La reunión de las CGT de este lunes terminó con dos anuncios: la reunificación para agosto y una concentración para el 29 de abril. De enfrentar el ajuste en curso “ni mu”.
Martes 29 de marzo de 2016
Vacayendo gente…
Los dirigentes de la CGT volvieron a reunirse este lunes. La única “sorpresa” que parecía traer el cónclave era la existencia de diferencias entre los distintos dirigentes a la hora de definir si movilizarse o no al Congreso en su reclamo por Ganancias.
Poco antes de entrar a la sede de UPCN, Hugo Moyano –ratificando lo dicho por José Luis Lingeri (Obras Sanitarias)- decía que no se haría. Desde la Asociación Bancaria, por el contrario, se planteaba como necesaria la medida.
En algo, sin embargo, había acuerdo. Ese era el único punto por el que valía la pena movilizarse. Ni los despidos masivos, ni los tarifazos ni los aumentos de precios merecen medida alguna.
Así se ingresó a la reunión y, aunque las fotos que trascendieron muestran un clima donde no parecía haber surgido rispideces, el único acuerdo serio que parece existir es la necesidad de avanzar hacia la reunificación. Aunque esto tampoco parece marchar sobre ruedas.
Reclamos para la tribuna
La reunión terminó y los dirigentes volvieron a emitir un documento que lleva al ampuloso título de UNIDAD PARA LA JUSTICIA SOCIAL. Las mayúsculas son del original, como se usaba antes. Hasta en las cuestiones tipográficas la burocracia sindical muestra su conservadurismo innato.
El escrito, de solo dos páginas, comienza afirmando que “observa con preocupación la política de shock dispuesta por el actual Gobierno” y agrega una denuncia contra los “poderes económicos”.
Después de algunas otras frases generales, viene un pedido con tono imperativo: “Exigimos que el Poder Ejecutivo Nacional informe minuciosamente sobre el Plan anti inflacionario que DICE ESTAR EN MARCHA y cuáles son los instrumentos para la reactivación del país”.
@ludistas Acá el documento de la CGT pic.twitter.com/3pQLYSfkXU
— francobasu (@francobasu) 28 de marzo de 2016
Las conducciones burocráticas de las CGT funcionan como una suerte de espejo del cinismo del gobierno nacional. Éste afirma que la inflación bajará en el segundo cuatrimestre al mismo tiempo que aplica tarifazos y despide masivamente. Aquellas le exigen que haga público un “plan” que solo se basa en acelerar la recesión.
El documento critica además la pérdida de más de 50.000 empleos en el último trimestre, así como también por incumplir su promesa de campaña de que “el trabajo no es ganancia”.
Para todo esto, la salida que propone el documento es la “unidad”. ¿Unidad para la lucha? No. Salvo que se considere lucha a un modesto acto dentro de 30 días en el Monumento al Trabajo, para conmemorar el Día del Trabajador.
La única unidad que parece preocupar es la unidad “por arriba” de las conducciones sindicales. Pero la misma no garantiza respuesta alguna ante los ataques en curso.
Si seguimos con el documento veremos que, además, prescribe como medida que un sector de la dirigencia se haga presente en el Congreso Nacional para “manifestar a los legisladores” la preocupación por el creciente desempleo.
El breve escrito pregona una serie de medidas básicas con las que casi nadie podría estar en desacuerdo. Así, entre los temas que se llevarán a Diputados se encuentran un pedido para declarar la emergencia ocupacional ante los despidos, la universalización de las asignaciones familiares, una nueva regulación para el impuesto a las ganancias y el 82% móvil para los jubilados.
Sin embargo los caminos para llegar a esas metas se encuentran ocultos bajo siete llaves. Salvo que se confíe en que un gobierno que no cesa de implementar medidas a favor del gran capital, va a ceder a estas demandas por simple buena voluntad.
Aviso para los dirigentes: los Reyes Magos son los padres.
Congreso normalizador con (todavía) poco futuro
Como ocurrió en los encuentros anteriores, el eje de esta reunión fue la unidad de la central. Es por eso que definieron, por primera vez de manera precisa, la convocatoria a un Congreso normalizador el próximo 22 de agosto.
Pero el congreso tiene, hasta el momento, más dudas que certezas. No está claro aún el mecanismo con el que funcionaría la nueva conducción. Así, mientras se discuten nombres posibles para la secretaria general, también se menciona la posibilidad de un triunvirato como variante que permita consensuar la tan mentada unidad.
Además de este “detalle”, parece que hay otros desencuentros que todavía no salen a la luz aún. Así pareció evidenciarlo la reunión de este lunes, tanto antes como después de la misma.
Las cámaras de los medios “escracharon” las diferencias sobre la única medida anunciada, la movilización del 29 de abril. El líder de la CGT Alsina (ex Balcarce) y el de la CGT Azopardo dieron su propia versión de lo resuelto adentro. Antonio Caló dijo que se había decidido una movilización al Congreso. Hugo Moyano dijo que harían un acto, a lo mejor en una cancha de fútbol.
Así las cosas, si no pudieron tener una visión común de la reunión ¿podrán arribar a la unidad en agosto?
La tregua sin fin
La reunión volvió a evidenciar que lo único que persiste en el tiempo es la tregua que se le otorga al gobierno nacional frente a un ajuste que combina despidos masivos, tarifazos y una inflación que, por el momento, no logran controlar.
Las conducciones sindicales actúan en aras de sostener su poder de negociación frente al gobierno y las patronales, mientras permiten que se debiliten las filas de la clase trabajadora por el avance de los despidos.
Mientras tanto, a lo largo del país, miles de trabajadores protagonizan duras luchas de resistencia. Solo la izquierda y los sectores combativos de la clase trabajadora siguen exigiendo que las conducciones sindicales rompan esa tregua y enfrenten el ajuste.
Redacción
Redacción central La Izquierda Diario