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Red Internacional
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Zona Sur. Comenzó el juicio por el asesinato del obrero Darío Ávalos a manos de una patota de la UOCRA

El obrero de la construcción fue asesinado el 11 de marzo de 2014. Los familiares y amigos exigen que “caigan presos los autores intelectuales y materiales que siguen prófugos”.

César Gómez Maestro. Actor.

Lunes 27 de junio de 2016 17:27

Este lunes 27 de junio en los tribunales de Lomas de Zamora comenzó el juicio por el asesinato en manos de una patota de la UOCRA del obrero de la construcción Darío Adolfo Ávalos, ocurrido el 11 de marzo de 2014.

Darío participaba de una protesta frente a una obra de la constructora Esuco, cuando una patota ataca con armas de fuego y armas blancas a los obreros que se manifestaban. Para que esto sucediera fue necesario el aval de la empresa y la “liberación de la zona” por parte de la policía, tanto bonaerense como local. Otra vez vemos como la patronal, la policía y la burocracia sindical son socios en el crimen de un trabajador.

En la causa que hoy se empieza a tratar, en un juicio con jurado popular, no estarán todos los responsables en el banquillo. Solo serán enjuiciados seis miembros de la UOCRA de Lomas de Zamora, pero no estará “Lobizón” Leguizamón, secretario general de dicho sindicato y autor intelectual del ataque.

Pese a que el ataque quedó íntegramente grabado en las cámaras de seguridad del municipio, donde se ve claramente como un grupo agresor se pertrecha en la obra con el aval de la empresa, y cómo la policía que estuvo presente dejó correr la brutal agresión, ninguno de estos actores está imputado. Queda claro que, en caso de condenar a los imputados, la justicia solo será a medias.

Como nos relató Érica Ávalos, sobrina de Darío y miembro de la Comisión de familiares y amigos de Darío Ávalos, “(…) esperamos que se haga justicia en este primer juicio, pero falta, ya que luchamos para que caigan presos los autores intelectuales y materiales que siguen prófugos (Leguizamón está prófugo, NdR). Queremos que se impute a la policía que liberó la zona, a Carlos Wagner (miembro de la Cámara de la Industria de la Construcción, NdR) dueño de la empresa que permitió que la patota se armara en la obra, y a Gerardo Martínez que permite que la UOCRA funcione de esta manera, con patotas que amedrentan, persiguen y asesinan trabajadores para que no se puedan organizar (…)”. Por esto, concluyó, “la lucha por justicia para Darío Ávalos es también una lucha contra la burocracia sindical asesina”.