospitales, así como de los servicios funerarios y la falta de oxígeno para enfermos, todo esto en medio de las contiendas electorales.
Por su parte, Brasil ha superado los 14 millones de contagios acumulados y más de 411 mil muertes por coronavirus, 25% de ellas registradas en el último mes. El surgimiento de las nuevas variantes P.1 y P.2 son una grave amenaza para la población que, además de la emergencia sanitaria, enfrenta las políticas negligentes y criminales del reaccionario gobierno encabezado por Jair Bolsonaro. El país sudamericano registra por primera vez en su historia, más muertes que nacimientos, mientras que la esperanza de vida en las zonas más pobres del país disminuyó en 3 años y el desempleo afecta al 20% del total de la población.
Acaparamiento capitalista de las vacunas
A más de un año del inicio de la pandemia, en el mundo se contabilizan más de 154.4 millones de contagios y por lo menos 3.2 millones de fallecimientos. El desarrollo de las vacunas, que en muchos casos estuvieron financiadas con recursos públicos, estuvo a cargo no de las universidades públicas que contribuyeron a su estudio, sino de las grandes trasnacionales farmacéuticas cuya prioridad es y siempre ha sido el aumento millonario de sus ganancias, por encima de la salud y la vida de millones de personas del planeta.
Una vez que fueron aprobadas para su uso en humanos, las vacunas y sus patentes se convirtieron en el “negocio del siglo” para las trasnacionales capitalistas, que con el apoyo político y financiero de sus respectivos gobiernos, venden las dosis al doble o triple de su precio original para países semidesarrollados y dependientes.
A pesar del llamado que hicieron en octubre representantes de la India, Sudáfrica y más de 100 países a la Organización Mundial del Comercio (OMC), para liberar las patentes y permitir la producción libre de vacunas e insumos sanitarios en más países, la propuesta fue rechazada por los gobiernos de Suiza, Estados Unidos, Unión Europea, Reino Unido, Australia, Canadá, Singapur, Japón y Brasil, que férreamente protegen los intereses de las farmacéuticas.
La criminal alianza entre las trasnacionales farmacéuticas y los gobiernos imperialistas, quedó de manifiesto en una carta enviada a Joe Biden para el “apoyo a la innovación farmacéutica” y firmada por los directivos de las empresas: Pfizer, AstraZeneca, Sanofi, Merck, Novartis, Bayer, Eli Lily, Bristol Myers Squibb, Gilead, Abbvie y la agrupación PhRMA, (Pharmaceutical Research and Manufacturers of America). Caso similar sucede con la asociación público-privada Covax, señalada por la investigadora Silvia Ribero como: “una perversa iniciativa comercial contra la salud pública, diseñada y promovida por la Fundación Bill y Melinda Gates”, cuyo fin es la protección de las patentes y los negocios de las trasnacionales farmacéuticas.
Luego de garantizar ganancias multimillonarias para las farmacéuticas y los biológicos suficientes para inmunizar a la población estadounidense, recientemente la administración de Biden anunció su apoyo a la suspensión de las patentes para vacunas anti-Covid. Esto responde más al peligro de nuevas variantes del virus que hagan ineficientes las vacunas hasta ahora desarrolladas, que a una actitud “humanitaria” por parte del mandatario estadounidense.
¡Nuestras vidas, valen más que sus ganancias!
La pandemia evidenció una vez más las brutales desigualdades en el mundo, dominado por el modelo de producción capitalista en su fase imperialista. Mientras un puñado de empresas y gobiernos acaparan las riquezas y vacunas, así como los conocimientos científicos y medios necesarios para atender la emergencia sanitaria, millones de personas en el mundo pagaron con su salud y sus vidas la avaricia de un sistema por demás nocivo e irracional, no solamente para la mayoría de la humanidad, sino también para el resto de las especies y ecosistemas del mundo.
Ante la barbarie y voracidad de las clases capitalistas, la salida real para la crisis sanitaria no vendrá de la OMS, la OMC ni de los organismos financieros internacionales que solo velan por los intereses capitalistas. Para los pueblos y trabajadores del mundo la única estrategia viable es la del anticapitalismo, antiimperialismo e internacionalismo; hoy más que nunca tenemos que unirnos aquellas y aquellos que movemos el mundo y las empresas, para lograr que se liberen las patentes y haya vacunas para todas y todos. Así lo planteamos las y los integrantes de la Fracción Trotkista por la Cuarta Internacional:
“La lucha por vacunas para todos y por la liberación de las patentes está planteada como una necesidad urgente ante la catástrofe de la pandemia. De igual modo, hace falta la intervención estatal inmediata de todas las farmacéuticas y laboratorios, para ponerlos bajo control de los profesionales de la salud y al servicio de planes racionales de producción y distribución de vacunas y testeos, en la perspectiva de nacionalizar estas empresas bajo control obrero, junto con los recursos de la sanidad privada. El aumento de emergencia de los presupuestos de salud y educación, así como del personal sanitario para poder garantizar la vacunación y evitar el colapso de los hospitales, en base a impuestos extraordinarios a las grandes fortunas, son otras medidas urgentes. En vez de seguir pagando la deuda externa, hay que imponer la anulación de la deuda de los países semicoloniales para evitar que se descarguen los costos de la crisis sobre las grandes mayorías. ”
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