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Red Internacional
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PRESIDENTA CELESTE. Claudia Ledesma: la senadora antiderechos que presidirá Argentina el próximo jueves

Con Alberto Fernández en Europa y Cristina Kirchner en Cuba, la santiagueña Claudia Ledesma, presidenta provisional del Senado, quedará a cargo del Poder Ejecutivo y será la mandataria del país por un día.

Sol Bajar

Sol Bajar @Sol_Bajar

Lunes 3 de febrero de 2020 14:59

A propuesta de Cristina Fernández, la senadora nacional y ex gobernadora de Santiago del Estero, Claudia Ledesma Abdala de Zamora, se convirtió el 10 de diciembre pasado en la Presidenta Provisional de la Cámara alta. Un cargo que en el gobierno anterior había ocupado Federico Pinedo y antes, bajo la última gestión de CFK, precisamente su esposo, Gerardo Zamora, el “radical K” que gobierna la provincia desde 2017, ya en su tercer mandato.

El cargo que ubica a Claudia Ledesma como segunda en la línea de sucesión presidencial, le confiere entre otras cosas la tarea de ocupar el sillón de Rivadavia cuando las máximas autoridades del Ejecutivo nacional estén ausentes del país.

Y eso, precisamente, es lo que ocurrirá el jueves entrante, por unas 32 horas. La superposición de viajes al exterior, con Alberto Fernández en Europa hasta el viernes y con Cristina Kirchner en Cuba desde el 6 al 16 de este mes, le dará a la senadora celeste el mando sobre el Ejecutivo nacional y, luego, sobre la vicepresidencia de la Nación.

Haciendo números con TODOS

Para muchos analistas, el cargo que le da a Ledesma Abdala este poder en el gobierno, es expresión del reconocimiento oficial para el categórico triunfo del gobernador Zamora, su esposo, en las elecciones pasadas, cuando su candidatura arrastró un buen caudal de votos (75%) para la fórmula presidencial.

La apuesta del Frente de Todos en el Poder Legislativo también parece sumar otros motivos. Al gobernador santiagueño responden al menos tres senadores -incluida Abdala- y siete diputados nacionales, agrupados todos en la bancada del Frente Cívico Santiago, actualmente aliado al oficialismo.

Un número nada desdeñable a la hora de garantizarse, como pretende el gobierno nacional, la primera minoría en la Cámara de Diputados y el quórum propio en la Cámara de Senadores. Maniobra clave, por cierto, para que los proyectos que en apariencia se promueven como resultado de "sanos debates democráticos", no encuentren mayores obstáculos para su aprobación definitiva.

Aliades del gobierno y la jerarquía clerical

Que el Frente Cívico Santiago tenga a sus integrantes, comenzando por Abdala, militando activamente contra la educación sexual integral, la anticoncepción gratuita, el aborto legal o la separación inmediata de las Iglesias del Estado, no parece ser un problema para los sectores que dirigen los destinos del país. Ni ahora, ni antes.

Aunque desde el gobierno aseguran que “habrá novedades” sobre el derecho al aborto, la negativa que se sostiene en los hechos sigue condenando a millones de personas gestantes a graves consecuencias en la salud, cuando no a la muerte que es producto de la clandestinidad, de la falta de recursos y de la criminalización de la práctica. Esa es la realidad que condena a las mujeres. Y la garantizaron con su voto, en 2018, senadores y senadoras del peronismo y de Cambiemos.

Claudia Ledesma Abdala de Zamora, de hecho, es una de esas senadoras "percha", como apodaron millones en las calles a quienes, como ella, impidieron que el aborto se realice legalmente, en el hospital, ante la sola demanda y en condiciones de salubridad.

Respondiendo a los mandatos de las Iglesias, aquel 8 de agosto de 2018, la senadora antiderechos fundamentó su voto contra las mujeres diciendo que despenalizar la práctica "no resuelve el problema, elimina simplemente el derecho a la vida de una persona por nacer". Algo similar a lo que sostuvo, también ese día, la senadora kirchnerista Silvia García Larraburu, que también fue premiada ahora con un nuevo mandato en la Cámara alta. Otra expresión cabal del punto al que llega la alianza de "verdes" y "celestes" que promueve el gobierno.

La realidad que se esconde detrás de los discursos

Las declaraciones de Abdala se materializan en la provincia que gobierna su marido, y antes ella, con una política perversa y criminal: allí, en 2018, cientos de niños y niñas de un colegio confesional fueron obligados a marchar, a paso militar y con pañuelos celestes colgando de sus cuellos, en contra del derecho a decidir y a no morir al hacerlo.

¿La contracara? La imposición de la educación religiosa en las escuelas públicas con aval oficial; las 445 mujeres que ingresaron a hospitales públicos con complicaciones por abortos mal hechos solamente en 2013 -año de la última actualización disponible-. La taza de dos de cada diez nacimientos que convierten en madres a jóvenes menores de 20 años, según fuentes oficiales. Las ocho de cada diez mujeres que responden tras el parto no haber buscado ese embarazo, no haber querido ser mamás. Todas cifras que de acuerdo al Sistema Informativo Perinatal, convierten a Santiago del Estero en la provincia con la cuarta tasa de natalidad más alta del país.

“La hipocresía se apoderó de nuestra sociedad”, afirmaba hace un tiempo, en referencia al accionar del Frente Cívico Santiago, la docente e investigadora del grupo Géneros, Política y Derechos de la Universidad Nacional de la provincia, Cecilia Canevari. “No logramos que el Ministerio de Salud apruebe el protocolo para la atención de abortos no punibles ni la aplicación de la educación sexual integral en las escuelas, y la Iglesia presiona fuertemente”, afirmó.

Sin dudas, las presencias y el poder de estos sectores en el Frente de Todos le aportan al gobierno el perfil que requieren los mandatos de la Iglesia. Pensemos nomás en el aparente cruce de pareceres entre el papa Bergoglio y el presidente Fernández acerca de la reunión que mantuvieron, en la sede del Vaticano, hace pocos días.

Después de esos cruces, alrededor de la "verdadera magnitud" que tuvo el tema del aborto en el encuentro, dar un poco de protagonismo a una figura como Ledesma Abdala, no vendrá nada mal de paso para matizar esos (aparentes) desencuentros y (supuestas) grietas.

Igual que la senadora Ledesma, por si falta, el gobierno contiene a otros diputados y senadores antiderechos que cumplen -y todo indica que cumplirán- ese mismo papel en el nuevo gobierno peronista. José Mayans, hombre de Gildo Insfrán y de la Iglesia católica, que hoy preside nada menos que el bloque del oficialismo en la Cámara de Senadores; Eduardo Valdés, fuertemente vinculado al Vaticano y promotor del grupo "Peronistas por la vida", son sólo algunos nombres que empiezan a resonar.