Agrotóxicos. Barrio platense contaminado: ¿Qué pasó en El Toboso?

El lunes pasado, tras la intoxicación de un barrio entero de la ciudad de La Plata, varios medios de comunicación titularon que desde el municipio habían intervenido ante las denuncias de los vecinos afectados, pero la realidad fue otra.

Verónica, vecina del barrio Toboso, desmiente las versiones del municipio y los medios que publicaron la noticia a partir de las declaraciones de sus funcionarios.

El domingo, los vecinos empezaron a sentir picazón en la garganta y ardor en los ojos, Verónica relata que la sensación era "como si hubieran tirado gas pimienta". Inmediatamente se comunicaron través de grupos de redes sociales y pudieron corroborar que a todos les pasaba lo mismo. "No entendíamos bien cómo era la situación, qué teníamos que hacer, nadie nos dijo nada" cuenta Verónica, y agrega que "muchos medios dijeron que nosotros recibimos asistencia médica, que tuvimos un seguimiento, que se hizo un relevamiento... todo eso no fue real".

“La sensación fue cómo si hubieran tirado gas pimienta, y se hizo muy difícil poder descansar esa noche.”

Verónica hace 15 años vive en el barrio y dice nunca haber pasado por algo semejante.

Por medio de uno de los vecinos, que pudo contactarse con trabajadores de una quinta lindera, pudieron enterarse que se habían utilizado agrotóxicos fungicidas para “curar” la tierra. Fueron ellos mismos quienes dieron aviso a distintos organismos estatales, entre ellos al municipio que mandó a efectivos de la policía local.

“Recién al día siguiente se acercaron Defensa Civil y Policía Ecológica quienes entraron a la quinta, vieron las garrafas del producto utilizado, les dijeron la marca, pero no el componente, así que no podemos saber qué consecuencias puede traernos, nos dejaron medio a la deriva”.

¿Quién controla el uso de agrotóxicos?

Desde el gobierno provincial de Kicillof se viene promoviendo un "ambientalismo popular" que se choca de frente con la intoxicación por agrotóxicos de los vecinos de las quintas del cordón hortícola.

Según fuentes del Ministerio de Asuntos Agrarios de la Provincia, allí trabajan mas de 7000 productores que en su mayoría alquilan las tierras para cultivar y tiene que comprar los paquetes tecnológicos que incluye semillas y todo tipo de insecticidas, fungicidas, herbicidas, entre otros, altamente tóxicos.

Sin embargo, mientras estos paquetes se aprueban a nivel nacional, y existen leyes para regular el uso de agroquímicos, no hay una regulación efectiva que sea realizada por expertos en el tema, sino que cualquiera puede acceder dichos paquetes y utilizarlos. Las "buenas prácticas agrícolas" que en muchos casos no se cumplen, tampoco son suficientes para resguardar la salud de quienes viven cerca de los cultivos, de los ecosistemas ni de las grandes mayorías que accedemos a alimentos contaminados.

El gobierno, detrás de su discurso ambiental y las prácticas agroecológicas que dice promover, deja pasar estas y otras irregularidades que terminan en contaminación, enfermedades, intoxicaciones y productos insalubres. Pero si bien este modelo productivo no es el único posible, tiene grandes ganadores.

Entre ellos se encuentran los dueños de la tierra, muchos de los cuales viven de la renta que cobran a los productores, y las grandes multinacionales cómo Bayer y Syngenta, que están detrás de la venta de semillas, fertilizantes y agrotóxicos. Ellos son los que salen ganando a costa de la salud, las malas condiciones de alimentación, la contaminación del ambiente y el trabajo de medianos y pequeños productores.

La lucha de las asambleas y organizaciones socioambientales es la única garantía de terminar con el uso de agrotóxicos en la producción de alimentos y organizar de manera colectiva y democrática las mejores formas de producir alimentos saludables y en armonía con los ecosistemas.

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