A cien años del Congreso Feminista en Yucatán las condiciones de miseria, opresión y explotación para las mujeres se mantienen, por lo cual cobra vigencia la necesidad de la organización de las mujeres.
Sábado 23 de enero de 2016
En octubre de 1915, en el periódico La Voz de la Revolución afín al gobierno, Salvador Alvarado, gobernador interino de Yucatán, lanza la convocatoria para el Primer Congreso Feminista en México; realizado a pesar de las vicisitudes en enero de 1916.
Del 13 al 16 de enero de 1916, cientos de mujeres se reunieron en el teatro Peón Contreras para dar inicio al congreso. Las organizadoras fueron en su mayoría profesoras, Consuelo Zavala y Dominga Canto, ambas instructoras, formaron parte del comité organizador. Sin embargo, como menciona Anna Macías: “aunque el gobernador del estado de Yucatán dejó las tareas del congreso a las mujeres, quiso controlar las deliberaciones organizando el programa”.
La invitación estaba dirigida a mujeres “honestas” que cumplieran mínimo, con un grado de educación, método de selección que a luz deja ver prejuicios de clase de Alvarado contra las mujeres indígenas y de los sectores populares, que en Yucatán vivían en condiciones de esclavitud en las haciendas henequeneras. La mayoría de las asistentes fueron profesoras y mujeres de clase media y alta.
El congreso generó gran suceso debido a que fue el primero en México y el segundo en América Latina; a su llamado, a pesar del poco tiempo para su organización, asistieron más de 600 delegadas, previamente escogidas por el comité organizador para que éstas llevaran ponencias con diversos temas sobre el cómo liberar a las mujeres del yugo de la opresión y la importancia de su educación. Durante esos días, las clases en las escuelas fueron suspendidas para que todas las profesoras pudieran asistir.
Al interior del congreso las diferencias políticas surgieron al calor de la discusión. Se expresaron tres alas; el ala radical dentro del Congreso fue liderada por Hermila Galindo con su discurso inaugural “La mujer del porvenir” en donde manifestaba que era necesaria una educación sexual para conocer y controlar sus cuerpos, además de su crítica a la Iglesia católica, el machismo y su apoyo total al divorcio y al sufragio femenino.
El ala conservadora, la cual tuvo mucho peso al interior, era dirigida por Francisca García Ortiz, erananti-feministas y estaban en contra de la educación para las mujeres –o únicamente lo necesario para atender el hogar-, en cuanto al voto femenino estaban en completo desacuerdo, se oponían con argumentos como los presentados por Cándida Ruiz Patrón: “ las mujeres no son física ni moralmente iguales, solamente pueden hacer las leyes las personas que pueden sostenerlas con las espadas en la mano”.
A pesar de hacerse expresar estas dos posiciones totalmente opuestas, el ala moderada liderada por una de las organizadoras fue la mayoritaria. Consuelo Zavala destacaba que una de las soluciones para liberar a las mujeres del yugo de la opresión era a través de la creación de escuelas, además de reformar el código civil, política con la cual la mayoría de las asistentes acordaron. De esta manera las resoluciones quedaron desdibujadas y sólo unas cuantas delegadas se encargaron de llevar a cabo estas últimas propuestas.
No obstante el voto femenino fue un punto a discutir, la gran mayoría de las asistentes estuvo en contra de votar y ser votadas, mucho más de ocupar cargos públicos, argumentando que no tenían la capacidad para tomar tales decisiones.
Alvarado al no obtener las resoluciones que esperaba, como era la lucha por el derecho al voto femenino, decide convocar a otro congreso en noviembre del mismo año, sin embargo, no llega ni la mitad del quórum del primer congreso. Alvarado fue un burgués liberal que enfrento al oscurantismo clerical y fue de los primeros en nuestro país de incorporar un programa con los derechos de las mujeres. Nada ingenuo, puesto que Alvarado deseaba la gubernatura de Yucatán, para de esta manera, obtener la presidencia; sabía que si las mujeres obtenían el derecho a votar, lo respaldarían.
El Congreso feminista yucateco constituyó una expresión progresista de su época, planteó la necesidad de la educación laica e igualitaria para las mujeres, además de su organización e inserción en la vida política del país; se centró en discutir el voto femenino a nivel municipal basándose en la falta de preparación de las mujeres.
Este Congreso es un antecedente importante de las luchas feministas, los temas que se discutieron fueron retomados en los congresos posteriores que se realizaron en nuestro país en los años veinte y treinta. Un espacio que propulsó la lucha por el reconocimiento al sufragio femenino. Antecedente que estuvo alejado de las cientos de miles de mujeres de clase baja, urbana y rural que levantaron el fusil contra los resabios de la dictadura y los terratenientes al grito de “Tierra y Libertad”.
A cien años del primer encuentro feminista, la opresión de las mujeres sigue existiendo, expresión de ello es el desarrollo de fenómenos como la feminización de la precarización y el feminicidio, la doble jornada laboral de las trabajadoras, el acoso sexual, la criminalización del aborto, entre otras cuestiones. Ante ello, necesitamos efectivamente de la participación política de las mujeres que retome la lucha contra este sistema que explota y oprime a miles cada día.
Las mujeres de Pan y Rosas queremos que la fuerza del pasado se haga presente para levantar un necesario movimiento de mujeres que se apueste no sólo al reconocimiento legal de nuestros derechos, sino donde el punto de equilibrio no sea la igualdad ante la ley sino frente a la vida.
Movimiento que esté dispuesto a nutrirse, acompañar y empujar la lucha de los sectores más oprimidos, como las obreras de la maquila en Juárez, las obreras de Sandak en Tlaxcala y la de las trabajadoras de intendencia de la Ciudad de México. Compañeras con las que queremos confluir para luchar por un mundo nuevo. Esa es nuestra apuesta.
Con información de:
Macías, Anna, Contra viento y marea. El movimiento feminista en México hasta 1940, D.F, UNAM-PUEG.
http://www.juridicas.unam.mx/publica/librev/rev/hisder/cont/10/cnt/cnt9.pdf