En semanas previas se hizo oficial que la reforma que reduciría la jornada laboral de 48 a 40 horas no sería discutida y mucho menos aprobada este año, por lo que este lunes inició la Comisión de Trabajo que dentro de la Cámara de Diputados definirá un texto preliminar para llevar al pleno a votación.
Martes 19 de diciembre de 2023
Como es común en estos casos, todas la fuerzas políticas, sin importar su tendencia, declararon demagógicamente que están “a favor de los trabajadores” y convencidos de “la necesidad de mejorar sus condiciones laborales”, sin embargo, achacan el retraso a buscar una opción que “beneficie a todos”.
Durante la sesión de la comisión, las principales voces en contra de cualquier reforma que reduzca constitucionalmente la jornada laboral, fue el sector patronal encabezado por la Confederación de de Cámaras Nacionales de Comercio, Servicio y Turismo (Concanaco-Servytur), así como el Consejo Coordinador Empresarial (CCE).
En ambos casos, ocuparon argumentos que tras un simple análisis se comprueban falsos, el CCE dijo que con el aumento salarial y aumento de vacaciones las empresas han destinado el 60% más de sus ingresos a cubrir estas reformas, que aseguran han respaldado. Sin embargo, si esa cifra fuese cierta ninguna empresa podría reportar ganancias este año, las patronales estarán cerrando plantas y sucursales para defender sus ganancias, en el marco de México es de los países con mayor margen de utilidad en el mundo.
Por su parte la Concanaco-Servytur alertó sobre un posible desabasto de productos por una supuesta baja productiva, una reducción en los salarios percibidos, que solo se entiende si son las empresas las que reducen el salario, y por último un aumento de los costos empresariales para poder capacitar trabajadores que cubran las horas restantes.
Pero incluso, entre las voces a favor, entre las que estaban los charros sindicales de la CROC, la CTM y la CATEM, sus argumentos todos tenían que ver con beneficiar a la productividad de la industria mexicana. Que si bien es cierto aumento con trabajadores descansados y de buen ánimo, implica pensar desde el enfoque de como siguen acumulando riqueza aquellos que nunca han perdido nada.
La necesidad de una jornada laboral digna es muy sentida entre las y los trabajadores del país, México tiene el peor balance entre horas de trabajo y horas de trabajo, siendo el país peor pagado y con más horas trabajadas anualmente según la OCDE.
Sin embargo, esto parece lejano si esperamos a que se discuta en las alturas, sin la participación de las y los trabajadores del país. Por lo cuál, las centrales sindicales y sindicatos que se reclamen democráticos, deben de movilizar a los trabajadores para imponer una reforma favorable a las grandes mayorías, sin esperar nada de la oposición de derecha, el gobierno y las burocracias sindicales.
Parece extraño, que a 106 años de la Constitución de 1917 estemos buscando legislar el mismo régimen laboral que en aquello años, cuando la técnica y la tecnología productiva han aumentado hasta límites insospechados. No hay razón material, más que la de acumular riquezas a costa de la vida e la clase trabajadora, que impida conquistas una jornada laboral de 6 horas al día con 5 días de trabajo laborable, sin que exista alguna reducción salarial.
Lo anterior, permitiría incorporar a millones al trabajo formal, haciendo que paguen por esto, quienes durante las décadas neoliberales amasaron fortunas e hicieron públicas deudas que ellos adquirieron de manera privada, haciéndose así multimillonarios.