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Brasil. Bolsonaro sigue sin reconocer su derrota y los "mercados" le marcan la cancha a Lula

Pasadas más de 12 horas del resultado oficial que dio por ganador a Lula, Bolsonaro sigue sin reconocer su derrota ni emitir un pronunciamiento oficial. Los llamados mercados le enviaron un mensaje a Lula abriendo con una baja en bolsa de valores y una devaluación del Real. La Folha de Sao Paulo ya exige un ajuste fiscal anticipado.

Juan Andrés Gallardo

Juan Andrés Gallardo @juanagallardo1

Lunes 31 de octubre de 2022 12:32

Cuando este domingo a la noche ya se anunciaba oficialmente el triunfo de Lula en la segunda vuelta electoral, lo que lo convertía por tercera vez en presidente de Brasil, todos los medios apuntaban al Palacio de la Alvorada, la residencia oficial del presidente para conocer la reacción de Bolsonaro. Pasaron las horas y lo único que se conoció es que Bolsonaro se había ido a dormir sin realizar declaración alguna, y que tampoco atendía el teléfono a sus colaboradores más cercanos.

Esta mañana, el presidente llegó al Palacio del Planalto en absoluto hermetismo, sigue guardando silencio y se encuentra reunido con el Senador Flávio Bolsonaro, su hijo mayor, y su candidato a vicepresidente, Braga Netto.

El presidente ultraderechista tiene la contradicción de haber perdido por un margen muy estrecho, en el marco de un importante fortalecimiento del bolsonarismo y sus aliados. De hecho los bolsonaristas se quedaron con la gobernación de los tres principales estados del país, incluyendo el de San Pablo, que es el más poblado, y también con la mayoría del Senado y la banca más grande de la Cámara de Diputados. Sin embargo, y a pesar de sus declaraciones previas en las que insinuaba no reconocer una derrota (siguiendo el ejemplo de Trump en Estados Unidos), muchos de sus aliados ya salieron a reconocer la victoria de Lula y la mayoría de los presidentes de otros países saludaron su triunfo, empezando por Biden que fue uno de los primeros en pronunciarse para dejar en claro el apoyo del imperialismo estadounidense a Lula.

Ayer por la noche los seguidores de Bolsonaro quedaron perplejos. Circularon imágenes de algunos de ellos aferrados a sus banderas, rezando o llorando. Solo un sector de los camioneros que apoyan a Bolsonaro salieron a cortar algunas rutas en apoyo al presidente, desconociendo el triunfo de Lula. Por ahora parece ser algo marginal e incluso uno de los líderes de la huelga de camioneros de 2018, Wallace Landim, le pidió a sus colegas que suspendan los bloqueos "En este momento parar al país va a perjudicar mucho a la democracia. Necesitamos reconocer a la democracia, a la victoria del presidente Lula", dijo en sus redes sociales.

Como contrapartida al silencio de Bolsonaro, los que sí hablaron fueron los llamados mercados buscando enviar un rápido mensaje a Lula y dando también cuenta de la debilidad de origen que expresa su triunfo estrecho y la fortaleza del bolsonarismo.

Así, la Bolsa de Sao Paulo abrió este lunes con una caída del 2,12 % y el índice Ibovespa, referencia de las principales acciones brasileñas, inició operaciones en medio de una alta volatilidad.

El mensaje de los "mercados" estuvo particularmente dirigido a empresas estatales en la que esperan que se avance con privatizaciones o que no se retroceda sobre las que ya se hicieron en los últimos años. A pesar de que Lula ya reconoció, como parte del programa de la alianza que tejió con la derecha tradicional para ganar las elecciones, que no iba a revisar las privatizaciones ni las reformas (como la laboral o previsional), la bolsa de valores abrió con fuertes caídas en el caso de las estatales Petrobras y Banco do Brasil.

Las acciones de Petrobras, uno de los buques insignia de la Bolsa de Sao Paulo, se desplomaban más de un 7 % en la apertura. Por su parte los títulos del Banco do Brasil, la mayor entidad financiera pública del país, también abrían en rojo y cedían en torno a un 5 %.

En cuanto a la moneda, el dólar estadounidense se apreciaba cerca de un 0,3 % en Brasil y cotizaba a 5,31 reales para la compra y la venta, en el tipo de cambio comercial.

Tras el "mensaje" de apertura, algunas de estas variables se empezaron a revertir parcialmente cerca del mediodía.

El futuro Gobierno de Lula y las consecuencias del malmenorismo

Lula llegó a la presidencia como parte de una coalición amplia que empezó con un acuerdo con la derecha neoliberal tradicional, de donde proviene su candidato a vicepresidente Geraldo Alkmin, pero que giró aún más a la moderación desde la primera vuelta sumando el apoyo de Simone Tebet, la candidata de la centroderecha y publicando una carta a las iglesias, en particular a la evangélica, para pelear el voto religioso a Bolsonaro, pero también dejando en claro que durante su gobierno no va a legalizar el aborto y que la iglesia tendrá peso en las políticas.

Estas alianzas estuvieron llenas de concesiones a la derecha tradicional, los empresarios y el mundo de las finanzas. Todas ellas ya condicionaban al futuro Gobierno de Lula, y fueron justificadas con la excusa de ser la única manera de desplazar al bolsonarismo. Sin embargo, los resultados muestran que aunque Bolsonaro deberá dejar la presidencia, el bolsonarismo no solo llegó para quedarse sino que está mucho más fortalecido que hace cuatro años atrás.

Los "mercados" y los medios de comunicación que esta vez, a diferencia de 2018, apoyaron a Lula contra Bolsonaro tomaron nota rápidamente de esta realidad y reforzaron sus exigencias. No les alcanza con las promesas y concesiones que Lula y el PT ya les dieron durante la campaña, ahora quieren más y lo dejan claro a menos de 24 horas de su triunfo.
Así como los "mercados" enviaron sus mensajes, el influyente diario Folha de San Pablo publicó un artículo editorial dando cuenta de la debilidad lulista y señalando su lista de exigencias para avanzar con un ajuste fiscal puro y duro. En la columna llamada "Lula necesita demostrar disposición para girar al centro" (como si ya no lo hubiese hecho lo suficiente) dice que el futuro gobierno, "Enfrentará una oposición más amplia y radical en el Congreso que hace 20 años. El bolsonarismo y otras fuerzas de derecha ganaron posiciones importantes en el Parlamento y en los estados. No puede esperar una situación internacional favorable, al menos no inmediatamente (...) A nivel nacional, las finanzas gubernamentales requieren un ajuste creíble y riguroso. Por todo eso, Lula necesita mostrar signos inmediatos de responsabilidad presupuestaria y voluntad de dirigirse al centro, política y económicamente. Debe rodearse de expertos y cuadros calificados, más allá del estrecho radio del partido y los aliados de izquierda (...) Termina la propaganda de campaña, comienzan las responsabilidades del gobierno."

Estas líneas no tienen doble lectura ni hay ambigüedades sobre lo que pretenden de Lula los poderes que lo llevaron al gobierno. Es una muestra clara de que la alianza con la derecha no sirvió de ninguna manera para derrotar a la extrema derecha. La política malmenorista de Lula y el PT terminó por dar un gobierno débil, dependiente de los grandes empresarios, de la derecha tradicional, de alianzas parlamentarias con la extrema derecha y los partidos regionales y arribistas del llamado centrao, al mismo tiempo que terminó fortaleciendo al bolsonarismo.

Esta es una lección no solo necesaria en Brasil, sino en toda la región. A la extrema derecha no se la puede enfrentar con alianzas con la derecha, ni copiando sus políticas. A la extrema derecha se la debe enfrentar en las calles, con las y los trabajadores, con los sectores populares afectados por la pobreza, la precarización y la inflación. La salida no puede ser esperar pasivamente unas elecciones cada cuatro años sino construir la correlación de fuerzas en la calle cada día, la única forma en la que no solo se puede debilitar a la derecha sino derrotar sus planes de ajuste, los planes del FMI, los intentos de reformas laborales o previsionales, y evitar que la crisis vuelva a ser cargada una vez más sobre los hombros de los trabajadores y el pueblo.

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Juan Andrés Gallardo

Editor de la sección internacional de La Izquierda Diario

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