Ante la cuarentena obligatoria, la gestión de la UnTreF decidió cerrar sus puertas hasta el 31 de marzo. Con el conocimiento, la técnica y las instalaciones de la universidad: ¿sólo tenemos que quedarnos en nuestras casas? ¿o tenemos que poner nuestro conocimiento al servicio de las necesidades del pueblo?
Domingo 22 de marzo de 2020
La pandemia de Coronavirus abrió una gran crisis a nivel mundial. No sólo sanitaria, con sistemas de salud colapsados que desnudaron décadas de vaciamiento a la salud pública, cuyas consecuencias vemos hoy mas graves en Italia, sino también económica. Una recesión que se profundiza a nivel mundial a la vez que miles de trabajadores caen en la miseria y hambre. Se multiplicaron los despidos a la vez que millones de trabajadores precarizados y no registrados, que viven al día se les impide salir de sus casas con las fuerzas represivas que inundaron las calles. En nuestro país, este sector alcanza el 35%.
Además de las consecuencias económicas, la cuarentena obligatoria es un método insuficiente. La falta de testeos masivos lleva al gobierno a poner en cuarentena a todo un país en lugar de identificar a les infectades como hicieron en Corea del sur y proceder a su tratamiento, cuando hasta la OMS declara la necesidad del testeo masivo urgente.
La educación como un titere
Desde la dictadura a esta parte, el histórico problema del desfinanciamiento, por parte del Estado, del sistema científico nacional y de las universidades, permitió cada vez más intromisión de los grandes empresarios del agronegocio, la industria farmacéutica, laboratorios, por nombrar algunos, en la orientación y los objetivos de la investigación y contenidos curriculares de las carreras. Unilever, Pilkington o el Banco Santander son sólo algunos ejemplos en la UnTref.
Las universidades y nuestros conocimientos terminan estando al servicio de las necesidades de las empresas. Lo vemos en los planes de estudio de muchas carreras donde por ejemplo se obliga a los estudiantes a realizar prácticas o pasantías sin ningún tipo de goce de sueldo. Esto, que es denunciado frecuentemente por muchos investigadores y profesionales, trabajadores precarizados del sector, se ve más evidente en momentos de crisis de la magnitud como la que estamos viviendo. Los grandes laboratorios, empresas de producción de insumos sanitarios, limpieza e higiene, ganan fortunas lucrando con la salud, o aumentan los precios y provocan desabastecimiento mostrando el desprecio por la vida de las grandes mayorías.
¿Qué pasaría si ponemos nuestros saberes al servicio de las necesidades del pueblo?
Es momento que los estudiantes nos cuestionemos por qué mientras el propio proyecto institucional de la UnTreF plantea “la necesidad de una universidad ligada a su historia, a su estructura social, y a su futuro” y que “la producción científica no son entidades separadas del conjunto de la sociedad. Tampoco lo son los científicos, los administradores, o los industriales” mantiene sus puertas cerradas en medio de la crisis que estamos atravesando.
¿Qué pasaría si les estudiantes nos ponemos a la cabeza de enfrentar el Coronavirus? El potencial del conocimiento y la técnica que tenemos es inmenso. Ya hay lugares donde estudiantes y docentes se organizan para aportar a la lucha contra la pandemia comoen la gráfica bajo gestión obrera MadyGraf que junto a estudiantes de la UNSAM y el Centro de Estudiantes de Ciencia y Técnica de esa universidad van a elaborar y distribuir elementos de higiene. De la misma forma, la Universidad Nacional de Rosario va a producir respiradores.
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¿Por qué no seguimos estos ejemplos en la UnTreF? Por ejemplo si les estudiantes de enfermería fuéramos capacitados, podríamos ser empleados por el estado en los hospitales públicos. También les estudiantes de nutrición, frente a la desidia del estado que entrega bolsones de alimentos realmente miserables a las familias de las escuelas públicas, podríamos encargarnos de la planificación de viandas y bolsones protéicos para ser repartidos en los barrios junto a la planificación y distribución según las necesidades que podrían ser pensadas por estudiantes de Estadística, Logística y Geografía.
En el mismo sentido, les estudiantes de seguridad e higiene podrían aportar a pelear por condiciones seguras en los lugares de trabajo para prevenir el contagio. Les estudiantes de Producción Audiovisual podrían aportar elaborando materiales donde difundamos estas ideas y se refleje la realidad de miles que no salen en los grandes medios de comunicación. O si simplemente abriera las puertas de los laboratorios de la Sede II para la producción de jabón líquido y alcohol en gel junto a les docentes de química de Ingeniería ambiental y Seguridad e Higiene.
Estos son sólo unos ejemplos del potencial que tenemos estudiantes y docentes estudiantado para jugar un rol activo ante el coronavirus. Por eso, frente a la cuarentena creemos que tenemos que organizar un gran comité de seguridad e higiene en la UnTreF y pelear por poner nuestra fuerza y conocimientos al servicio de las necesidades del pueblo trabajador. Frente a que el gobierno lejos de desarrollar la ciencia y la técnica con el enorme potencial que tenemos desde las universidades, avanza en militarizar y llenar las calles de policías y fuerzas armadas. Que el estado capacite a les estudiantes para que puedan cumplir un rol activo no al servicio del lucro de las empresas sino al servicio de las necesidades del pueblo trabajador.