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Red Internacional
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Cipe Lincovsky y sus pasiones

A los 85 años falleció Cipe Lincovsky, pero seguirá siendo recordada por su pasión por la actuación, por Bertolt Brecht y su compromiso por los derechos de la mujer..

Lunes 31 de agosto de 2015 22:24

Se caracterizó por tener una activa participación en las actividades culturales de la colectividad judía en Argentina. Con humor comentaba: “Nací argentina, judía y actriz. Lo único que me faltaba para estar bien pero bien jodida era ser negra y comunista”.

Sus comienzos en la escena teatral fueron de la mano de la Maestra de actores Hedy Krilla. También tuvo el privilegio de actuar Teatro de Arte de Moscú —la sala de Stanislavsky— y en el Berliner Ensemble, donde dirigió Bertold Brecht.
En el año 1998 cuando se cumplieron 100 años del nacimiento del dramaturgo estrena "Cipe dice Brecht", un tributo al dramaturgo alemán. Era una obra con monólogos, poemas, canciones y fragmentos de obras del alemán, traducido y adaptado por ella misma. Cipe, casualmente era amiga de su viuda, Helene Weigel, quien le brindó de anécdotas que ella contaría en el espectáculo.

La pieza giró por escenarios internacionales y numerosos festivales de teatro. Ocho años más tarde de su estreno la presenta en el Centro Cultural de la Cooperación de Buenos Aires.

Participó activamente hasta sus últimos años de diversas campañas contra la Violencia hacia las Mujeres y por la Legalización del Aborto. Por el año 1974, Avanzada Socialista, el periódico del Partido Socialista de los Trabajadores (PST) publicó diversas notas contra el decreto de prohibición de venta anticonceptivos lanzado por María Estela Martínez de Perón. En esa prensa, Cipe Lincovsky por su parte también se pronunció en contra, declarando que “La ley de los anticonceptivos es una medida más de tipo represivo” (Avanzada Socialista, año 2, nº 97, 1974).

En el año 1975 se exilió a España regresando al país cinco años más tarde.
De regreso en Argentina durante la dictadura de Videla protagonizó "Antígona" obra que en su momento tuvo fuerte repercusión. En el acto final ella iba arrastrando el cuerpo de su hermano sobre una bandera roja que era la sangre que recorría todo el escenario pidiendo poder enterrarlo. Mientras las madres de desaparecidos estaban pidiendo los cuerpos de sus hijos para poder enterrarlos. Pero este hecho para ella no fue gratuito, ya que pusieron bombas en su domicilio y tuvieron que levantar el espectáculo.

Años más tarde, tras un largo recorrido como artista ella misma se definió en escena: una acróbata sin red.