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Red Internacional
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Impunidad bonaerense. Causa trucha contra Ezequiel Bazán: nuevos aprietes policiales días antes del veredicto

Este miércoles 22 es la última audiencia en los tribunales de Morón. La familia y organismos de DDHH denuncian una causa armada. Pese a estar con prisión domiciliaria monitoreada, la semana pasada la bonaerense “reventó” las casas de Ezequiel y su madre acusándolos de encubrir un nuevo crimen.

José Muralla

José Muralla @murayeando

Martes 21 de junio de 2022 22:47

Ezequiel y Laura, su mamá

Laura Ríos es la mamá de Ezequiel Bazán y también es militante anti-represiva desde que la policía bonaerense mató a su hermano. “Sabemos perfectamente quién sos”, le repetían los policías que allanaron y dieron vuelta todo su domicilio por una supuesta denuncia contra su hijo, mientras esposaban a sus sobrinos menores de edad.

En esta nota hacemos un repaso por el infierno que está viviendo esta familia por la arbitrariedad impunidad de la policía bonaerense y el poder judicial

La causa Armada contra Ezequiel

Ezequiel fue detenido por policías de civil en un auto civil. Y acusado por la bonaerense de participar de un robo a mano armada sin ninguna prueba, ni procedimiento: sólo con la palabra de los policías.

Para una breve descripción de la arbitrariedad con la cual la fiscalía pidió 9 años de prisión citamos parte de la declaración del colectivo contra el gatillo fácil y espacio de lucha Nilda Eloy:

“El Ministerio Público Fiscal acusa sin prueba: no tiene identificación de Ezequiel por las víctimas del robo; no tiene rastros ni ADN de los otros asaltantes en el vehículo de Ezequiel que la policía vincula al hecho; no tiene secuencia fáctica de cómo escaparon los otros implicados si es que, como pretenden, huían con Ezequiel; no tiene los AVL de los móviles policiales que realizaron la detención de ezequiel como para determinar su ubicación en la secuencia de tiempo de interés; no tiene los registros de llamada al 911 donde los vecinos supuestamente denuncian el hecho ilícito y describen el vehículo implicado; no tienen la geolocalización del celular de Ezequiel al momento exacto en que se cometió el robo; no realizó reconocimiento de objetos y personas; no pidió huellas papilares sobre el arma secuestrada ni sobre la caja registradora robada; no pidió el registro de cámaras aledañas al lugar del hecho o de la detención de Ezequiel. La fiscal Rodríguez sólo tiene a un grupo de policías que actuaron desde varios móviles, el que realizó la detención un Ford Falcon gris -auto civil-, que no pueden coincidir en cómo identificaron a la camioneta Fiorino en que iba Ezequiel y cómo realizaron la persecución y la detención, que realizaron el procedimiento sin testigos y que no siguieron el protocolo de levantamiento de rastros y de evidencia. A lo sumo cuenta con un testigo civil, a la sazón empleado de seguridad privada, que dice que vió la detención de la Fiorino, que se bajó alguien del lado del acompañante y descartó un arma, pero que dijo estar "de costado" al hecho, lejos y con poca luz, lo que le impediría haber visto todo lo que afirma.”

Los aprietes de la semana pasada

La pelea de su familia y organismos de Derechos Humanos hizo que Ezequiel espere el veredicto con prisión domiciliaria monitoreado con una pulsera. Pero la policía bonaerense hizo caso omiso de esta situación y - según cuenta la madre de Ezequiel - a las 12:30 del martes 14 rompió la puerta del domicilio de su hijo, lo tiró al piso y luego de maltratarlo le dijeron que colabore “o te comes una causa por homicidio”.

Media hora después “se llevan detenido a los cuatro: a Ezequiel, a mi nuera, a mi nietito de 2 años y a mi consuegra”. Y les secuestraron los teléfonos a todos.

Pero no terminó ahí. Luego la bonaerense fue directamente al domicilio de Laura: “a mi me allanan a las 4:30, entran a mi domicilio rompiendo todo, me apuntan con un arma a la cabeza, luego van a la habitación de a mi hija de 12 años y también le apuntan con un arma gritándole”.

También le reventaron la casa a su hermana que vive en el mismo terreno con sus cuatro hijos. A uno de ellos de 14 años lo precintaron y lo tuvieron en el piso pisándole la espalda: “mi hermana le gritaba que era menor y ellos le contestaban qué no le importaba, que ellos podían hacer cualquier cosa”.

Luego, continuando el relato, Laura cuenta que le gritaban “dónde está tu hijo el asesino”, siendo que supuestamente buscaban a un amigo de sus hijos. Laura se identificó cómo activista de Derechos Humanos, contra el gatillo fácil y la policía le respondió “sí, ya te conocemos muy bien, sos una madre criadora de delincuentes”. Y le secuestraron su teléfono.

Desde el teléfono de su hija se comunicó con todos los organismos de Derechos Humanos que pudo y cuándo llegó a la fiscalía le informaron que todos se habían sido liberados.

A Ezequiel lo devolvieron a su casa sin realizarle el precario médico que corresponde luego de que alguien es detenido en una comisaría. También le llamó la atención a su madre que el servicio penitenciario no informara a ella ni a su abogada que se había detectado que Ezequiel salió de su domicilio. Tiempo después avisaron que se habría dado a la fuga, cuándo fue la policía la que lo sacó arbitrariamente.

Pedido de justicia y terminar con las causas armadas por la bonaerense

“Quiero creer que este miércoles se va hacer justicia y Ezequiel va a quedar absuelto. Espero que los jueces se saquen la venda de los ojos” dice conmovida, su madre.

Su madre que luchó para desmontar la causa armada por la bonaerense y que contó con el apoyo y asesoramiento de distintos organismos de Derechos Humanos, mientras que la fiscalía con todas sus herramientas, acusa sin pruebas.

Esto hace que uno se pregunté ¿cuántos pibes deben estar pudriéndose en cárceles o comisarías por “perejiles” sin saber cómo defenderse? Sólo por “portación de rostro” y vivir en un barrio del conurbano, ante la necesidad de la policía de encarcelar a alguien para “resolver” un crimen.

Por eso es importante acompañar a Laura, a Ezequiel, a su familia y a todos los que están peleando contra la arbitrariedad e impunidad policial. Este miercoles 22 a las 9 en los Tribunales de Morón (Cristóbal Colón 151) comienza la última sesión del juicio y luego se leerá el veredicto.


José Muralla

Nació en Arenales (BA) en 1984. Es licenciado y profesor en Ciencia Política (UBA). Trabaja como docente de nivel medio en CABA y La Matanza. Desde 2007 milita en el PTS. Vive en Lomas del mirador y es parte del staff de La Izquierda Diario de la Zona Oeste del GBA.

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