Empezó la carrera para las legislativas. El macrismo apuesta a su actual ministro de Educación en provincia de Buenos Aires y apuesta a la fragmentación del peronismo.
Viernes 22 de julio de 2016
Los tiempos que corren en la escena política nacional anuncian que ya varios funcionarios y dirigentes comenzaron a poner primera en la carrera que tiene como meta las elecciones legislativas de 2017. A pesar del nivel de conflictividad social que enfrenta, a una semana del ruidazo y el enorme descontento que siguen ocasionando los tarifazos, el gobierno nacional no pretende quedarse atrás en la carrera de velocidades que son las negociaciones y los acuerdos electorales.
De ajustar la educación pública a legislador nacional
En el día de ayer, el macrismo aseguró que será Esteban Bullrich quien encabezará la lista de senadores nacionales en la provincia de Buenos Aires para 2017. Toda una declaración de principios la del macrismo, ya que Bullrich fue el principal cuestionado a principio de año por toda la comunidad educativa, siendo el principal responsable de los ataques a la educación pública, las persecuciones a los docentes, el presupuesto de miseria para las universidades nacionales, el mismo que desoyó el reclamo de docentes, estudiantes y no docentes, cuando salimos a la calle siendo más de 40 mil. Solo se limitaron a responder con tarifazos y concediendo algunas demandas parciales.
El peronismo: la figurita más codiciada
Los acercamientos entre el macrismo y el PJ, otrora kirchneristas o el “peronismo dialoguista”, como le dicen al interior del oficialismo, vienen dando que hablar desde hace varias semanas. Pero la novedad es que el gobierno nacional de a poco comienza a delinear -o al menos a medir- su candidato para la Provincia de Buenos Aires, a sabiendas de que la gobernabilidad de sus próximos años depende de su anclaje en “la madre de todas las batallas”. Desde el oficialismo declararon, según la agencia DyN: "No hay proyecto de ’Mauricio Macri presidente’ por 8 años si no se gana la provincia de Buenos Aires el año que viene".
Así las cosas, además el oficialismo está empeñado en profundizar la crisis, meter cuña y sacar provecho de la crisis del Frente para la Victoria. Afirmaron: "Nosotros trabajamos para la fragmentación de ellos, si se juntan representa nuestro fracaso".
Pero redobla la apuesta y ha encarado lo que dan a llamar “operativo seducción” vía sus principales “lobbistas” en el peronismo: el titular de la Cámara de Diputados, Emilio Monzó, el ministro del Interior y Obras Públicas, Rogelio Frigerio por la parte nacional (junto a De Luca, su viceministro), y por la parte bonaerense están al mando el ministro de Gobierno de esa provincia, Federico Salvai, y el recientemente nombrado ministro de Producción, el ex massista Joaquín De La Torre.
El plan en marcha que empezó con la foto en la que se los ve muy sonrientes al intendente de José C. Paz, Mario Ishii junto al jefe de Gabinete, Marcos Peña, de la semana pasada, ya muestra avances en acuerdos con varios intendentes del peronismo bonaerense como Martín Insaurralde (Lomas de Zamora) y Mariano Cascallares (Almirante Brown). Como dicen por ahí, “el lomo redondo de tanto darse vuelta”, es poco para estos peronistas.
Tensión y guiños al interior de Cambiemos
Cabe destacar que esta táctica electoral que han puesto en marcha ya les ha costado rispideces, acusaciones cruzadas, descontentos y arbitrajes con sus actuales aliados radicales. Encabezados éstos por Ricardo Alfonsín a través del comunicado del comité provincial de la UCR. Que a su vez, también activó la disputa al interior del radicalismo, donde el sector más cercano a Ernesto Sanz salió a respaldar a Macri.
Al mismo tiempo, la negociación con el peronismo el macrismo la está usando para “pasarle factura” y calmar los ánimos de “los boinas blancas”. Ante esto, según declaraciones de varios funcionarios oficialistas, la UCR no puede “echarles en cara nada y lo tienen que entender”, ya que ellos también tienen acuerdos político-electorales con otras fuerzas en otras provincias, como Santa Fe con el Partido Socialista, por ejemplo.
Todavía está por verse qué hará la tercera pata integrante de la coalición Cambiemos, al mando de la dirigente de la Coalición Cívica, Elisa Carrió. Esta tiene más “autonomía” y es conocida como “el sector de choque” intra muros, si el viento se le llega a poner del lado de la puerta al oficialismo en la provincia. Existe la posibilidad de que vaya como candidata en una potencial interna -aún resta definir si en la Provincia de Buenos Aires o en CABA- o bien que desista de presentarse y “cierre filas”. Pero con Lilita nunca se sabe.
Aunque aún no está dicha la última palabra en la alianza oficialista. La propuesta de Bullrich, quien según dicen ya comenzará a “patear la calle” -¿por primera vez?- de la provincia, se suma a la candidatura que ya lanzó el intendente de Vicente López y titular del Grupo BAPRO, Jorge Macri. Pero hay más. Aún no cerraron la puerta a la posibilidad de las candidaturas de Carolina Stanley (Desarrollo social) y Jorge Triaca (Trabajo).
Sin Massa, pero tal vez con Margarita
Eso sí, descartada de plano está la posible reedición del frente electoral que conformaron en 2013 junto a Sergio Massa, quien por su parte se mantiene firme en el lobby con el peronismo ex kirchnerista. Y a quien Cambiemos no desiste en disputarle a su reciente aliada, Margarita Stolbizer e incorporar a la diputada del GEN a la coalición gobernante. Una vez más, Margarita “ya ganó”.