El gobierno nacional quiere apurar el trámite en el Congreso. El martes habrá una reunión para intentar avanzar aún más. Quieren mostrarlo como una señal hacia los grandes especuladores internacionales.
Miércoles 5 de septiembre de 2018
Macri quiere repetir una foto con los gobernadores
“Le votamos todo y ahora estamos en esta situación, de emergencia, y nos enteramos de las decisiones por los medios”. La frase la pronunció un ofuscado Juan Manzur, según informa el sitio Letra P.
El gobernador de Tucumán y ex ministro de Salud del kirchnerismo no miente. Por el contrario confirma lo que el mismo presidente Macri había dicho durante el discurso del pasado lunes. Ese día el mandatario nacional había agradecido la colaboración de la oposición, dado que el oficialismo siempre fue minoría en el Congreso.
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El enojo de Manzur se entiende en el marco de una situación donde el oficialismo intenta una suerte de abrazo del oso en relación a la discusión del Presupuesto 2019. Desde la Casa Rosada se insiste en la existencia de "negociaciones avanzadas" que, sin embargo no parecen aun llegar a destino.
"Este presupuesto así no puede salir. Hay que discutir mucho", señalan a este medio desde el Bloque del Frente Renovador. En el espacio que sigue respondiendo a Sergio Massa están lejos de dar por sentado el voto positivo para el Presupuesto.
Este martes, el ex diputado nacional reapareció en escena tras mucho tiempo. Lo hizo de la mano de los gobernadores peronistas y de intendentes de la provincia de Buenos Aires. El hombre que habilitó los votos para aprobar el pago a los fondos buitre se quejó de que el gobierno haya acudido al FMI. Se va que para Massa hay especuladores "buenos" y otros "malos".
Los reparos al discurso del oficialismo no vienen solo de este sector. Desde el entorno del gobernador de Entre Ríos hicieron sonar los mismos acordes. Desde ese espacio reiteran la idea de que es el oficialismo el que debe proponer un presupuesto. Al mismo tiempo, allí se discute como el distrito no sale beneficiado ante los más que seguros recortes.
Desde el Bloque Justicialista, Pablo Kosiner reclamó "una mesa de unidad social". Según el jefe de ese espacio en la Cámara Baja, el objetivo es que el presidente "escuche" a los distintos sectores de la sociedad.
"Es el momento de analizar resultados, por ejemplo se presupuestó una inflación del 10% y , siendo prudente, estamos llegando al 40%", lanza el legislador salteño. Se trata, hay que aclarar, de la misma persona que hace pocos días recalcó que el peronismo "debe ser responsable".
Precisamente este miércoles por la noche se conoció el llamado a una reunión entre el presidente y los gobernadores provinciales para el próximo martes. Ese día intentarán acercar posiciones para acordar un presupuesto que, más allá de los tires y aflojes, hará caer el ajuste sobre el conjunto del pueblo trabajador.
Con un ojo en la Justicia y otro en Washington
Para el oficialismo la negociación por el Presupuesto concentra más de un problema. Por un lado, un trámite rápido implica un claro mensaje hacia el FMI y el gran capital financiero internacional.
Los llamados "mercados" esperan una señal que confirme que, en 2019, el Estado nacional desfinanciará salud y educación con la finalidad de pagar deuda externa.
No se trata del único problema. Por otro lado, la modificación que el oficialismo impuso en el sistema de retenciones debería haber sido discutida previamente en el Congreso.
Precisamente por eso, el gobierno lo incluiría en el Presupuesto 2019. De no mediar aprobación parlamentaria, este cambio podría ser declarado inconstitucional por algún tribunal en el Poder Judicial.
Por estas horas, en el marco de la fuerte crisis económica y la crisis política, al gobierno no le sobran los aliados incondicionales. A pesar del trabajo en común con el llamado Partido Judicial, siempre puede aparece algún juez que, mirando más allá del 2019, decida tomar como propia una cuestión así.
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Recuerdos de diciembre
Los tires y aflojes con el peronismo no deben verse funcionar como árbol que oculte el bosque. Más allá de las tensiones, el peronismo no cuestiona lo central de la discusión presupuestaria: el ajuste brutal sobre las condiciones de vida de las mayorías populares.
En el peronismo racional la discusión pasa por los márgenes de negociación de ese ajuste. Para los mandatarios provinciales lo que está en cuestión es cuanto sufrirán las finanzas de sus distritos. Los "gobernas" miden en términos electorales puertas adentro y a nivel país. En esa apuesta hay anotar la reaparición de Sergio Massa.
Sin embargo, la traba más importante para el intento oficialista de hacer pasar el Presupuesto con celeridad estará en las calles. A pesar del rol completamente conservador que cumple la conducción de la CGT y de las diversas corrientes sindicales burocráticas -sean oficialistas, disidentes o kirchneristas- el descontento social volverá a expresarse por medio del sindicalismo clasista y los sectores combativos de la clase trabajadora.
Discutir y tratar de aprobar un presupuesto de ajuste en un Congreso vallado y militarizado trae, inevitablemente, recuerdos del último diciembre, cuando el oficialismo hizo votar la mal llamada reforma previsional.
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Por estas horas, los trabajadores estatales ya empiezan a enfrentar el ajuste anunciado a gritos que significa la reducción de ministerios. Para enfrentar esa perspectiva se hace necesario profundizar ese camino, preparando activamente el paro nacional del 25/9 y exigiendo a las conducciones sindicales medidas de lucha a la altura del ataque lanzado por Macri, el FMI y los grandes empresarios.