El proceso para formar nuevo Ejecutivo en Turquía comenzó este martes con la dimisión protocolaria del primer ministro Ahmet Davutoglu, jefe del gobernante AKP, el partido que ganó las elecciones del domingo, pero perdió la mayoría absoluta, lo que le obligará a gobernar en minoría o negociar complicados pactos.
Miércoles 10 de junio de 2015
Fotografía: EFE-EPA-DEPO PHOTOS.jpg
La esperada dimisión se produjo tras un encuentro con el presidente turco y líder hasta el año pasado del autoritario Partido Justicia y Desarrollo (AKP), Recep Tayyip Erdogan, que agradeció sus servicios a Davutoglu y le pidió que se mantenga en el cargo hasta que se constituya un nuevo Gobierno.
A pesar de la intensa campaña de Erdoğan, previa a las elecciones, para introducir un sistema presidencial, haciendo uso del aparato estatal y la corrupción, el AKP perdió la mayoría absoluta después de 13 años. En consecuencia, Turquía tiene que volver a un gobierno de coalición, si bien el AKP no descarta aún la opción de nuevas elecciones anticipadas.
Diagrama de las posibles coaliciones del nuevo gobierno turco tras las elecciones parlamentarias del domingo. Reuters
Se espera que Erdogan encargue al primer ministro en funciones la formación de gabinete en cuanto se confirme el reparto de escaños.
El AKP logró el domingo pasado casi el 41 por ciento de los votos, que se espera le deparen 258 escaños, 18 menos que los requeridos para gobernar en solitario, como hacía desde 2002.
Los tres partidos de la oposición -el partido burgués kemalista CHP (132 escaños), el partido de derecha nacionalista MHP (80) el prokurdo HDP (80)- ya han expresado su nula disposición a pactar con el AKP.
Dado que el apoyo electoral al AKP se debilitó por su rumbo autoritario, su corrupción y sus derrotas en la política exterior, los otros partidos han tendido a distanciarse de una posible coalición, preparándose para ganar más de la base del AKP en caso de que tengan lugar elecciones anticipadas.
Aun así, entre bambalinas, los dirigentes del MHP, ideológicamente menos alejado del AKP, estudian la opción de cerrar un acuerdo para evitar la inestabilidad, según el diario "Cumhuriyet".
Pero mantiene dos líneas rojas: poner fin al llamado "proceso de paz" con la guerrilla kurda, algo que considera un "proceso de desintegración" del país, y juzgar a los sospechosos de los escándalos de corrupción que afectan al Gobierno desde 2013.
La segunda condición es difícil de aceptar por el AKP, que lleva persiguiendo a los fiscales y policías que intentaron investigar dichos escándalos y a los que considera parte de una trama para derrocar al Ejecutivo.
También el papel del presidente separa a ambos partidos, ya que el MHP se niega a apoyar el plan de Erdoğan de cambiar la Constitución para asumir más poder.
Ante este callejón sin salida, los dirigentes del CHP muestran cierto optimismo ante la posibilidad de alcanzar el Gobierno con el respaldo de los dos partidos menores.
Las condiciones del MHP respecto al proceso kurdo bloquean la opción de formar un tripartito, pero se mantendría abierta la posibilidad de una coalición entre nacionalistas y kemalistas, con la abstención o el apoyo puntual del HDP.
"Turquía no se quedará sin Gobierno; se formará Gobierno en todo caso. Haremos lo posible para que sea así", prometió hoy ante los medios el vicepresidente del CHP, Sezgin Tanrikulu.
"En la sede central del partido, algunos ya están hablando del reparto de ministerios. Hay mucho optimismo ante la posibilidad de formar un Gobierno con Kemal Kiliçdaroglu (jefe de la formación) como primer ministro", declaró a Efe un alto cargo del CHP, que pidió el anonimato.
Según la fuente, "en cuanto falle Davutoglu, Kiliçdaroglu recibirá el encargo de formar Gobierno y hablará primero con el MHP. Pactar con el AKP está descartado. Sabemos que es muy difícil juntar nacionalistas y kurdos, pero creemos que podemos perfilar un acuerdo entre CHP y MHP respaldado desde fuera por el HDP".
"Un Gobierno así deberá tener un programa breve y objetivos muy claros. Entre ellos, reducir el umbral electoral (situado en el 10 por ciento) y recuperar el Estado de derecho. Otra opción sería un Gobierno en minoría con el respaldo de los otros partidos", agregó.
Sin embargo, la opción de una coalición entre el CHP, el MHP y el HDP parece imposible, lo cual deja abierto el escenario de nuevas elecciones. El Plazo para fundar un gobierno de coalición es de 45 días. Si los partidos no llegan a un acuerdo, el presidente puede llamar a elecciones anticipadas.
El HDP, el partido que tradicionalmente se ha visto más perjudicado por el umbral que superó por primera vez el domingo pasado, mantiene oficialmente silencio porque las opciones se debatirán mañana en una reunión de la dirección.
La entrada del HDP fue el elemento clave que le costó la mayoría absoluta al AKP. Frente a la masiva represión y campaña mediática contra el HDP, su entrada al parlamento fue un verdadero éxito para la formación. Sólo dos días antes de las elecciones, un atentado con bomba contra un acto electoral del HDP en Diyarbakir, mató a tres personas y dejó cientos de heridos.
Su éxito es resultado de una táctica electoral populista, por la que el HDP combinó algunas demandas progresivas y de “izquierda”, con la presentación de candidatos conservadores y burgueses en la región kurda para sacarle la base al AKP.
El HDP, comparado por comentaristas europeos con el partido español Podemos, ahora tiene que probar en el parlamento que se opondrá verdaderamente a la política autoritaria del AKP, algo que aún está por verse.
Un alto cargo del partido dijo a Efe, bajo condición de anonimato, que el partido no tiene intención de dejar el país sin Gobierno, por lo que está abierto a escenarios de coalición.
Selahattin Demirtas, el dirigente del HDP, ya ha descartado una alianza con el AKP, pero parece mantener abierta la opción de acuerdos con las demás formaciones.
Incluso un respaldo indirecto mutuo entre kurdos y nacionalistas ayudaría a la sociedad a superar la vieja animadversión entre esos dos grupos y colocaría los fundamentos para una paz construida desde abajo, incluso si no continúa formalmente el muy estancado "proceso de paz kurdo", opina el diario "BirGün".
Aunque se formara un Gobierno de los ahora opositores y se cambiara la ley electoral, no se podrían celebrar elecciones hasta pasado un año, indicó a Efe un parlamentario del CHP.
Los escenarios por los que puede discurrir el futuro del régimen político turco aún son inciertos, en un período en el que se combinan la crisis política abierta con las elecciones y una crisis económica que está en la base del resurgir de la lucha de clases en el joven proletariado turco.
Fuentes: Agencias