El estadio de la Corregidora se manchó de sangre, cuando miembros de las "barras bravas" agredieron a los espectadores que asistieron al partido de Atlas de Guadalajara y los Gallos Blancos de Querétaro, aquí te contamos algunas de las claves para entender lo que sucedió el pasado fin de semana.
Lunes 7 de marzo de 2022
El partido de futbol Soccer entre los equipos de Atlas de Guadalajara y los Gallos Blancos de Querétaro se vio interrumpido debido a una reyerta que dio comienzo en el graderío, según se vertió en distintos medios locales y redes sociales, entre las porras de ambos equipos que terminó desencadenando una verdadera barbarie.
No sería la primera vez que a raíz de las disputas entre las “Porras” y/o “Barras Bravas”, como suele decírseles a grupos organizados en torno a una afición deportiva, que al día de hoy se mantienen y estimulan desde las directivas de los propios clubes deportivos, se desencadenen actos violentos, aunque parece ser que ninguno, hasta hoy, de tales magnitudes en nuestro país.
Autoridades y medios, registraron la interrupción al minuto 20 del segundo tiempo, sin coincidir del todo en las versiones, aunque ya en los ultimos minutos del juego se alcanzaba a ver al fonde de las imagenes a el desarrollo de la trifulca en las tribunas que rebasó los límites y la gente buscó la forma de bajar a la cancha como último refugio .
Diversas fuentes se disputan la existencia o no de personas fallecidas, que el propio gobernador panista Francisco Kuri desmintió asegurando solo la existencia de heridos de gravedad y personas hospitalizadas, todos bajo atención médica, lanzando amenazas contra quienes resulten responsables.
Una mayoría de opiniones destaca la ausencia de seguridad para un partido de futbol, como el que atañe, considerado de “alto riesgo” por la añeja rivalidad entre las aficiones y clubes. El Coloso del Cimatario, como también se le llama, deberá pagar las consecuencias de las acciones, manejos e irrresponsabilidades de aquellas personas que prepararon y posibilitaron el terreno para el encuentro y desencuentro brutal entre clubes y su afición.
¿Un problema de seguridad?
En las imágenes que circulan de lo sucedido en el estadio de la Corregidora en Querétaro se describe, sea por inacción, falta de planeación y/o evidente colaboración de las policías y encargados de proporcionar la seguridad, en un encuentro deportivo con antecedentes de amplia rivalidad, que por consiguiente, implican y refieren alguna responsabilidad de las autoridades, cuando no un vínculo entre el gobierno queretano con las personas responsables.
El actuar policiaco y de las autoridades durante los hechos -expuesto a través de videos que circulan en medios, ahora nacionales e internacionales, así como mayores redes sociales- muestra su papel, una vez que posibilitaron los ataques por medio de la apertura de las puertas que dividían a las aficiones y barras, y más tarde, observar con amplia calma la forma en que una colectividad de imbéciles tomó por cuenta propia la "seguridad" del lugar.
Lo que ahí sucedió fue un ejercicio brutal de violencia que no pudo acontecer sin un mínimo de colaboración y coordinación entre autoridades, organizadores, policías y agresores.
Además de los autores materiales de estos absurdos y abominables hechos, los gobiernos estatal y municipal de Querétaro, junto a los cuerpos policíacos de ambos niveles, así como los dueños de los clubes son los principales responsables de la barbarie en el estadio “Corregidora”.
El Gobierno Estatal de Querétaro, así como la Liga MX, y los dueños de los clubes deportivos, en lo inmediato, deberán garantizar el total de los gastos médicos de todas las personas afectadas, así como el rembolso integro del costo de entrada.
Intereses detrás
No podemos olvidar que, además de lo escrito, las “Barras bravas” patrocinadas por las directivas de los clubes, no en pocas ocasiones se les ha vinculado y/o demostrado que han tenido participación, a través del clientelismo más simple y rampante con los partidos y personajes políticos, incluso en contiendas electorales, de la misma manera, que no en pocas veces se les ha ligado y/o vinculado con grupos porriles que responden a intereses específicos, así como el crimen organizado.
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No se puede negar tampoco, que algunos de los actores materiales, sean personas ampliamente identificadas como integrantes de uno u otro grupo delictivo, así como con algún historial ilícito. No obstante, su protagonismo en el estadio Corregidora de Querétaro, nos lleva a preguntarnos:
¿El crimen organizado ha logrado tal impacto en las instituciones y vida en el país, que el futbol nacional, igualmente ha cedido ante sus intereses?
¿Los estadios de futbol han pasado a ser el "campo de batalla" extradeportiva en donde se dirimirán, ya no solo las diferencias comunes entre clubes y equipos deportivos como nombre, región, uniforme, estilo, sin dejar de lado, las amplias ganancias económicas legales que se derraman de un encuentro de tales magnitudes, sino que además responderán a la defensa de intereses políticos de mayor envergadura?
Lo que deja ver, finalmente, que aunque el móvil haya podido ser múltiple, incluso multifactorial, como apuntaría un análisis sociológico, lo que está detrás de la reyerta en el estadio de futbol de Querétaro, es el uso de grupos políticamente organizados para modificar la balanza en favor y/o en contra de grandes intereses políticos y económicos, incluso con recursos públicos y de pago de favores a través de las concesiones o de algún que otro favor político.
Claro, sin mencionar los negocios, aunque ilegales, también conocidos como lavado de dinero, reventa de entradas, venta y consumo de drogas, por mencionar de las más comunes.
¿A quién creer?
Mientras que empresarios y dueños de los equipos de futbol se encuentran en una carrera a contra reloj, lo mismo que las autoridades locales y estatales, así como representantes de las ligas de futbol, las imágenes y videos en redes sociales como medios electrónicos, que muestran la barbarie ocurrida, no dejan de difundirse y multiplicarse, resultando sumamente difícil de creer que no haya habido pérdidas humanas, como insisten en difundir siendo que "extraoficialmente" se ha dejado correr las "filtraciones que hablan de alrededor de 17 muertos y varias decenas de heridos, varios de ellos de gravedad.