De cara al 34° Encuentro Plurinacional de Mujeres y Disidencias, conversamos con la referente del Frente Popular Darío Santillán Corriente Nacional en el Movimiento de los Pueblos y de la Cátedra Libre Virginia Bolten de la UNLP.

María Díaz Reck Docente y congresal de Suteba La Plata
Martes 24 de septiembre de 2019 20:50
Foto: Joaquín Díaz Reck
¿Cuáles son los principales debates que se vienen dando en la Comisión Organizadora?
En todos los encuentros hemos puesto palabras para denunciar las políticas de los gobiernos, del caretaje y dobles discursos diciendo slogans feministas, pero que en lo concreto no ponen recursos para enfrentar a las violencias machistas, o cajonean proyectos por el derecho al aborto.
Las que hemos participado en muchos de los 33 encuentros conocemos estas divisiones, estas miradas diferentes, estas luchas internas, y sobre todo los debates en las comisiones organizadoras.
Las memorias colectivas dan cuenta de las reflexiones y resistencias populares contra la impunidad y las violencias de género y patriarcales en los distintos momentos y frente a los gobiernos que buscan, muchas veces, imponer planes de ajuste y hambre.
Este año, en La Plata, territorio querandí, estas diferencias han aparecido con mucha más fuerza, porque desde los sectores de izquierda, populares, desde las mujeres, lesbianas, bisexuales, travestis, trans, no binaries; desde las negras, las racializadas, hemos redoblado esas energías y queremos cambiarlo todo; que sea plurinacional, que cuestione los Estados nación, surgidos de genocidios; que estén nombradas las disidencias sexuales junto con las mujeres.
Tuvieron que pasar más de 30 años para que las voces originarias ocuparan un lugar destacado en la escena pública. Si bien participan desde los primeros Encuentros (Pluri)Nacionales de Mujeres, nunca como estos años, lograron que los reclamos se volvieran masivos.
La persecución penal a las referentes mapuches, la violencia institucional de las fuerzas de seguridad contra los territorios recuperados, la desaparición y muerte de Santiago Maldonado y del Rafita Nahuel , los pedidos por la libertad de lonkos como facundo Jones Huala; los gritos de las machis que no pudieron quemar; fueron algunas de las denuncias que llevaron a miles a gritar por estos cambios, podemos poner como puntos álgidos en Chaco y luego en territorio mapuche, se fueron haciendo cada vez más fuertes estas ideas, porque estaban, no fueron ideas caprichosas; éramos, con fuerza, con fundamentos, con sangre y dolores.
Y en ese de cambiarlo todo, apareció con mucha fuerza, aparentemente en una escena secundaria,lo político metodológico: ¿dónde se toman las decisiones? ¿Cómo se las toma? ¿Podemos seguir soportando comisiones organizadoras que se arrogan el derecho de quitar talleres, que habían sido fundamentados en la subcomisión de contenidos? ¿Cómo se definirán próximas sedes, el “aplausómetro”, el consenso puede seguir siendo un método que podamos seguir usando frente a tanta masividad? Todavía faltan madurar estas preguntas, seguramente al calor de las luchas iremos buscándole la vuelta…
Este Encuentro se da en el marco de una situación de ajuste y profundización de la pobreza y la indigencia. ¿Qué rol podría jugar el encuentro en este contexto?
“El ajuste es violencia patriarcal” es una consigna que se vio en los acampes pidiendo trabajo y denunciando el hambre; “migrar no es un delito” está presente en nuestras reivindicaciones.
“Nadie nace chorro”, denunciando el gatillo fácil; aumento salarial, no a los despidos y al trabajo precarizado, contra los femicidios; reivindicando las luchas históricas de derechos humanos, gritando cárcel real y efectiva contra los genocidas. Y en todos estos casos y más; siempre la consigna que han unido todas las luchas: “el Estado es responsable”.
Has transitado por muchos Encuentros...¿Cuáles fueron los que marcaron un antes y un después?
Otro hecho histórico que desbordó los encuentros fue la participación masiva del movimiento piquetero, desde el 2001 en adelante; no porque antes no estuvieran, pero ese año marcó hitos que tienen que ver con masividades; para esas fechas podemos ver que los partidos de izquierda comienzan a participar también masivamente.
(...)En el encuentro de San Juan del año 2013 hubo una gran movilización contra las mineras, como la Barrik Gold, para denunciar los proyectos de megaminería a cielo abierto y su relación directa con las rutas de trata de mujeres.
Las mesas feministas desde el Abya Yala, que están instaladas en los Encuentros, hace más de 10 años; han hecho realidad que para las feministas las fronteras no existen, que reivindicamos feminismos internacionalistas, socialistas desde abajo, con toda la historia y la genealogía de años de luchas que han recorrido el mundo.
Rosa Luxemburgo, Clara Kollantai, junto a Flora Tristán, a las campesinas e indígenas, a Berta Cáceres, a las luchas de las mujeres Kurdas, a las Madres de los pañuelos blancos juntos a los verdes, y los multicolores de todas estas experiencias, han teñido de internacionalismos los encuentros… Y desde estas experiencias no se vuelven, sino que se potencian.
Contanos cómo fueron los años de lucha antes de la marea verde.
El pañuelo verde se masificó en una de las marchas del encuentro, lo que ahora vemos como con naturalidad, con un uniforme de llevar los pañuelos verdes en nuestros cuerpos; surgió de esas experiencias masivas encuentreras… Ahí también se conocieron los preparativos para el armado de la Campaña por el derecho al aborto, que se ha potenciado y masificado con la “marea verde será Ley” de estos años.
Pero si no vemos esa historia, si pensamos que esa marea verde no tiene un proceso de muchos años de construcciones, a pesar de los gobiernos que nos han negado la posibilidad que sea ley, estamos pensando en lo mágico.(...)Muchas han sido las experiencias para esta masificación, casi imposible nombrarlas, todo lo que ha surgido de esas experiencias como las redes de mujeres que acompañan a mujeres y cuerpos gestantes que quieren abortar, la red de profesionales y docentes por el derecho a decidir, las miles de charlas, los escraches a los hospitales y profesionales defensores del aborto clandestinos, las cátedras en las universidades, las pibas de las escuelas secundarias exigiendo junto con las docentes el ejercicio y el debate sobre la ESI.
Por eso ahora, más que nunca llevaremos nuestros gritos, nuestros pañuelos verdes al encuentro plurinacional. No vamos a negociar con las que plantean que las de los pañuelos celestes estén en los encuentros, ellas son las que avalan muertes de miles de jóvenes, ellas son las que están avalando delitos.
El movimiento de mujeres y disidencias se encuentra en una encrucijada. ¿Qué perspectiva ves para el movimiento?
- Veo como perspectiva el fortalecimiento de un movimiento de mujeres y feminista anticolonial, clasista, antiimperialista, luchador, que contenga a las diversidades, a las cuestionadoras de las heteronormas, a las disidencias sexuales, a las cumpas de los pueblos originarios del Abya Yala, que le de batalla a los binarismos; que siga teniendo como banderas el derecho a decidir.
Estos movimientos que cuestionan la explotación y cuestionan el control de nuestro tiempo y el trabajo precarizado, que reflexionan y cuestionan la división sexual del trabajo y el trabajo invisibilizado del cuidado. Estos movimientos están conmoviendo todo, están subvirtiendo los modos opresivos y jerárquicos de hacer política,