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Red Internacional
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Pandemia Y Trabajadorxs. COVID-19 en Ciudad Juárez: 70% de los patrones de maquilas se niegan a parar

En Ciudad Juárez el 70% de los dueños de las maquilas se niegan a parar frente a la emergencia sanitaria, además de eso, trabajadores de las fábricas que sí suspendieron labores denuncian que se les recortaron sus salarios.

Viernes 3 de abril de 2020

El decreto del gobierno federal que declara el paro de las actividades económicas no esenciales durante este mes, ha omitido sustentar lo que la Secretaría del Trabajo ha dado a conocer, de manera pública, en el sentido de que estas empresas deben ir a paro por seguridad de los trabajadores garantizando el 100% del salario del trabajador.

En entrevista para La Izquierda Diario el reconocido abogado laboralista, Cuauhtémoc Estrada, nos comenta que “desde una visión legalista, las empresas pueden argumentar que la Ley Federal del Trabajo solo les obligaría a pagar un salario mínimo, pero si se apela a una interpretación constitucional y desde la perspectiva de los Derechos Humanos, aplicando el principio pro-persona, las empresas deberían pagar el salario íntegro favoreciendo a la mayoría de los afectados, los trabajadores, con la medida.”

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En Ciudad Juárez, entre el 65% Y 70% de la industria maquiladora no ha acatado el decreto federal de irse a paro. De las que se han ido a paro, 50 empresas relacionadas directamente a la industria automotriz, cínicamente han dado a conocer que la razón de su paro responde a razones propias de su industria (sobreproducción). Y el resto de las que han parado por razones de la emergencia sanitaria por Covid-19 lo han hecho en su mayoría pagando el 50% del salario, algunas el 65% y al menos un caso denunciado en redes donde a los empleados los han lanzado a paro sin pagarles nada. En cambio, se reporta que en el caso de una maquila, Cordis Johnson & Johnson, el sindicato negoció el paro de sus trabajadores al 100% de su salario.

Cabe decir que la Secretaría del Trabajo Luisa Ma. Alcalde, manifestó la posibilidad de que la patronal y la parte obrera pudiera ponerse de acuerdo en el monto dependiendo de la viabilidad de la empresa. Sin embargo, este supuesto en el caso de Juárez, solo podrían llevarlo a cabo la representación de los trabajadores, es decir, los sindicatos, que en el caso de la industria maquiladora solo existen en alrededor del 15% de las fábricas, por lo que la asignación de salarios al 50%, durante esta contingencia, por parte de la patronal, se estaría haciendo de manera unilateral e ilegal.

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Estas negociaciones serían legales en el caso de los sindicatos existentes (en su totalidad sindicatos charros de la CROC y CTM), a decir del abogado Cuauhtémoc Estrada, serían legales pero no justas, ya que negociando salarios a la mitad o al 65%, también serían a una franca traición a los intereses de sus representados, dadas las enormes utilidades que la patronal ha obtenido de la fuerza de trabajo de los obreros en esta frontera.

Estrada nos menciona cómo, ayer mismo, la INDEX declaraba en la prensa local que por cada obrero que paraba, la industria perdía 1,000 dólares diarios, decenas de veces lo que les dan por partirse el lomo en cada día de trabajo. Estos datos nos obligan a preguntarnos ¿Cómo pueden ser tan miserables como para no pagar un salario íntegro durante un mes, cuando obtienen semejantes ganancias? ¿Cómo los líderes charros de la CTM y la CROC pueden ser tan serviles a la patronal como para hambrear a sus propios agremiados aceptando este tipo de acuerdos tan lesivos?

Durante la entrevista se planteó que en el caso del 85% de las fábricas que carecen de sindicatos la mayoría ni siquiera han acatado el paro por la contingencia sanitaria, las empresas que lo han hecho han implementado acuerdos unilaterales e ilegales de salarios disminuidos.

El abogado Estrada nos explica:

estas arbitrariedades no pueden ser contenidas dado que el gobierno federal ha decretado el paro de la mayoría de las instituciones encargadas de la supervisión y de hacer cumplir las disposiciones decretadas de esta contingencia, no hay poder coercitivo que obligue a las empresas.

Así pues, no hay manera de obligar a las industrias a parar por salud de sus empleados, todo se deja, desde los distintos niveles de gobierno, a la buena voluntad de la patronal. Mientras esto sucede, los trabajadores de la maquila, aunque han dado algunas muestras de inconformidad, protesta y paros espontáneos, lo cierto es que siguen presas del temor de perder su fuente de empleo, situación que los enfrentaría a un escenario peor al de la letalidad de la pandemia del Covid-19.

Los obreros le tienen más miedo al hambre que al COVID-19. Los obreros no quieren parar a costa de perder sus ingresos y menos su empleo. Sin sindicatos que realmente los defiendan, sin autoridad laboral que aplique el decreto, sin garantías de viabilidad para su industria, los trabajadores de la maquila se ven ante un escenario incierto e impredecible.

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Las razones de algunas empresas para no parar apelan a las excepciones del Decreto Federal. Tenemos empresas fronterizas como Electrocomponentes, que argumenta que sus piezas se utilizan en aparatos necesarios para mantener la sociedad funcionando. Una maquila de cartón, argumenta que sus cajas son fundamentales para empaquetar productos que son necesarios… etc. etc.

Así mediante justificaciones muy forzadas, si no es que francamente mentirosas, alrededor de dos terceras partes de la industria maquiladora de esta frontera se niega a parar y la otra tercera parte, casi en su totalidad, lo hace por razones de sobreproducción, razón que enciende la alarma de los abogados laboralistas de que aprovechando la contingencia sanitaria se valgan de las laxas regulaciones sobre esta industria para retirarse sin el menor escrúpulo dejando en el desempleo a miles de trabajadores que al regresar verían las naves industriales vacías (mismas que la empresa rentaba, como parte de su estrategia golondrina).

De tal suerte, se avizora un riesgo para la seguridad laboral de los trabajadores de la maquila por la laxa regulación en la materia, denunciada durante mucho tiempo, incluso ante el actual gobierno, por la facilidad que tiene la industria de exportación para abandonar de un día a otro la ciudad, dejando obreros sin sueldos, y al Infonavit e IMSS sin cotizaciones.

Como muestra, un botón, nos dice en entrevista el licenciado Cuauhtémoc Estrada, tenemos el caso de la maquila NAMS que el año pasado de la noche a la mañana dejó sin fuentes de ingresos a todos sus empleados, sin maquinaria que confiscar porque fue extraída durante la noche y vuelta a los EE. UU.

Y mientras se dan facilidades a las fábricas golondrinas y no se les regula para “no espantar la inversión” Los despidos van al alza, cualquier motivo es pretexto para deshacerse de responsabilidades laborales. Abogados laboralistas dan cuenta de un incremento significativo de consultas por despidos injustificados.

Así, en medio de la crisis sanitaria por el COVID-19, se avizora una profunda crisis económica que la patronal pretende descargar sobre las espaldas de la clase trabajadora. Salarios recortados, despidos, pérdida del poder adquisitivo del salario y una inflación criminal, al amparo de la necesidad de la gente de guarecerse durante la pandemia.

Hoy más que nunca urge la organización de las clases oprimidas y explotadas para enfrentar con los métodos de lucha históricos de nuestra clase, para hacer que la crisis la paguen los patrones y el gran capital.