Apertura legislativa. Chubut: gestionar el ajuste y la deuda, la política de Torres

“El gobierno nacional se equivocó porque pensó que Chubut no se sabía defender” dijo el gobernador Ignacio Torres, distendido y canchero, entre mate y mate, en una apertura de sesiones con una Legislatura colmada de un optimismo que contrasta con el panorama negro planteado en el discurso del ejecutivo. Mucha mención a los guanacos en su enfrentamiento con el gobierno nacional, muchos datos y apelaciones al “trabajo, desarrollo y competitividad” sin responder de un modo que no implique profundizar la crisis en torno al problema central: la deuda.

Lo cierto es que el Gobernador que anunciaba “cerrar el grifo”, terminó apelando a la Justicia para dirimir una disputa que escaló y mostró, no sólo la vulnerabilidad del gobierno nacional, sino la imposibilidad de los gobernadores de la oposición (en el caso de Torres, el 10% de oposición a Milei que le quedaba) de poder enfrentar seriamente el ajuste sin quedar ellos mismos expuestos en el ajuste que vienen implementando. Una impostada actitud confrontativa para lograr el dialogo.

Buscando victimizarse y construyendo una épica de su supuesta “patriada federalista”, Torres buscó erigirse como abanderado de los gobernadores contra las “extorsiones” del gobierno nacional con el corte de la coparticipación. “Gano el federalismo, gano el modelo de país que tenemos que reivindicar y alzar la bandera cada una de las provincias de Ushuaia a La Quiaca” dijo el gobernador ante la Legislatura. “Respeto por el federalismo”, bramó.

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Vale la pena recordar lo que el “gobernador rebelde” que apoyaba hasta ayer nomas el 90% del plan de saqueo de Milei, decía en Tweeter el pasado 24 de febrero “En sólo 78 días, rajamos más de 3.500 ñoquis, metimos en cana a un sindicalista corrupto, intervenimos el organismo previsional que estaba repleto de curros y avanzamos con el plan de austeridad fiscal más grande la historia de la Provincia. Todo esto, sin el apoyo de Nación. Y ahora, nos quitan la coparticipación de manera ilegal”

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Reivindicando el dialogo y las negociaciones en la Legislatura, Torres comparó lo logrado por él y lo logrado por el gobierno nacional. “un modelo no logro absolutamente nada, nosotros logramos delegación de facultades, la emergencia [...] ese es el camino que tenemos que seguir, el camino del diálogo”. Faltó mencionar el Comando Unificado, la Ley de Presencialidad Docente y otras “leyes fundamentales” que, en comparación con la derrota de la LO que sufrió Milei y los reveses judiciales contra el DNU 70/23, muestran la comunidad de interesas de los partidos patronales detrás del gobernador. Una coalición para el ajuste.

Y tiene razón. Milei no pudo avanzar tanto como Torres que lo hizo con el aval de todo el arco político provincial que en la Legislatura le voto todo con unanimidad, henchido de orgullo federalista, para profundizar la dependencia y el atraso de una provincia hundida por los mismos métodos que nos trajeron hasta acá: libre concesión de explotaciones petroleras, libre disponibilidad para endeudar la provincia y la consabida “reestructuración del Estado”, algo que el propio Arcioni utilizó para reducir la planta provincial. Una “patriada” para saquear aún más nuestros bienes comunes y territorios en beneficio de las empresas imperialistas, profundizando el ajuste contra el pueblo trabajador.

En relación a la deuda provincial “que recibimos” (cualquier similitud con la pesada herencia no es casualidad), Torres habló de “sortear los obstáculos para enfrentar la bomba financiera que nos toca desactivar”. “BOCADE 2016, U$S 650 millones, saldo de capital U$S461 millones sin contar intereses, TIDECH 2021, 110 millones, bono de conversión 2022, $1850 millones, letras del tesoro por U$S48 millones, 2022-2023 FFDP 44.000 millones. Hoy la deuda es de 144.000 millones” enumeró el nuevo habitante de Fontana 50, sin el menor atisbo a cuestionar dicah deuda que compromete un total de “U$S1269 millones, de los cuales debemos aun U$S621 millones. Deuda en pesos de 45.000 millones de pesos, que hoy por los intereses son $126.000 millones a cancelar en un año. 5 veces y media una masa salarial de Chubut”

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“¿Cómo lo vamos a resolver?” preguntó el gobernador ¿Cobrando los impuestos que en los últimos 15 no pagaron los terratenientes, aumentando el control sobre las empresas pesqueras que saquean nuestro mar, aumentando las regalías petroleras, controlando las exportaciones mediante la estatización de los puertos, cobrando más impuestos a ALUAR, estatizando las centrales hidroelectricas y eólicas? Pues, no.

Así como en la pelea con el gobierno nacional por la quita de coparticipación en función de la deuda con el FFDP el ministro de Economía, Facundo Ball, ofreció un nuevo endeudamiento en base a las regalías petroleras, Torres, en lo concreto, habló de… si, adivinaron: más deuda y más ajuste.

Por un lado, la Ley de Responsabilidad Financiera que le permitirá un empréstito de U$S 200 millones para pago de deuda y obra pública, “no para gastos corrientes”. Por otro, modernizar el Estado como medio para “superar la situación de falta de transparencia y corrupción”, mediante una oficina virtual, chatbot para gestión de trámites y censo del personal público, un claro camino de despidos en sintonía con el ajuste para pagar la deuda, con el slogan de un “Estado eficiente” que se viene implementando en consonancia con el decreto 83/23 de Milei.

La gran bandera de la Educación que Torres agitó durante toda la campaña, tuvo un lugar destacado. “Se perdieron 2 y medio ciclos lectivos en los últimos años por la falta de clases”, dijo el gobernador que logró la ley de presencialidad para limitar le derecho a huelga de los y las docentes. Asimismo, destacó el “acompañamiento de los gremios estatales” en el camino de lograr la recomposición salarial, los 400 millones de pesos de fondos provinciales a partir de febrero ante la quita del FONID, y anunció el Plan Chubut Aprende 2024-2027.

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Seis años sin escuelas nuevas con fondos provinciales, los problemas de infraestructura, el escandalo de la ex ministra de Educación Perata, fueron los tópicos con los que Torres buscó pintar un panorama dramático de “tragedia educativa” desde el cual parte su gestión en materia educativa. Poner la vara lo más bajo posible y ampararse en la pesada herencia para justificar el ajuste, cualquier similitud con Milei es 90% coincidente.

Obras de infraestructura, ordenamiento de cuentas y anuncios de todo tipo, no son más que declaraciones al aire que suena difícil en su realización con fondos provinciales toda vez que éstos están comprometidos en el pago de una deuda que el gobernador no solo no piensa investigar o desconocer, sino que honrará con más deuda. El problema es que las joyas de la abuela, vendidas a bajo costo durante el memenismo, hoy cambiaron de dueños y resulta poco creíble que repitiendo el esquema de endeudamiento crónico que afecta a la provincia desde 2011, por lo menos, pueda revertirse la espiral de decadencia en la que nos sumen los sucesivos gobiernos.

Sin desconocer una deuda que no significó obras, ni ningún tipo de mejora para el conjunto de la población, pero que compromete mes a mes lo recursos provinciales que permitirían las necesarias infraestructuras mediante un plan integral de obras públicas para resolver el problema de la desocupación, de las escuelas en ruinas, de hospitales vaciados, de una crisis habitacional brutal y de rutas destruídas, no habrá manera de superar la crisis en la está hundida la provincia y el país.

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Los planteos de Torres, como si Chubut fuera una realidad desligada del ámbito nacional, son promesas vanas y contumaces que se repiten gobierno tras gobierno. Es necesario enfrentar el ajuste en las calles, el único lenguaje que entienden los gobiernos. Si derrotamos en las calles la nefasta Ley Omnibus de Milei, y antes la zonificación minera de Arcioni, es momento de organizar la fuerza de la clase trabajadora en asambleas donde decidir todo entre todxs para derrotar también los planes de represión y ajuste de Torres, que como buen alumno de Bullrich, ya logró su propio comando unificado en Trelew, sabedor de que el ajuste no pasa sin represión.