El plan de ajuste del ministro de Hacienda Joaquim Levy incluye contener gastos, atacar las jubilaciones, el salario mínimo y derechos constitucionales. El pasado jueves afirmó que existe, según su punto de vista, una serie de instituciones públicas que terminan dificultando la gestión del gasto público. La declaración fue realizada durante el seminario “Una agenda positiva para Brasil – Aprendiendo con las prácticas internacionales”, promovida por la Federación de Industriales del Estado de San Pablo (FIESP) y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).
Sábado 7 de noviembre de 2015
"Existe una serie de instituciones que limitan la capacidad de planificar el presupuesto. La vinculación (en referencia a gastos que el gobierno está obligado a actualizar o realizar) es una de ellas, es una herencia de la inflación”, afirmó Levy en respuesta a una pregunta sobre la rigidez del gasto público. Explicó que en la época de la hiperinflación esta vinculación fue una forma que la sociedad y el Congreso encontraron para garantizar determinados gastos sociales.
Según el ministro, algunos gastos obligatorios también limitan el presupuesto, como las pensiones y el seguro de desempleo. Sin embargo, la vinculación a la que hace referencia el ministro particularmente está asociada a la salud, ya que la Constitución determina que un porcentaje mínimo de los ingresos del gobierno deben ser gastados en esa área. “Si queremos cambiar esto, dar más libertad (al Presupuesto), esto tiene que quedar claro. Significaría que habría tanta confianza en el gobierno que la vinculación ya no sería necesaria”, comentó.
Según el ministro, otra discusión necesaria es la del reajuste del salario mínimo: "si tiene que estar por encima o por debajo de la inflación, si tiene sentido que todo beneficio tenga que tener como piso el salario mínimo”. También se refirió a las pensiones por fallecimiento, que el gobierno intentó cambiar a principios de este año. También dio a entender que estaba dispuesto abandonar su planteo de restablecer el CPMF (impuesto al cheque), a lo que varias entidades patronales, como la FIESP, se han opuesto.
En sintesis, Levy culpa a los aumentos del salario mínimo, a las vinculaciones de las jubilaciones con el salario mínimo y a la existencia de gastos constitucionales obligatorios en salud y educación por el deterioro de las cuentas públicas. Para el ministro nada tienen que ver la corrupción, ni el 47% del presupuesto que se destina al pago de la deuda interna y externa, sino los trabajadores, los jubilados y los derechos sociales conquistados. Una dura agenda neoliberal que ni Fernando Henrique Cardoso (FHC) tuvo el valor de plantear en público.
La visión de Levy está a tono con lo que sectores burgueses concentrados, junto a los principales medios, intentan lograr: una “agenda positiva” siguiendo el rumbo del programa "puente hacia el futuro" del PMDB. Afirman que no bastan los ajustes tal como se han hecho hasta ahora, se necesitan ajustes “estructurales”. Estas posiciones son defendidas al interior del gobierno por el vicepresidente Temer (PMDB) y el ministro Levy.
El PT abdicó de cualquier discurso desarrollista y de las crítica a Levy en la última reunión de la dirección nacional. Aun así el Movimiento de Trabajadores Sin Techo (MTST) y PSOL siguen en el Frente Pueblo Sin Miedo con la burocracia sindical del PT que permanece en silencio mientras su gobierno lleva adelante fuerte ajustes. Mientras tanto, el vicepresidente y el ministro de hacienda predican a los cuatro vientos avanzar con los ajustes neoliberales.