El Gobierno a través del Decreto de Necesidad y Urgencia 846/2024 publicado este lunes en el Boletín Oficial, habilitó al ministro de Economía a hacer canjes de deuda en moneda extranjera sin cumplir la Ley de Administración Financiera. Esto habilita a que los bonos resultantes puedan tener cualquier condición que beneficie a los especuladores. Más poder para uno de los principales responsables de la fraudulenta deuda externa en las últimas décadas.
Julio Pérez @Juliomp25
Matías Hof @HofMatias
Lunes 23 de septiembre 22:32
Luis Caputo, ministro de Economía
El gobierno habilitó, este lunes, por DNU (846/2024) al Ministerio de Economía a realizar canjes para títulos en cualquier moneda sin los requisitos de la Ley de Administración Financiera y sin pasar por el Congreso. Con la normativa anterior si se quería reestructurar deuda en dólares se debía cumplir con al menos dos de las siguientes condiciones: alargar el plazo, bajar los intereses y/o reducir capital. La modificación pone en manos de Luis Caputo hacer canjes respetando solamente el valor de los bonos en el mercado.
A partir de esta medida casi no queda establecida ninguna pauta para renegociar la deuda. Esto implica que mediante una reestructuración podrían hacer crecer la deuda externa, incluso respetando el cupo de deuda autorizado por el Congreso. Si optan por alargar los plazos y ofrecer mayores tasas, condiciones ideales para los fondos buitre, someterían al país aún más al capital extranjero.
El DNU fue publicado luego de haber fracasado al intentar aprobar una modificación equivalente dentro de la Ley Bases, tuvieron que borrarla como parte de las negociaciones. También incluyeron una reglamentación en el mismo sentido en el proyecto de Ley de Presupuesto 2025, pero difícilmente el Congreso lo apruebe.
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El último canje de deuda fue el impulsado por Martín Guzmán en 2020, cuyo único logro fue patear hacia adelante el problema. Justamente en 2025 comienzan a crecer de forma exponencial los pagos por vencimientos de capital de los bonos de deuda extranjera en manos privadas. Con las reservas netas del Banco Central en terreno negativo, no sería raro que Caputo busque un nuevo canje que deje atado al país a los lobos de Wall Street por muchos años más.
El DNU también amplía la posibilidad de utilizar el Fondo de Garantía de Sustentabilidad (FGS) para comprar bonos del Estado. La normativa dispone que hasta un 70% de su cartera podrá estar invertida en los bonos que emite el Tesoro Nacional, cuando antes el límite era de un 50%. Además de ajustar a los jubilados, buscan financiarse con sus ahorros.
En la red social X, Cristina Kirchner y Luis Caputo se hicieron acusaciones cruzadas (incluyendo insultos) a partir del cuestionamiento de la ex presidenta al DNU. La realidad es que ambos tienen parte de razón, durante todos los gobiernos de los últimos 20 años la deuda externa no hizo más que crecer.
Sturzenegger y el recuerdo del Megacanje
La medida tomada en el DNU por Milei, trae a la memoria el Megacanje impulsado por Cavallo y Federico Sturzenegger en el 2001. Ahora en su tercera gestión en el Estado, más casta no se consigue, el Ministro de de Desregulación y Transformación del Estado va por otra medida en favor de la especulación financiera. Pero, ¿qué fue el Megacanje?.
Antes, el Gobierno de De La Rúa había impulsado el “Blindaje”, un préstamo contingente (es decir, dependiendo de las urgencias financieras) de la mano del FMI. El crédito por USD 40.000 millones de dólares, era a cambio de medidas de austeridad exigidas por el FMI. Luego del plan, el resultado había sido un aumento del endeudamiento sin blindar la economía en lo más mínimo de la presión que ejercían los acreedores. Cavallo puso entonces en marcha en noviembre de 2001 el Megacanje.
A primera vista, la operación parecía sencilla: se canjeaban 46 tipos distintos de bonos de deuda soberana por 5 tipos de bonos, con vencimientos hasta el año 2031. El objetivo era postergar unos años los vencimientos de la deuda, convalidando para ello tasas de interés más elevadas. El resultado de la operación fue un aumento de los intereses a pagar de 82.246 millones de dólares a 120.650 millones, un incremento de 40.649 millones. A esto se le sumó una capitalización de intereses por 13.052 millones. Un negocio formidable para los buitres de la deuda.
Sturzenegger fue procesado por favorecer a sus amigos. Siete fueron los bancos implicados en esta fenomenal estafa, y obtuvieron 150 millones de dólares en comisiones: Banco Francés, Santander Central Hispano, Galicia, Citigroup, HSBC, JP Morgan y Credit Suisse First Boston.
Un rechazo soberano a la estafa de la deuda
Desde que asumió, Milei ya pagó unos U$S 13 mil millones de capital e intereses en moneda extranjera, sin embargo, la deuda pública pegó un salto muy importante: pasó de U$S 371 mil millones en diciembre de 2023 a U$S 452 mil millones en julio de 2024. El 56% del stock de deuda corresponde a deuda en moneda extranjera. Pero, el aumento de la deuda pública en un 22 % desde que asumió Milei se explica, fundamentalmente, por el incremento de la deuda nominada en pesos gracias a las maniobras financieras de Caputo: entre ellas, el aumento de la deuda del Tesoro por el traspaso de pasivos del Banco Central.
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El Ministro Caputo, tomador serial de deuda, se embarca en búsqueda de un nuevo préstamo con el FMI ante las dificultades de conseguir las divisas con una economía real en recesión, inversiones que no llegan y una sangría de dólares en función de los especuladores. Para el 30 de septiembre el acuerdo con el Fondo exige haber acumulado u$d 8.700 millones desde la asunción de Milei. Algunas estimaciones calculan un faltante de u$d 2000 millones, lo cuál se está muy lejos.
Milei anunció en su discurso del presupuesto, que serán necesarios más "sacrificios" para salir de la crisis. Mientras se agudiza la recesión y la marginación de la mayoría de la población, el presidente insiste en poner toda la economía en función de garantizar, a pedido del Fondo, el "déficit cero", pero existe otra alternativa a la de seguir pagando una deuda ilegítima.
El desconocimiento soberano de la deuda externa y una ruptura con el FMI permitirían a la clase trabajadora poner un límite a la sangría de la deuda y alcanzar una moneda fuerte. Junto con la expropiación de las grandes cerealeras y el establecimiento de un monopolio del comercio exterior para poner fin a la fuga de divisas, se puede comenzar a sentar las bases para economía planificada democráticamente desde abajo, que priorice solucionar las necesidades sociales y no la rentabilidad de los amigos de Caputo y Sturzenegger, y un pequeño grupo de capitalistas.