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Red Internacional
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SEIS MESES DE MACRI // ENTREVISTA. Bercovich: "El empresariado sigue desconfiando de Macri"

A propósito de los seis primeros meses del gobierno macrista, repasamos el impacto de algunas de sus medidas económicas a partir una entrevista al periodista y economista Alejandro Bercovich.

Lunes 13 de junio de 2016

Primero, una pregunta más global. ¿Cómo ves los 6 primeros meses de Macri?

  •  Este primer semestre fue el semestre del ajuste, el propio gobierno preveía que iba a ser de mucha conflictividad y con indicadores económicos negativos. Ellos mismos lo decían al asumir y por eso ahora alimentan esperanzas de una mejora en lo inmediato. Yo no creo que lo haga, todos los indicadores muestran que la inflación anualizada, si bien la inflación mensual va a caer un poquito en junio, julio y agosto; por una cuestión estadística va a seguir aumentando hasta octubre. Por este motivo todos los gremios que firmaron acuerdos salariales por seis meses y que vuelven a negociar antes de octubre, probablemente vayan a intentar obtener el 40 % o más de aumento salarial, y eso a su vez podría servirle a los empresarios como excusa para otro golpe inflacionario. Me parece que el segundo semestre va a ser otro semestre de malas noticias y que el gobierno empieza a admitirlo en declaraciones como la luz al final del túnel de Gabriela Michetti.

    Hace un poco más de un mes nos decías que el gobierno no aparecía aún como confiable para el empresariado. ¿Pensas lo mismo después del veto a la ley antidespidos y el proyecto de blanqueo?

  •  Creo que el empresariado local sigue desconfiando de Mauricio Macri, sigue considerando que no es momento de invertir. Hay asesores de muchas empresas multinacionales que creen lo mismo, como Julián de Diego, que le dice a sus clientes extranjeros que no es momento de invertir y que aún es poco seguro que Macri vaya a poder “enderezar el barco”.

    El veto a la ley antidespidos y el proyecto de blanqueo, no necesariamente mejoran el clima de negocios o las perspectivas para esos empresarios nacionales o multinacionales, porque si bien se vetó la ley antidespidos y eso fue un alivio para las empresas, en el extranjero se leyó como un signo de debilidad del gobierno. Porque tuvo que apelar al veto, que es algo muy extraordinario, para mantener bajo control algo que se le salió de control a manos de la oposición en el Congreso.

    Considero que el blanqueo va a tener adhesión, sobre todo por parte de muchos pequeños capitalistas que tienen capitales en el exterior. Pero no necesariamente va a redundar en inversiones productivas en lo inmediato y tampoco es un gran generador de clima de negocios.

    Es un proyecto para beneficiar a los capitalistas evasores y para intentar atraer dinero al país pero por las características que tiene y como está hecho técnicamente, no creo que se repatrie tanto, es más probable que algunos lo exterioricen y lo dejen afuera para hacer algún negocio en el corto plazo si la cosa mejora. Y muchos otros van a comprar los bonos para reducir a cero el impuesto que pagan y de esa manera el gobierno se va a hacer de dólares pero no necesariamente de inversiones genuinas de esos blanqueadores.

    Con respecto al blanqueo, los números más moderados hablan de un piso de 20 mil millones de dólares. Si se llegara a esta expectativa inflada, ¿cuánto de eso podría traducirse en inversión contante y sonante, qué es lo que más preocupa al gobierno?

  •  Como decía en la pregunta anterior, más que mirar el número de dinero que vaya a ingresar al blanqueo, lo que va a definir cuánta inversión se puede esperar, inversión en términos técnicos de generación del stock productivo y de bienes de capital, va a depender de qué tipo de alternativa elijan los blanqueadores. Si dejar el dinero afuera, y en ese caso habrá que esperar que eso se convierta en inversiones, más que nada en inversiones inmuebles en los próximos años; y la otra opción es que compren bonos. En cualquiera de los casos no habría que esperar del blanqueo un especial incremento del stock productivo de la Argentina.

    Yo no creo que el rebote vaya a venir de mano de la inversión tampoco, porque la inversión todavía representa una porción muy pequeña del producto en el país. En la Argentina para que la economía crezca tiene que crecer el consumo, y este gobierno está haciendo que el consumo caiga brutalmente. Por eso soy tan escéptico de que se pueda crecer fuerte el año que viene, ni siquiera en base a deuda pública, que es lo que sí puede llegar a generar un crecimiento del 2 o 3 %.

    En este marco, a pesar de todas las medidas que les regaló el gobierno, los empresarios ¿no siguen pidiendo más para poner la plata en proyectos?

  •  Sí efectivamente, los reclamos continúan a pesar de haber superado el control de cambios, resuelto el acuerdo con los fondos buitres, reiniciado el camino al endeudamiento y habiendo bajado los impuestos para los sectores más concentrados de la economía como el agro y las mineras. Y de alguna manera también han generado un marco para que la banca haga más dinero con una tasa de interés alta y un tipo de cambio bajo.

    Ahora los empresarios piden el ajuste por inflación de los balances, eso es para reducir el impuesto a las ganancias que pagan que se infla por la inflación todos los años. Un reclamo que le hicieron sistemáticamente a Cristina desde 2006 y que jamás consiguieron.

    Todo indica que en el gabinete económico las internas siguen al rojo vivo. ¿Esto podría expresar desconcierto ante la ausencia de la famosa "lluvia de inversiones"?

  •  Las internas me parece que expresan el desconcierto que hay en el gobierno, y las divergencias respecto del plan y el esquema macro para salir de esta encrucijada.
    Creo que el problema de falta de inversiones y la desconfianza del empresariado en Macri, son dos temas distintos, pero los dos preocupan bastante. Por el momento entiendo que las perspectivas para el año que viene son dos: volver a cierto empate o crecer un poco; o caer en un desplome más fuerte del estilo de este año.

    No creo que exista a la vista una recuperación sostenida como la de Cavallo en los años 1991-1994 o muchísimo menos como la de Néstor en 2003-2007. Esto condiciona al macrismo de cara a las elecciones de 2017, que depende exclusivamente de sus resultados económicos para adquirir densidad y profundidad política. La única forma que tiene el macrismo de ganar esa elección es que el peronismo siga dividido como hasta ahora, lo cual muy probablemente ocurra a menos que la crisis se precipite y en ese caso el peronismo empiece a prepararse para volver al poder.


  • Redacción

    Redacción central La Izquierda Diario