La Comisión Europea (CE) aprobó este lunes su opinión sobre el presupuesto español presentado para el ejercicio de 2016. Confirma las declaraciones de Pierre Moscovici de que el Estado español no cumplirá su compromiso de déficit.
Federico Grom Barcelona | @fedegrom
Miércoles 14 de octubre de 2015
Foto: Foto EFE/ Olivier Hoslet
Ha sido el propio Moscovici, Comisario Europeo de Asuntos Económicos y Financieros, junto al vicepresidente de la CE para el Euro y el Diálogo Social, Valdis Dombrovskis, quienes comunicaron la resolución adoptada sobre las cuentas presentadas por el gobierno de Mariano Rajoy.
Esta decisión se daba después del episodio sin precedentes que protagonizó Moscovici, quien adelantó el contenido de esta resolución sobre el documento que se estaba discutiendo sobre los presupuestos, advirtiendo que el Estado español no cumpliría con los objetivos.
Moscovici fue desautorizado por Jean-Claude Juncker, presidente de la Comisión, —apoyado por el órgano colegiado que la estructura— así como por el ministro de finanzas Alemán, Wolfgang Schäuble, quien también se mostró públicamente contrariado con Moscovici, declarándose "sorprendido" por su tono crítico.
De esta manera el plan presupuestario del gobierno de Rajoy se ha visto envuelto en una polémica en su paso por Bruselas un mes antes de lo previsto, en una maniobra del gobierno para dejar cerrados los presupuestos antes de que se disuelvan las Cortes y por el retraso por parte de la Comisión Europea de la aprobación de la opinión presupuestaria después de que fuera anunciada oficialmente para el pasado martes.
Fue el propio presidente de la CE Jean-Claude Juncker, del conservador Partido Popular Social Cristiano, el que pospuso su aprobación con su veto.
En la resolución finalmente adoptada, la Comisión instó al gobierno del PP a tomar medidas para ejecutar el presupuesto de este año a rajatabla y a modificar "cuanto antes" el previsto para el curso que viene, ya que ve "riesgo de incumplimiento del Pacto de Estabilidad y Crecimiento tanto en 2015 como en 2016".
Los técnicos de la CE prevén que el déficit de Estado será del 4,5 % y el 3,5 % del PIB, es decir tres y siete décimas por encima de los objetivos marcados por el citado Pacto.
Este informe confirma así las declaraciones que generaron polémica hace una semana por Moscovici, que señalaban que con este presupuesto, el Estado español no cumplirá con la disciplina fiscal.
La Comisión ve que sus diferencias con los números que presenta el gobierno de Rajoy radican en las estimaciones "más optimistas" que hace Madrid, por lo que Bruselas pide al Ejecutivo español que se ciña "rigurosamente al presupuesto de 2015" y que adopte las "medidas necesarias" para "garantizar" que cumple con el objetivo fiscal.
El plan del Gobierno es que los presupuestos presentados sean definitivamente aprobados, "sin cambiar ni una coma", la próxima semana en el Congreso.
Sin embargo desde la CE, ante la certeza de que el ejecutivo español no va a introducir modificaciones al plan presupuestario -tal y como ya había anticipado el ministro de economía Luís de Guindos-, pide al gobierno resultante de las elecciones del 20 de diciembre que presente un plan detallado que actualice el presupuesto "lo antes posible" para cumplir los objetivos.
Los eurodiputados de Podemos han pedido este martes a la CE, en una pregunta parlamentaria, que aclare si recibió presiones del Gobierno de Rajoy para posponer su opinión sobre el presupuesto.
La pregunta encabezada por el eurodiputado y secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, pide a la Comisión que aclare si son veraces las informaciones publicadas que apuntan a que hubo contactos entre Rajoy y Juncker en relación a los presupuestos y si esto fuera así "de qué tipo" y "con qué objetivo" tuvieron lugar tales contactos.
Por su parte, dada la magnitud del escándalo, la CE se vio obligada a negar que en su opinión sobre los Presupuestos Generales del Estado español para 2016 hayan influido factores ideológicos o políticos de cara a las próximas elecciones de diciembre.
"En cuanto a las elecciones, tenemos que ser absolutamente claros aquí. Las elecciones afectan al procedimiento pero no a la sustancia del análisis", dijo Dombrovskis en una conferencia de prensa.
"Si alguien quiere ver algo más allá, allá ellos, pero nosotros hacemos un trabajo objetivo y utilizamos reglas. No hay ideología en nuestro trabajo", afirmó Moscovici al respecto. El comisario dijo también que gracias a este retraso se ha tenido en cuenta los informes de la misión de vigilancia posterior al rescate bancario, pero que sin embargo las "diferencias" entre la Comisión y el gobierno "siguen siendo las mismas".
Todas estas declaraciones no explican el embrollo. Y cada negación sugiere su contrario. Aunque se haya confirmado "la sustancia del análisis", sin embargo el tono de dureza de la semana pasada se vio matizado, después de la llamada de atención de Alemania, y acompañan las conclusiones de una serie de declaraciones que rebajan el varapalo como que la CE ha evaluado las reformas efectuadas por el Estado español de manera "muy positiva" como lo expreso el mismo Moscovici.
Incluso desde la CE desligan al gobierno de Rajoy de los problemas que pueda haber en un futuro, dejándoselo al próximo gobierno, para que sea él quien afronte los ajustes y el coste político.
El gobierno de Rajoy, en la figura de su portavoz en el Congreso, Rafael Hernando, respondió al informe de la CE desautorizando a Moscovici quien para él "no ha actuado con prudencia y se ha dejado llevar por su filiación socialista"
Incluso, ha afirmado, como quien se desprende de una patata caliente, que el informe de la CE se refiere a las cuentas de las comunidades autónomas y ayuntamientos que, según él, gobiernan el PSOE y Podemos. Asegurando además, en un mensaje a Bruselas –y una arenga a sus votantes-, que el riesgo de desviación del déficit está justamente en que el PP deje de gobernar tras las elecciones generales del 20 de diciembre.
A pesar que el episodio entre Bruselas y el Estado español y sus presupuestos quedará al parecer en una "advertencia" que no obligará al ejecutivo a hacer reformas antes de las elecciones, se desmonta el relato triunfal del Gobierno en materia de política económica de ser los artífices de “la salida de la crisis”, uno de los pocos pilares de su discurso electoral.
Sin embargo, la advertencia de más calado de la CE, que el próximo gobierno deberá ajustar los presupuestos, ya se perfila como una parte espinosa de la “herencia” que deje el gobierno de Rajoy. Es la diferencia entre su relato autocomplaciente y optimista, y los pactos de austeridad exigidos por las instituciones imperialistas de la UE a los que ha suscrito con plena convicción.
Si se cumplen los pronósticos de la Comisión Europea, el próximo ejecutivo del Estado español deberá hacer recortes por 10.000 millones de euros adicionales para ceñirse a los objetivos. Y por supuesto después de las elecciones, no habrá ni roces ni diferencias de opiniones sobre quienes tendrán que pagar esta diferencia. Los trabajadores y los sectores populares.