Las propuestas de mano dura y la criminalización contra la juventud son parte de la campaña hacia la segunda vuelta de las elecciones presidenciales. La idea de bajar la edad de imputabilidad la anunció el propio Bolsonaro en un reportaje este domingo.
Martes 11 de octubre de 2022 11:01
El presidente brasileño Jair Bolsonaro anunció este domingo en una entrevista con dos youtubers que tiene una propuesta para reducir la edad de responsabilidad penal de gobierno si es reelegido en la segunda vuelta electoral.
La política de mano dura promovida por el presidente que implica una mayor represión contra la juventud, especialmente la juventud negra y de las favelas y barrios pobres, es parte de su campaña electoral hacia la segunda vuelta para elegir el proximo presidente que se celebrará el 30 de octubre.
Su hijo, el senador Flávio Bolsonaro, ya propuso un proyecto para reducir la edad penal a 14 años para "delitos atroces" -además de algunos más, como el narcotráfico- y 16 años para "otros delitos". El argumento y la justificación para esta medida es que los niños de hoy “tienen un desarrollo temprano” debido al “desarrollo tecnológico”, y que la impunidad lleva a la juventud a la delincuencia.
Hoy, los jóvenes en particular, ya son víctimas de prisiones e instituciones correccionales superpobladas, mantenidas en pésimas condiciones, con casos regulares de enfermedades como la tuberculosis (incluso con eventuales muertes a manos del Estado).
Según el 14º Anuario Brasileño de Seguridad Pública (2020), desde 2005 hubo un aumento del 15% en el número de negros en el sistema penitenciario y una reducción del 14% entre los blancos, siendo el 66,8% de la población carcelaria negra. Ilustra bien el carácter racista de este régimen político, su sistema penitenciario y junto con el poder judicial, que mantiene un sistema con el 40% de sus presos sin siquiera haber sido condenados. Esto en un escenario de aumento de muertes de jóvenes negros a manos de la Policía en todo el país.
La juventud ya debe lidiar con una degradación creciente de las condiciones de vida y de trabajo, especialmente en las favelas y comunidades pobres. A esto se suma la estigmatización de los gobiernos nacionales, estaduales, la justicia racista y los medios de comunicación que los señalan como los responsables del crimen y el narcotráfico, mientras que los acuerdos por arriba entre las verdaderas bandas criminales, la casta política y la militarización de los barrios populares son los que manejan y regulan realmente la venta de armas, las drogas, las extorsiones y los robos. Esto es particularmente así en Río de Janeiro, Estado donde fue electo el senador e hijo del presidente, Flavío Bolsonaro, que ya presentó su proyecto de baja de la edad de imputalibilidad.
Al contrario de la propaganda oficial de los distintos gobiernos que se sucedieron en los últimos años, que han militarizado al extremo las favelas perpetrando masacres brutales, el tráfico está indisolublemente ligado al poder del Estado, como lo demuestra el surgimiento de las milicias, con las que los Bolsonaro tienen relaciones muy estrechas, y también el mantenimiento histórico de una suerte de "guerra contra las drogas", funcional a este tipo de política de criminalización de la juventud.
