Así es, como si tratase del mismísimo PRI o PAN, el gobierno de Claudia Sheinbaum Pardo, inició la construcción de un puente de seis carriles justo encima de un humedal, que está declarado como Área Natural Protegida.
Viernes 17 de julio de 2020
Este humedal también está considerado como Patrimonio de la Humanidad y es una pieza clave para la sustentabilidad ecológica del Valle de México.
Muchas eran las expectativas que había de que una antigua activista e ingeniera ambiental asumiera el Ejecutivo de la metrópoli más grande de América Latina, sin embargo, en sólo 3 meses de gobierno, anunció el inicio de este proyecto, mismo que en gobiernos anteriores ya había sido cancelado.
La cancelación se debe a que, como habíamos dicho, la zona es Patrimonio de la Humanidad desde 1987 y Área Natural Protegida (ANP) desde 1992, además de ser considerado Humedal de relevancia desde 2004, es decir, cuenta con múltiples protecciones que legalmente tendrían que impedir cualquier obra en la zona.
Sin embargo, en Agosto de 2019, la obra fue concesionada por 680 millones de pesos e iniciaron los trámites para comenzar, pero en una maniobra que nada le envidia a aquellas realizadas en las épocas más oscuras de la política mexicana, las autoridades de la CDMX cambiaron la normativa para agilizar la aprobación. En sólo dos meses tenían luz verde.
Claudia Sheinbaum, al ser cuestionada por la obra, dijo que ésta ya no era una ANP, cosa que contrasta con los datos oficiales. Pero al parecer ella tiene otros.
La obra tiene la oposición de académicos y pobladores de la región, quienes han iniciado protestas, como la realizada el 15 de marzo pasado al grito de “Humedal sí, ecocidio no”. Y este 7 de mayo pueblos originarios interpusieron un amparo para detener la obra.
El gobierno de la 4T, al igual que los gobiernos príistas y panistas ha demostrado que sus intereses no son los de las grandes mayorías, sino los de los grandes empresarios, a quienes han llevado de aliados a negociar el T-Mec en días pasados. Es necesario que las organizaciones barriales y populares, los sindicatos y las organizaciones sociales nos opongamos tajantemente a este proyecto que atenta contra el equilibrio ecológico de la capital.
