Serían aproximadamente siete carreras las que no tendrán inscripción en el proceso de matrícula admisión 2025, en su mayoría de la Facultad de Educación Humanidades y de la Facultad de Ingeniería. Si bien las autoridades no han dado a conocer esta información de manera oficial, es un secreto a voces. El cierre de la admisión es la llave de entrada para el cierre definitivo de las mismas.
Domingo 11 de agosto
Las carreras afectadas serían: Educación Parvularia, Educación Física, Pedagogía en Biología, Pedagogía en Matemática, Pedagogía en Inglés e Ingeniería en Ejecución. Sorpresa ha causado la inminente decisión de las autoridades de no habilitar estas carreras para el proceso de matrícula de admisión 2025. Estudiantes y trabajadores se han enterado por medios no oficiales, ya que las autoridades no han entregado ningún comunicado oficial. Si bien hoy se anuncia el cierre de la admisión del año 2025 de estas carreras, sabemos que el fin es el cierre definitivo.
Esta situación es un golpe directo a la educación, donde los estudiantes que actualmente estudian en la Universidad serán los principales afectados, pero también los estudiantes de enseñanza media que tiene intenciones de entrar a estas carreras, que participan de programas como el PACE y propedeutico, considerando que muchas de estas solo se imparten en UTA, siendo la única universidad estatal. En muchos de los casos las familias no cuentan con los recursos para costear estudios en otras regiones. Es decir, juegan con los sueños de los estudiantes y sus familias.
Entre los principales motivos del cierre, es el no cumplir con la acreditación, procesos que deben atravesar cada ciertos años las carreras para ser “evaluadas” y definir si cumplen los requisitos. La acreditación, “certifica la calidad en función de sus propósitos declarados y de los criterios establecidos por las respectivas comunidades académicas y profesionales”.
El problema es que estos procesos de acreditación es que deben cumplir ciertos “requisitos” pero que son bajo estándares educación de mercado, que en ningún caso va en beneficio de trabajadores y estudiantes. Debemos rechazar la persistencia del Ministerio de Educación en mantener y profundizar la utilización de métodos estandarizados para medir la calidad de la educación, de la cual ellos mismos son responsables.
Ante esto la única solución que ofrecen las autoridades y que es más conveniente para ellos es impedir la admisión a estudiantes nuevos, lo que demuestra que en ningún caso les importa velar por los estudiantes y trabajadores, y su futuro. Dejándolos en completa incertidumbre. Mientras que el rector, Emilio Rodriguez, sigue llenandose los bolsillos a costa del negocio de la educación, se profundiza la precarización en las carreras de la universidad, considerando que el costo de arancel de la mayoría va sobre los 4 millones de pesos.
Ahora es el cierre de estas carreras, pero más adelante serán otras. Tal como sucede ahora, a espaldas de la comunidad universitaria, las autoridades entre cuatro paredes definen a su antojo y de acuerdo a sus ganancias, que carreras impartir.
Esta es una expresión profunda de la crisis de la educación, bajo la lógica de mercado donde los estudiantes son vistos como un número más. Hoy más que nunca es necesaria la unidad entre estudiantes, trabajadores y académicos, para enfrentar las medidas autoritarias. Quienes forman parte del centro de estudiantes y el consejo de presidentes, deben convocar a asambleas para discutir cómo enfrentar el cierre de estas carreras y en defensa de la educación. Si dejamos pasar ese ataque vendrán muchos más golpes hacia la comunidad universitaria.
Ante el autoritarismo es fundamental volver a poner al frente la pelea por el cogobierno triestamental, donde sean funcionarios, académicos y estudiantes quiénes tomen las decisiones políticas, económicas y administrativas de la universidad, en función de sus propias necesidades.
Sabemos que los problemas actuales que enfrenta la educación pública responden a una crisis estructural del sistema educativo, de la cual el gobierno de Gabriel Boric tampoco se ha hecho cargo. En esa misma línea debemos retomar las demandas del movimiento estudiantil, como lo es la educación gratuita y de calidad, 100% financiada por el Estado.