A 99 días de la desaparición y 48 horas después de un llamado recibido por Cristina Castro, el fiscal Ulpiano Martínez permite que actúe el perro Yatel, que ya encontró rastros del joven en dependencias de la Bonaerense.

Daniel Satur @saturnetroc
Viernes 7 de agosto de 2020 11:09
Foto gentileza familia Castro
Tal como informó este diario, el miércoles a la tarde Cristina Castro, madre de Facundo Astudillo Castro, recibió el llamado de una persona que afirmaba saber que había rastros de su hijo en un campo ubicado a unos ocho kilómetros de la localidad de Mayor Buratovich, más precisamente en cercanías del lugar en el que tres testigos aseguran haber visto cómo el joven era subido a un patrullero de la Policía Bonaerense el 30 de abril.
Se trata de un cruce de caminos a la altura del kilómetro 780 de la Ruta Nacional 3, con mucho descampado y con el paso de un canal de drenaje que termina en el Río Colorado, en el extremo sur de la provincia de Buenos Aires.
En el atardecer de ese día, Cristina y su abogado Luciano Peretto fueron al lugar y comprobaron que el fiscal federal Ulpiano Martínez (quien pese a haber sido recusado por la querella sigue al frente de la causa) ya había ordenado un rastrillaje en ese momento, pero dejando afuera nada menos que al perito de parte Marcos Herrero y su perro adiestrado Yatel, quien ya encontró rastros de Facundo en dos patrulleros de la Bonaerense y en la subcomisaría de Teniente Origone.
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En el momento del rastrillaje, se hallaron algunos elementos “semienterrados” cerca de un canal que desemboca en el Río Colorado, a unos 400 metros de donde tres testigos aseguran haber visto a Facundo entre las 15:30 y las 16:00 del jueves 30 de abril subir a un patrullero de la Policía Bonaerense.
Se trata de una mochila y zapatillas (prácticamente descartadas como pertenencias de Astudillo Castro), un buzo (que la familia quiere determinar fehacientemente si es o no del joven) y restos óseos no humanos. Sobre todo ese material, según informó la Fiscalía, ya hay una orden de análisis pericial (incluyendo los huesos de animal).
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Mientras la Policía Federal (dependiente del Ministerio de Seguridad nacional) se prestaba a realizar un rastrillaje irregular, y a pesar de que el otro abogado de la familia, Leandro Aparicio, elevaba en ese mismo momento y formalmente un pedido al fiscal para que autorice la participación de Herrero, su perro y otro perito, Lucas Maciel (quien a su vez tiene a la perra Uma a cargo), Ulpiano Martínez realizaría una maniobra dilatoria a todas luces intencional.
Primero no los autorizó de entrada. Después, el jueves a la mañana, le pidió autorización para dar ese permiso a la jueza María Gabriela Marrón, quien horas después le respondería por escrito que ese pedido era innecesario porque él, siendo el fiscal a cargo de la investigación, ya venía ordenando rastrillajes y el perito Herrero ya está autorizado desde hace semanas a participar de las diligencias que adopte la Fiscalía. Finalmente, recién este viernes a la mañana el fiscal terminó de dar todos los permisos y retomar en la zona las tareas abandonadas dos días antes.
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Este viernes, a 99 días de la desaparición de Facundo y siendo la zona en cuestión una de las que venían siendo marcadas por la querella como necesarias de rastrillajes y peritajes urgentes, finalmente el perro Yatel (a quien se sumó Duke, el otro perro del perito Herrero, y la perra Uma de Maciel) podrán rastrear pastizales, arboledas y demás rincones de ese campo. Y también personal de Prefectura recorrerá el canal de drenaje del Río Colorado. Se estima que el predio a rastrillar tiene unos mil metros de extensión a lo largo de la Ruta 3, en las inmediaciones de Mayor Buratovich.
Como era de esperar, allí partieron desde temprano Cristina, su hijo mayor, otros miembros de la familia y el doctor Peretto, a la expectativa de que se analice por completo la zona y determinar si hay o no rastros de Facundo, aún con el tiempo transcurrido desde el 30 de abril.
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Consultada por este diario, la querella considera la nueva maniobra de Martínez una más de muchas que demuestran que tienen razón de pedir que se lo aparte de la causa por considerar que, siendo quien en teoría más tiene que investigar qué pasó con Facundo, es quien menos lo hace y hasta ejecuta medidas que dilatan toda búsqueda genuina de la verdad. Sin embargo, la jueza Marrón confirmó en la causa a Martínez y rechazó los fundados argumentos de la familia.
Como viene relatando La Izquierda Diario, el “plantado” de algunas pistas falsas, los rumores malintencionados sobre Facundo, su familia y los abogados Aparicio y Peretto, la aparición de testigos que “recuerdan” cosas incomprobables y “olvidan” obviedades, e incluso las manifiestas dilaciones de parte de la Fiscalía Federal 1 de Bahía Blanca, no dejan lugar a dudas sobre la existencia de un verdadero operativo de impunidad que busca encubrir las responsabilidades policiales, políticas y judiciales alrededor del caso.
La propia familia le puso nombre a eso: un “plan de encubrimiento en cinco etapas”, colocando en las (hasta ahora) últimas dos nada menos que a la plana mayor de la Policía Bonaerense y su propio jefe político, el ministro de Seguridad Sergio Berni.
Ese “plan” (no escrito en ningún lado pero con sobradas pruebas de estar siendo llevado adelante) fue detalladamente volcado por escrito por la querella en el expediente, junto al primer pedido de detenciones de cuatro efectivos de la Bonaerense (dos mujeres y dos hombres) y la imputación directa de otra decena de personas(entre policías, funcionarios de la intendencia de Villarino, funcionarios judiciales bonaerenses y personas que difunden información falsa desde algunos medios de comunicación).
A todas esas personas la querella las acusa directamente de conformar una “asociación ilícita” con el objetivo, si no de hacer desaparecer a Facundo, cuanto menos de impulsar y ejecutar el plan de encubrimiento de lo que pasó con él, buscando salvar el pellejo de la Bonaerense y sus históricos métodos de violación de derechos humanos, crímenes y desaparición de personas.

Daniel Satur
Nació en La Plata en 1975. Trabajó en diferentes oficios (tornero, librero, técnico de TV por cable, tapicero y vendedor de varias cosas, desde planes de salud a pastelitos calientes). Estudió periodismo en la UNLP. Ejerce el violento oficio como editor y cronista de La Izquierda Diario. Milita hace más de dos décadas en el Partido de Trabajadores Socialistas (PTS) | IG @saturdaniel X @saturnetroc