Miércoles 17 de septiembre de 2014
El diario Perfil tituló “Berni en la mira de las mujeres: lo ven sexy, pero sólo para tener una aventura”. Pero la encuesta era de apenas 877 mujeres suscriptas a un sitio de encuentros heterosexuales, cuyo requisito es que quienes busquen estos encuentros estén casados y en el que se calcula que casi un 75% de las participantes son profesionales.
Pretendían mostrar al abanderado de la represión a trabajadoras y trabajadores, de los desalojos de barrios populares y de las declaraciones xenófobas como un hombre sexy y atractivo. Según la periodista que redactó el artículo pleno de lugares comunes, a las mujeres nos resultarían atractivos este tipo de hombres.
El 69% de las mujeres encuestadas, afirmó que querrían tener una relación secreta con el funcionario, resaltando que lo que les atrae de este personaje es su “inteligencia y su cuerpo”. El 81% reconoció que Sergio Berni les resultaba un hombre sexy. Y, cartón lleno, para reafirmarlo, el psicólogo Daniel Alejandro Fernández asegura que lo que atrae a las mujeres es la figura de un salvador, la fantasía con “el hombre que puede ser un sustituto del padre”.
Pero afuera de la burbuja creada por los medios, que quieren hacernos creer que este amante de la represión es un príncipe azul con el que sueñan las mujeres, hay otras mujeres, más reales, que enfrentaron los golpes, los gases y las balas de goma de Berni y lo denunciaron valientemente. Son las trabajadoras de la autopartista Lear, la Comisión de Mujeres de la gráfica Donnelley, las madres de familia de Villa Lugano, las estudiantes universitarias que se solidarizaron con estas mujeres y también recibieron su cuota de represión. Como la nieta restituida María Victoria Moyano, que se encontraba detenida en un cuartel de Gendarmería Nacional, mientras el país se emocionaba con el encuentro de Estela de Carlotto con su nieto.
Sergio Berni probablemente esté en la mira de las mujeres, pero no precisamente para una aventura amorosa, sino porque la gran mayoría lo identifica en la vereda de enfrente de sus legítimos derechos.