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Red Internacional
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PANDEMIA y migrantes. Comunidad senegalesa de La Plata: “Llegamos a este país para trabajar y ayudar a nuestras familias”

Los medios locales y el municipio, no conformes con la persecusión xenófoba, lanzaron una campaña contra los jóvenes migrantes y contra los abogados y abogadas de La Ciega. Los acusan de ser parte de un entramado criminal y los relacionan con redes de trata. Ellos responden: “Migrar no es delito. Trabajar es un derecho".

Lunes 7 de septiembre de 2020 12:24

Fotos: Joaquín Díaz Reck

En un comunicado, firmado por diferentes organismos de Derechos Humanos, asociaciones de migrantes, colectivas feministas, partidos de izquierda y reconocidas figuras de la cultura, la comunicación y la educación universitaria, la comunidad senegalesa realizó su descargo.

Explicaron que “la Municipalidad de La Plata habría presentado una denuncia en la Justicia Federal señalando a algunos jóvenes senegaleses y a integrantes del Colectivo de abogados y abogadas populares ’La Ciega’ como parte de un entramado criminal que tiene por fin explotar laboralmente a migrantes senegaleses de la ciudad, entre otros graves delitos”.

Si bien aclaran que no fueron notificados formalmente, la difusión mediática local y las declaraciones de funcionarios municipales, los llevaron a cuestionar y corregir las falsas acusaciones. En ese sentido, agregan, “si así fuera, si efectivamente fuéramos víctimas de una red de trata, no se entiende por qué el Municipio responde profundizando todos los días operativos violentos y discriminatorios contra los manteros, persiguiendo con especial énfasis a los senegaleses”.

Ante esta grave situación, La Izquierda Diario entrevistó a uno de los miembros de esta comunidad, Cheikh Gueye.

¿Cual es la situación actual de los senegaleses en La Plata?

Nuestra situación actual está marcada por la denuncia que presentó la Municipalidad ante el Juzgado Federal por trata de personas y por la Ley de Marcas. Pero estamos muy tranquilos porque es una denuncia no va a obtener nada, porque todo lo que dijeron es mentira. Solamente hay una cosa en la denuncia que nosotros reconocemos que es verdad, que es la Ley de Marcas, pero aparte de eso todo lo demás es mentira.

¿Qué ayuda vienen recibiendo en esta cuarentena?

La ayuda que recibimos durante la cuarentena son muchas de verdad, empezando por la Coordinadora Migrante de La Plata, que pidió donaciones para la comunidad senegalesa dando mi número de cuenta bancaria. Recibimos un montón de plata con la que compramos alimentos, que dividimos entre todos los compañeros.

Hay otros organismos, organizaciones sociales, últimamente también de los derechos humanos y un montón de gente que nos están ayudando, que nos están apoyando, no estamos solos.

La única ayuda que esperábamos recibir pero nunca llegó, es de la Municipalidad de La Plata. Lo único que hacen es reprimirnos y molestarnod en la calle, pero nunca nos dieron ni un paquete de arroz, así que está todo mal.

Como trabajadores de la venta ambulante, ¿por qué piensan que no los dejan vender en la calle? ¿qué intereses creen que hay detrás de los que quieren mostrarlos como parte de una mafia?

Si salimos a vender es porque sabemos que no es un delito, es una contravención y no nos pueden encarcelar o hacer causas por lo que estamos haciendo. El derecho a trabajar está más encima de cualquier contravención, por eso estamos tranquilos. Después con sus operativos policiales, al resistirnos la policía, nos ponen causas por resistencia a la autoridad, pero estamos cansados de que nos persigan.

El interés que tienen en sacarnos de la calle no sé por qué es, quizás algunos comerciantes los están apurando por abajo para que hagan algo y como no saben qué hacer inventan cosas desde el Municipio, diciendo tonterías que no tienen nada que ver con lo que estamos haciendo.

No es la primera vez que pasan estas cosas, de decir de que hay una mafia criminal que está detrás de nosotros, que somos pobre gente explotada, que hay gente que nos manda, que nos dan la comida gratuita, que nos dan alojamiento y es todo mentira. No hay nadie detrás de nosotros, no hay nadie que nos mande a trabajar y vos podés ser testigo porque vos viniste a mi casa y viste que no hay nadie que nos hace nada.

Lo único que pueden decir de la comida es que, acá en La Plata, hay cuatro mujeres de toda la comunidad que somos alrededor de 220. Tres de ellas se dedican a la venta ambulante y una se dedica a la comida. No hace la comida porque alguien la obliga a que lo haga, sino que lo hace como su trabajo.

Nosotros estamos en la calle vendiendo y necesitamos comer, entonces ella hace la comida y nos vende en el día. En la noche cada uno hace su comida en su casa. Así que ella lo hace como su trabajo.

Eso nos facilita mucho a nosotros también, porque pertenecemos a la religión musulmana y hay mucha comida que hay acá que no podemos comer. Así que es muy importante que una chica de la comunidad senegalesa que sabe lo que podemos y lo que no podemos comer se dedique a la cocina y nos ayude a nosotros también para poder comer lo que más nos gusta.

¿Qué mensaje le darías a otros trabajadores que salen a vender a la calle por la necesidad o porque se quedan sin trabajo?

El mensaje que yo le daría a otros vendedores sean senegaleses u otras personas, es que sigan con su trabajo, porque es la fuente que tenemos para sobrevivir, nosotros llegamos a este país para trabajar y ayudar a nuestras familias. Yo quiero trabajar, no voy a pedir plata para sobrevivir mientras que yo pueda salir a ejercer la venta.

La municipalidad de La Plata no descansa con el ensañamiento hacia los miembros de esta comunidad migrante en particular, siendo ya cotidiano el acoso que sufren por la policía y la Justicia desde hace años.

Esta situación se ha visto agravada producto de la crisis socio sanitaria actual, en la que la comunidad migrante en general se vio afectada, producto del aislamiento social obligatorio y la estructural precarización laboral, en conjunto con el complejo acceso a la documentación, que en el caso de los senegaleses se complica aún más ya que no cuenta con consulado en el país, y esto obstaculizó en muchos casos el acceso al IFE.

Es inevitable que al no contar con ningún recurso económico, más que la solidaridad del resto de la comunidad migrante de la región, organizaciones sociales y derechos humanos, como así lo resalta el entrevistado, muchos y muchas migrantes, al igual que casi la totalidad de trabajadores precarizados, tuvieron que volver a las calles a ganar el sustento diario.

Ante el hambre acuciante, ante el inevitable pago de alquileres y la familia a cargo, la respuesta del Estado después de numerosas cartas, petitorios, juntadas de firmas, notas periodísticas, es racismo y xenofobia exacerbados.

“Nadie en su sano juicio podría pensar que es un privilegio trabajar en la calle expuestos al frío, al calor, a la lluvia, a la falta de un baño, y muchas veces al maltrato. Nos gustaría poder tener alternativas de empleo que hoy no tenemos", aseguran en el comunicado, y agregan: "Migrar no es delito. Trabajar es un derecho".

Para ver el comunicado completo y dejar adhesiones: https://m.facebook.com/story.php?story_fbid=2849542525371810&id=2125762554416481