Hacen producir la tierra, pero mueren de hambre;
Trabajan hasta el cansancio, pero viven como esclavos;
Se levantaron contra la miseria: y los patrones de San Quintín se aterraron.
Lunes 30 de marzo de 2015
Hermanas y hermanos jornaleros, reciban un saludo muy especial de su servidor y a nombre de mi organización, Movimiento de los Trabajadores Socialistas. No soy muy bueno con las palabras, pero quiero que sepan que salen del alma. Su lucha ha retumbado por todo México y ha conmovido miles de corazones. Tal vez no podamos ni siquiera imaginarnos las condiciones en las que viven, muchas las conocemos por la rica historia -de la cual ustedes ya son parte- de la clase trabajadora de nuestro país y el mundo, otras porque también las vivimos.
Estas condiciones han existido pa´ pronto, en los últimos 200 años por todo el planeta. Desde las condiciones de super explotación de las obreras, niños y hombres laborando 18 horas diarias en las textileras de Manchester en Inglaterra a mediados de siglo pasado; las condiciones que la voz ardiente de los obreros de París en 1871 denunciaban y por la cual decidieron levantar sus derechos laborales, lo que llevó a crear el primer gobierno obrero de toda la historia; o como lo hicieron saber los trabajadores de Chicago por la reivindicación de 8 horas de trabajo; las terribles condiciones de esclavitud que viven los millones de obreros chinos hoy en día en los talleres de las grandes empresas multinacionales; y desde luego, en nuestro país en la propia historia de las trabajadoras, niños y obreros de Cananea y Río Blanco y los campesinos en las henequenaras al sur de México que dieron origen a la Revolución Mexicana.
En lo personal quisiera estar en cuerpo presente aportando lo mejor para que su lucha triunfe contra las cadenas de los dirigentes charros de la CT, CTM, CROC, los patrones, el gobierno federal y local. Por eso su lucha es triple y por eso sus demandas, sus paros y acciones han hecho temblar a los más poderosos, porque a pesar de tener enfrente a esa triada de ladrones, ustedes demostraron quien en realidad tiene el poder.
Lo que han hecho hasta ahora merece ser un triunfo, la historia ya les reconoce, quizás muchos que estamos acá aún no vemos las profundas implicaciones que puede tener su lucha ahora y en lo futuro, da para imaginarnos un despertar de la los trabajadores de todo el país contra estos gobiernos y los partidos del PRI, PAN, PRD, PVEM entre otros, y sus amos: los patrones de las trasnacionales y los empresarios mexicanos.
Ustedes han logrado cosas muy importantes, por ejemplo: 1.-organizarse contra los patrones y los gobiernos mostrándose poderosamente como uno solo; 2-conquistar un pliego de demandas incluyendo la defensa de las mujeres contra el acoso sexual y laboral y, organizar un plan de lucha que hizo temblar a toda la patronal -no por nada la fuerte represión intentó frenar la lucha sin éxito-; y por último lograron hacer visible su propia lucha, sus condiciones -de las más miserables que viven los trabajadores asalariados en el país-, y su pertenencia a la clase trabajadora mexicana.
Deben de estar de lo más orgullosos posible de ustedes mismos y mantener esa moral para enfrentar las maniobras y rechazar la miseria de propuestas económicas y laborales que les hacen, como recientemente se demostró con el rechazo a la burla de 6% de aumento al salario. Ellos van a tratarlos de dividir con propuestas engañosas, tratando de convencer a sus familias de dejar las luchas por unos pesitos, haciéndole ofertas por afuerita a muchos de ustedes, pero todo eso muestra la desesperación de los patrones y el gobierno por calmar esta rebelión. Confíen en sus propias fuerzas y desconfíen permanentemente de las “buenas” intenciones de los patrones, los gobiernos en turno, su justicia, ya que ellos son uno mismo contra nosotros.
Es por esto que su lucha está siendo ejemplar, levantándose desde lo más profundo de la clase trabajadora de México, porque tal vez ustedes están marcando el punto de quiebre de lo que pueda venir para el conjunto de los asalariados mexicanos, que seguimos viviendo bajo la dominación estadounidense y sus buenos amigos los ricos de este país que están entregando nuestros bosques, tierras, aguas, los recursos naturales y desde luego nuestro trabajo, por los salarios de hambre, mientras ellos se enriquecen con lo que nosotros hacemos producir a costa de nuestra vida, nuestra salud, nuestras familias, etc. Igualmente los hermanos mineros de Cananea y las comunidades están luchando contra la contaminación del río Sonora.
Ustedes son parte de algo más grande que no tiene fronteras, son parte de los millones de asalariados que igualmente sufren condiciones laborales esclavas y semi esclavas en todo el mundo: en China, Argentina, Centroamérica, Estados Unidos, África, etc. Porque pertenecemos a una raza única llamada clase obrera y que se multiplica por millones en todo el mundo, más precisamente un poco más la mitad de la humanidad. Su voz la haremos sonar más allá de nuestras fronteras. Si ustedes hicieron temblar a los patrones y sus gobiernos con su lucha, que no haríamos todos los trabajadores mexicanos tomando su ejemplo contra las políticas de hambre y las injusticias.
Muchos de ustedes tuvieron que emigrar porque la miseria que se vive en sus comunidades, lo que parecía un sueño de mejores condiciones se volvió una terrible pesadilla, en la que por esa condición son sometidos a la más terrible esclavitud.
La comunión que ha surgido entre ustedes y familias, muestra cómo son los trabajadores y la solidaridad que se da entre los propios asalariados cuando se deciden a luchar por sus demandas. Ustedes no sólo merecen frijoles y tortillas que hoy con mucho orgullo comparten para mantener esta lucha viva y el día a día, ustedes merecen más que eso, merecen una vida digna para ustedes y sus familias, un salario digno, seguridad social, un techo digno como de esos pues, que los presidentes y patrones tienen en las lujosas colonias acá en la Ciudad de México y que muchos millones de pobres no tenemos, y merecen otras muchas cosas más.
Desde hace 8 años vivimos una guerra que está matando a nuestros jóvenes, a nuestros hermanos de comunidades originarias, está asesinado y violando mujeres, generando miles de desplazados y desaparecidos, como nuestros 43 compañeros de Ayotzinapa, que siguen sin aparecer, cuyo único responsable es el gobierno. Pero su lucha vino a ser un relámpago en el cielo que cimbró a miles y nos arroja mucho entusiasmo y esperanza de que si los de abajo luchamos, podemos cambiar las cosas.
No es posible que mientras ustedes producen alimentos para millones de mexicanos y para otros países, ustedes no tengan ni pa´ comer, que trabajando por más de 12 horas muchos de sus hijos estén desnudos o descalzos o coman en los mismos campos, como con los compañeros tarahumaras, es una contradicción terrible que se llama capitalismo. Esto en lo personal me genera a mí como a miles de trabajadores, mujeres, campesinos, etnias, jóvenes que están saliendo a luchar, una indignación profunda y mucho odio, de ese que sólo los trabajadores en las fábricas y en el campo conocemos contra quienes nos explotan.
Mientras los patrones viven en palacios que hemos construido con nuestro trabajo y nuestras propias manos, nuestra miseria no sólo es cotidiana, sino incluso nos han hecho sentirnos miserables y acostumbrarnos a ella. Por eso su rabia y su espíritu de lucha dice ¡ya basta! a esos mismos que hoy aterrados no tienen más que ofrecernos que sus balas, golpes, y sus jaurías de perros uniformados. Su miedo a que los trabajadores se levanten es terrible.
Habrá también abogados sin escrúpulos se acerquen para pedirles dinero a cambio de defenderlos, o bien, sin pedirles dinero hablar en nombre de los derechos de los trabajadores sólo con el mero propósito de pararse el cuello. Para defender los derechos de los trabajadores es importante defenderlos solidariamente, pero aún más importante es conocer las profundas implicaciones de su lucha, no sólo por lo que han hecho sino por lo que significa para toda la clase trabajadora del país. Reciban el apoyo de aquellos abogados que en verdad defiendan sus derechos para que su lucha triunfe a cambio de esa noble razón.
Cuenten con un abogado que ha estado en las luchas de los trabajadores a cambio no de dinero, sino solo con el propósito de que esas luchas triunfen, y que créanme también ha compartido los frijoles y las tortillas del comal, las tortas, y los tacos con el poquito de dinero o recursos que muchas veces tienen los trabajadores, pero que saben a triunfo, de ese que solo sabe a tener que seguir conquistando mucho más por nosotros y nuestras familias contra estas cadenas de opresión y explotación.
Por ahora laboralmente estoy apoyando migrantes, lo que me impide estar con ustedes personalmente, pero me pongo a su disposición en lo que pueda desde acá para ayudarles legalmente, y replicando su voz con acciones y denuncias, eso está puesto incondicionalmente al servicio de ustedes.
Su lucha hermanas y hermanos jornaleros merece triunfar.
Lic. Andrés Aullet, abogado laboralista, defensor de presos políticos, derechos humanos y migrantes.
Andrés Aullet
Abogado y maestro en Derechos Humanos