Despreciable columna del periodista de Milenio para defender al gobierno de Peña Nieto.
Lunes 16 de abril de 2018
Uno de los más aplicados periodistas del gobierno de Enrique Peña Nieto tiene el atrevimiento de afirmar “Procede se disculpen con Murillo Karam”, el ex procurador "célebre" por decir a los padres de los 43 que buscaban a sus hijos “Ya me cansé”, una frase que desató la ira popular.
Marín afirma que las agencias estadounidenses (la DEA entre ellas), ya sabían dónde estaban los normalistas de Ayotzinapa el 26 y 27 de septiembre. Según el seudo periodista a sueldo del gran capital, interceptaron mensajes entre el cártel Guerreros Unidos de Iguala y su cómplices de Chicago: “habían sido enviados a San Pedro”.
Se atreve el infame personero del poder, defensor a ultranza de todos los atropellos de Peña Nieto y sus socios, de calificar de “patrañas y supercherías cacareadas por quienes intentan explotar como ‘crimen de Estado’ una miserable atrocidad a manos de vulgares homicidas”.
Marioneta a sueldo del PRI, y destacado como uno de los más serviles columnistas del diario Milenio, nada que salga de su reaccionaria voz puede asombrar.
Pues no, Marín, lo que son “patraña y superchería” es lo que usted y el gobierno asesino que defiende llaman la “verdad histórica” de la incineración en Cocula de los cuerpos de los normalistas, desmentida por científicos forenses.
¿Cuántos millones recibió a cambio de seguir difundiendo la mentira oficial? Pues fíjese que el “miente, miente, que algo quedará” aquí no aplica.
El Ejército y la policía estuvieron implicados en la desaparición de los 43 jóvenes que soñaban con ser maestros, del asesinato de tres de sus compañeros en esa noche terrible, junto con el asesinato de otras tres personas que tuvieron la mala fortuna de pasar por el lugar donde el gobierno de Ángel Aguirre (vinculado al crimen organizado) y el de Peña Nieto ordenaron el despliegue de un operativo para silenciar las voces de protesta de los normalistas que defienden la educación pública, la formación de maestros y enfrentarían la reforma educativa.
Por más que los escribas al servicio de poder destilen veneno contra los jóvenes desaparecidos y sus familias, por más que quieran reducir la noche de Iguala a un aséptico episodio de violencia del crimen organizado, nadie se traga sus mentiras.
Peña Nieto va de salida, durante su gobierno el PRI supuró la pus podrida que tiene en sus entrañas con la exhibición de la riqueza mal habida de sus funcionarios (entre ellos varios gobernadores compadres del presidente), con sus vínculos con el crimen organizado, con los agravios que infligieron el Ejército, la Marina y la policía contra las mayorías.
¿A quién venderá su pluma ahora Marín?