Las de este viernes fueron las manifestaciones más grandes en Chile desde el fin de la dictadura. En Santiago 1,2 millones se movilizaron, y cientos de miles en todo el país. ¿Cómo seguir la lucha para tirar a Piñera y acabar finalmente con la herencia del pinochetismo?

Pablo Torres Comité de redacción La Izquierda Diario Chile
Sábado 26 de octubre de 2019 02:00
Millones se movilizaron este viernes en todo Chile. En Santiago se vivió la manifestación más grande en casi 30 años de democracia con cerca de 1,2 millones de personas. Así fue también en todo el país desde norte a sur, masivas mareas que se manifestaron en las calles. En todo el país se hablaba de la “marcha más grande de Chile” convocada por redes sociales y a la cual se fueron sumando cientos de organizaciones sociales.
Las masivas movilizaciones expresaron diversos sectores sociales, con protagonismo de la juventud y las clases medias. También intervinieron trabajadores, aunque solo en lugares más acotados con sus organizaciones como en Antofagasta. También acudieron a la manifestación miles de pobladores y jóvenes precarios de diversas zonas del país. El tono de la manifestación fue pacífica, casi sin enfrentamientos y en un tono festivo y de carnaval, a diferencia de las revueltas que comenzaron hace exactamente una semana donde tanto en la capital como sobre todo en las poblaciones y comunas más periféricas del país la explosión del odio social de millones de pobres y sectores marginales, junto a la juventud, desarrolló una rebelión que tuvo la respuesta militar y del estado de emergencia por parte del gobierno, que a punta de balas y golpizas logró controlar la explosión del odio social de los barrios más marginales del país.
Los cánticos expresados en las manifestaciones expresaron el amplio rechazo al gobierno, con el “Fuera Piñera” como un sentimiento masivo así como el repudio al estado de emergencia y los hechos de represión que hemos visto durante casi toda la semana. Así también, la denuncia a las condiciones de las herencias de la dictadura en pensiones y sueldos de miseria, salud pública de precariedad, y diversos malestares con las herencias del “modelo” que legó Pinochet. En Valparaíso la dinámica fue distinta, donde más de 20.000 personas durante la mañana avanzaron hacia el Congreso, con una fortísima represión policial, con algunos miles que llegaron a las puertas del Congreso, viéndose los parlamentarios obligados a desalojar.
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El gobierno asesino y criminal de Piñera y la derecha, de forma completamente hipócrita buscó dialogar con la manifestación para realizar sus trampas. Piñera con un tweet señaló: “La multitudinaria, alegre y pacífica marcha hoy, donde los chilenos piden un Chile más justo y solidario, abre grandes caminos de futuro y esperanza. Todos hemos escuchado el mensaje. Todos hemos cambiado. Con unidad y ayuda de Dios, recorreremos el camino a ese Chile mejor para todos”. Mientras sacó a los milicos para a punta de bala y temor tirarlos contra las más pobres del país que le permitió controlar los elementos más revulsivos y explosivos que pusieron en jaque a su gobierno, busca ahora dialogar con una marcha ciudadana para desviarla en los marcos de sus engaños y sus trampas institucionales.
Esta misma hipocresía refleja los partidos del régimen y los grandes medios de comunicación de masas, que mientras se sucedieron la revuelta criminalizaron furiosamente a ésta y a la juventud, y ahora buscan dialogar con las manifestaciones pacíficas para encausarlas en los marcos del viejo régimen heredero de Pinochet, para conceder migajas para que nada cambie realmente y así con sus engaños, sostener las herencias de la dictadura y del “modelo”.
Con ello, están preparando nuevas trampas y engaños. En los círculos del poder se preparan varias salidas: en la derecha se discute desde un cambio de gabinete, hasta la formación de un gabinete de “unidad” con la oposición. Otros señalan que el camino es redoblar la apuesta con más medidas sociales pues serían insuficientes las propuestas. Sin embargo, como señaló bien el vocero de los grandes empresarios, Diario Financiero, están dispuestos a nuevas medidas sociales sin poner en juego el “modelo”, es decir, sin tocar los pilares de la herencia de la dictadura, que permita desactivar las manifestaciones con concesiones que no toquen un pelo del sistema que instaló la dictadura.
La trampa del diálogo social de Piñera así como las negociaciones parlamentarias con los partidos de la ex Concertación van en este mismo sentido: conceder algo para no perder sus privilegios e intereses que les otorga el “modelo”.
Sin embargo, son trampas y engaños que nos buscan desviar a las viejas instituciones para que todo se mantenga igual. Si no echamos a Piñera con la fuerza de las calles, con la huelga general y la movilización, se mantendrán las malditas herencias de la dictadura y continuarán los padecimientos de las grandes mayorías, los sueldos y pensiones de hambre, el endeudamiento, la educación y salud privadas. Con Piñera en el gobierno, serán puras trampas. Con el diálogo social y las negociaciones parlamentarias, se sostendrá, con algunos cambios, el viejo régimen.
Otra salida, es que manteniéndose masivas movilizaciones en los próximos días, se force la renuncia de Piñera entre los salones de palacio e incluso la posibilidad de que se planteen plebiscitos o fórmulas de Asamblea Constituyente que en manos de un gobierno derechista y un parlamento con mayoría de ladrones y de políticos millonarios al servicio de los grandes empresarios, sea amañada y no resuelve los padecimientos de las grandes mayorías. O sea, que deje intacto el Chile al servicio de los grandes millonarios y fortunas, que hoy están dispuestos a ceder migajas pero sin cuestionar los pilares de sus intereses.
Junto con miles de luchadores, desde La Izquierda Diario y el Partido de Trabajadores Revolucionarios (PTR) creemos que hay que acabar con Piñera y convocar a una Asamblea Constituyente Libre y Soberana mediante una huelga general activa y de lucha, que lo tire abajo a Piñera y todo el viejo régimen.
El Partido Comunista y el Frente Amplio alimentan ilusiones en que mediante el “diálogo sin exclusión”, la negociación parlamentaria con la “oposición” así como con “plebiscitos” o en las próximas elecciones, podremos conseguir una salida favorable al pueblo trabajador. Sin embargo, esta política que ayuda hoy a salvar a Piñera al no proponerse voltearlo con la fuerza de las calles, contribuye al desvío que busca el régimen y los grandes poderes empresariales de cambiar algo para que nada cambie, y se postergue la resolución de nuestras aspiraciones sociales y democráticas.
La enorme fuerza que se ha desplegado esta semana jaqueando virtualmente al gobierno y a las viejas instituciones, cuestionando las herencias de la dictadura sufridas por las grandes mayorías, es un motor que debemos desarrollar para imponer una salida favorable a los trabajadores y el pueblo. La lucha por conformar asambleas, coordinadoras y comités de lucha, un camino que no quieren las burocracias, está planteada para organizar y desarrollar las fuerzas desplegadas para imponer un camino favorable a los explotados y oprimidos, que permita avanzar hacia organizar la huelga general para tirar a Piñera e imponer una Constituyente verdaderamente Libre y Soberana, para que sea el pueblo quien realmente decida, y no que decidan los mismos de siempre en las viejas instituciones, que buscarán hacer de todo para que se mantengan sus privilegios y sus negocios.

Pablo Torres
Dirigente nacional del Partido de Trabajadores Revolucionarios (PTR). Autor y editor del libro Rebelión en el Oasis, ensayos sobre la revuelta de octubre de 2019 en Chile, Edición Ideas Socialistas, 2021.