Los empresarios bodegueros lograron por intermedio del Gobernador Rodolfo Suarez, que el Presidente de la Nación Alberto Fernández, dejara exentos de la cuarentena obligatoria a los miles de trabajadores vitivinícolas del país.
Viernes 20 de marzo de 2020 21:41
Los empresarios bodegueros lograron por intermedio del Gobernador Rodolfo Suarez, que el Presidente de la Nación Alberto Fernández, dejara exentos de la cuarentena obligatoria a los miles de trabajadores vitivinícolas del país.
Con la “avivada” de considerar al vino un producto alimenticio, los grandes bodegueros, junto a Suarez y Fernández, se aseguraron poder proseguir con la cosecha y molienda de uvas, pese al enorme riesgo de contagio al que exponen a los miles de trabajadores de bodega y de viña, y con ello, el riesgo de contagio de coronavirus de sus familias.
Decenas de trabajadores se comunicaron con La Izquierda Diario para expresar su malestar. Con estas medidas, queda más que en claro que para los grandes empresarios y el gobierno, las ganancias capitalistas valen más que la vida de los trabajadores.
Así lo expresaban Noelía Barbeito, y el senador provincial por el FIT, Lautaro Jiménez, en sus cuentas de twitter
Desde toda la provincia trabajadores de bodegas y vitivinícolas denuncian que estas grandes bodegas NO los hacen cumplir la #CuarentenaTotal
"Se apuran por conseguir los permisos, somos los peor pagos y ni les importa nuestra vida"
Ellos no pueden cumplir #YoMeQuedoEnCasa
Rt🙏 pic.twitter.com/O5OcMUkQtS— Noelia Barbeito 💚💧 (@barbeitonoelia) March 20, 2020
Esto logró el lobby de pulpos bodegueros con su representante, el Gob Suárez. Ganaron la "avivada" de poner la fabricación de vino como "esencial" cuando NO lo es en medio de esta emergencia sanitaria. Suárez no pidió a Fernández que consiga y envíe Test a Mendoza, pero sí esto. https://t.co/pzGNc6oHB6
— Lautaro Jimenez (@LautaroJ_PTS) March 20, 2020
Sres de @COVIAR1 Nación, Provincia y otros, viven disponiendo privilegios para ustds. La vida de esos miles de trabajadores valen más que sus ganancias. Paguen los sueldos como a ustedes se les pagan subsidios anticíclicos, exenciones impositivas, seguros antigranizo y tanto más! https://t.co/RrkFxsh3IK
— Lautaro Jimenez (@LautaroJ_PTS) March 20, 2020
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Prueba de esto, el propio Instituto Nacional de Vitivinicultura publicó a fines de enero un informe sobre los stocks vínicos existentes en bodegas, y en este revelaba que solo en Mendoza el stock técnico de vinos era de entre 13 y 16 meses. Es decir, combinando el promedio de despachos mensuales del año 2019, tanto de consumo interno que fue de 550.000 hl (vinos blancos y de color, genéricos y varietales), de despachos de vinos al exterior que fue de 100.900 hl mensuales promedio, y de destino para otros usos (como para la destilación por ejemplo)con valores de 11.400 hl mensuales promedio, se necesitarían entre 13 a 16 meses para la comercialización y consumo de la cantidad de 10.847.800 de hectolitros vinos existentes a ese momento. Y estos datos, teniendo en cuenta la cercanía de una nueva cosecha que incorporará muchos millones de litros más de vinos a las existencias vínicas en bodegas.
Para que no haya engaño, para las grandes bodegas no existe en puerta un problema de desabastecimiento. Como viene sucediendo año tras año, los excedentes de vino han servido a las grandes bodegas que concentran la industria, para especular sobre el precio de la uva, pagando precios de miseria a los productores, y sueldos de hambre a los trabajadores de bodega y de viña. Y el gobierno, tanto nacional como provincial, nuevamente se apresuró en sostener las ganancias de los grandes capitalistas, incluso en momentos de crisis tan agudas como la que estamos viviendo.
Hay que invertir las prioridades, solo los trabajadores pueden llevar adelante un plan que proteja sus vidas y las de las mayorías.
Frente al avance de la pandemia de Covid19 y la respuesta del gobierno junto al lobby de los empresarios bodegueros, los trabajadores vitivinícolas organizados pueden llevar adelante un plan que contemple, antes que nada, el cuidado de su salud y pueda enfrentar la catástrofe que se avecina.
Y es que la industria vitivinícola de Mendoza tiene potencial para la elaboración de un insumo esencial: vino posteriormente desnaturalizado, para la fabricación de alcohol etílico y sus derivados sanitarios, como el alcohol en gel. En la actualidad, este es un producto escaso, y sujeto a grandes especulaciones en el precio en el comercio.
La industria vitivinícola de Mendoza tiene potencial para la elaboración de un insumo esencial: vino posteriormente desnaturalizado, para la fabricación de alcohol etílico y sus derivados sanitarios, como el alcohol en gel
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Diversos informes científicos revelan la conveniencia de la utilización del alcohol etílico diluido al 70% en agua, como un potente desinfectante que combate el virus de Covid19 así como otros patógenos. Una extendida utilización de estos productos, distribuida masiva y gratuitamente a toda la población, podrían significar ni más ni menos que en una reducción de la tasa de contagio que contribuiría, entre otras cosas, al alivio del ya maltrecho por los sucesivos desfinanciamientos, de nuestro sistema de salud.
Solamente con los informes de stock que dispone el INV, y con la apertura de los libros contables de las grandes bodegas, se podría precisar la disponibilidad de estos excedentes de vinos y que sean destinados íntegramente a su destilación para la elaboración de alcohol etílico.
La destilación de estos vinos, podría ser realizado en la empresa “Derivados Vínicos”, que es la única gran destiladora provincial, y que en la actualidad dedica parte de su producción a la elaboración de alcohol etílico a partir de orujos fermentados y vinos. La completa producción de estos alcoholes debe estar destinada a abastecer al sistema sanitario, hasta cubrir la demanda necesaria mientras dure la crisis.
Durante el gobierno de Cornejo se le negó la asistencia necesaria a los trabajadores de Tarcol (una de las fábricas emblemáticas de la provincia en la fabricación de ácido tartárico y alcohol etílico) cuando ante el vaciamiento de la patronal de turno, buscaron poner a producir bajo su control esa fábrica, que se encontraba en condiciones de seguir funcionando. Hoy esta empresa recuperada, podría jugar un rol decisivo en la fabricación de alcohol. Es necesario realizar un plan urgente para re abrir Tarcol bajo gestión de sus trabajadores y técnicos para que sean los propios trabajadores y no los empresarios que especulan con los precios, los que sigan beneficiándose con esta crisis.
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Con el abastecimiento de estos insumos, se podrían montar rápidamente laboratorios, bajo la gestión de docentes de escuelas técnicas, técnicos y trabajadores, para la fabricación a gran escala de alcohol en gel.
Hay infraestructuras disponibles, por eso es necesario afectar las ganancias de las grandes bodegas para que pongan a disposición los insumos necesarios para esta gran empresa en favor de los intereses de las enormes mayorías y garantizando las condiciones de seguridad e higiene de las y los trabajadores.
Además del heroico papel de las y los trabajadores de la salud en el mundo, que se encuentran en la primera línea de batalla contra el coronavirus, y que son ampliamente reconocidos por el conjunto de la sociedad, en nuestro país se empiezan a reproducir ejemplos de solidaridad obrera como son las trabajadoras de la educación de escuelas técnicas de la provincia, como la escuela “Fernando Lorenzo”, quienes en su laboratorio fabricaron alcohol en gel al servicio de la comunidad. O las obreras de la textil recuperada “Traful Newen”, que ya están fabricando barbijos destinados al sistema de salud de la provincia de Neuquén. Del laboratorio recuperado por sus trabajadores “Farma Coop”, que empezó a elaborar alcohol en gel a gran escala para abastecer al sistema de salud de la provincia de Buenos Aires.
Tenemos todo para hacerlo, por eso es una política criminal la del gobierno provincial y nacional, de no poner al servicio del sistema de salud la tan necesaria industria vitivinícola; más al contrario, el gobernador Suarez prioriza las ganancias de estas grandes bodegas que terminen de moler millones de kilos de uva a precios de remate, para luego exportar esos vinos en dólares, a costa de exponer al peligro de contagio a los miles de trabajadores y trabajadoras vitivinícolas de Mendoza y sus familias.
Aunque se llenan la boca con discursos sobre guardar el bien común; el lobby de Suarez con Fernández para excluir a los trabajadores vitivinícolas de la cuarenta, demuestra que son verdaderos garantes de las ganancias de los empresarios, incluso en crisis tan relevantes como la que estamos viviendo.