El 11 de marzo se cumplieron 3 años desde el femicidio de Andrea Castana. Vecinos de villa serrana marcharon exigiendo "Memoria y Justicia". Su nombre ya es bandera para las nuevas generaciones que se levantan.
Lunes 12 de marzo de 2018 12:30
Convocados por familiares y amigas de Andrea, unas 400 personas participaron de la movilización que se inició alrededor de las 17 en ‘El Burrito’ y finalizó al pie del Cerro de la Cruz.
¡No se olviden de Andrea Castana! Fue el grito que retumbó en el cerro, allí cerca de donde fue encontrada sin vida luego de dos días de intensa búsqueda. Al día de hoy su crimen sigue impune.
En la movilización, que cobra un nuevo impulso este año al calor de un muy reciente 8 de marzo en que la tierra tembló bajo el paso firme de millones de mujeres en todo el mundo, fue llamativa la presencia de las jóvenes. En pancartas se leía: “Andrea vive en nosotras. Si tocan a una nos organizamos miles”. Se percibe un aire renovado en el que la angustia y el dolor mutan como mariposas en una gran fuerza colectiva que busca unificar la lucha de las mujeres, la clase trabajadora y la juventud.
Nadia Corzo y Macarena López, amigas de Andrea, estuvieron como siempre junto a la familia, a la cabeza de este reclamo de justicia por crimen de su amiga.
"Hoy, 11 de marzo, hace 3 años que estamos pidiendo justicia por Andrea Castana –dijo Macarena-. Lamentablemente no hay nada en la causa y salimos como siempre sus amigas a pedir justicia. El caso está en cero, está igual que al principio. No llegan a ningún resultado. Por eso hace tres años que nos movilizamos."
También estuvieron presentes familiares de Miriam Dominguez, otra víctima de femicidio en Carlos paz.
Por último, cabe destacar especialmente la participación activa de la juventud. Ludmila, una joven mamá, integrante de la agrupación de mujeres Pan y Rosas, expresó:
"Esta movilización es importante por la memoria de Andrea, y creo que es también la continuidad de un gran movimiento que se expresó en todo el país este 8 de marzo, con miles de mujeres, estudiantes y trabajadores que marcharon, no sólo para exigir que dejen de matarnos por ser mujeres, gays, lesbianas, trans etc. Sino también porque somos principalmente las jóvenes y trabajadoras las que sufrimos doblemente la explotación laboral, el acoso en el trabajo, la precarización , los sueldos de hambre. Y denunciando que las conducciones de los sindicatos nos dan la espalda, no llaman al paro y no dejan que se exprese con mayor fuerza este masivo reclamo de mujeres y del conjunto del pueblo pobre y trabajador."
"Hoy –continuó Ludmila- ese grito está dirigido contra un gobierno nacional que, por un lado, hace demagogia con un derecho elemental que nos vienen negando todos los partidos que han gobernado en Argentina, que es el derecho a la salud pública con el aborto legal, seguro, libre y gratuito en el hospital. Un gobierno que está aplicando un durísimo ajuste con inflación, despidos, tarifazos, recortes del gasto público que para nosotras significan hambre y miseria para nuestros hijos. Por eso decimos “queremos el pan y también las rosas”. Decimos Basta de violencia y de explotación. Nos sentimos con mucha fuerza hoy, para seguir organizándonos y sumando a nuestra pelea por una mejor vida para todos."
"Las mujeres trabajadoras hoy se ponen a la cabeza de esta bronca, son las maestras que defienden la educación pública y sus alumnas que son víctimas cotidianas de la violencia y la trata; son las trabajadoras de la salud como en el hospital Posadas que resisten los despidos; hay muchos ejemplos. Queremos seguir ese camino en alianza con nuestros compañeros trabajadores y todos los oprimidos por el machismo, la xenofobia, la transfobia. Confiamos en nuestras fuerzas para conquistar la igualdad no solo ante la ley, sino también ante la vida."