En horas de la tarde la Confederación de Nacionalidades Indígenas -que dirige Leónidas Iza-, junto a los dirigentes de otros movimientos indígenas, acordaron con representantes del Gobierno y el rol mediador del Episcopado, un "Acta por la Paz", por la cual levantan las protestas a cambio de la aceptación parcial de algunos de los diez puntos que reclamaban. El descuento de los combustibles queda en solo 15 centavos.
Mirta Pacheco @mirtapacheco1
Jueves 30 de junio de 2022 21:29
El acuerdo firmado contempla en el punto más concreto, la rebaja del precio de los combustibles en 15 ctvs. Mientras el movimiento indígena, con la Conaie a la cabeza, demandaba un descuento de 40 ctvs. El Gobierno de Lasso aceptó 5 centavos más en el descuento (su propuesta original eran 10 centavos).
Si bien en el acta de negociación se mencionan varios decretos, estos ya fueron emitidos en meses y semanas anteriores y no tuvieron ninguna incidencia a favor de la vida cotidiana de las mayorías trabajadoras y campesinas, precisamente por eso se desarrollaron las protestas.
En relación al "control de precios de alimentos" (decreto N° 452 -15 de junio-) -lo deja en manos de los gobernadores de las provincias-, la "emergencia en el sector salud" (decreto N° 454, mediados de junio), dispone en forma general "el abastecimiento óptimo de fármacos y mejorar la atención de los pacientes", pero cada institución de salud tiene que declararse en "emergencia" para que el Ministerio de Salud defina algún aumento presupuestario. Esto después del drama que significó para centenares de miles la pandemia del Covid.
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El decreto N° 456 del 18 de junio, que se menciona en el "Acta de la Paz" asegurando que es para adoptar políticas públicas destinadas a los sectores que "más han sufrido con el alto costo de la vida..." y disponía un subsidio del 50% del precio de la urea (de uso industrial como fertilizante) para pequeños y medianos agricultores. El mismo decreto hablaba de una reducción al 5% de la tasa de interés para créditos y la condonación de los que estaban vencidos al 31 de mayo de este año. También hablaba de un aumento en el presupuesto de educación (solo para la educación intercultural bilingüe). Todo esto a discrecionalidad de cada ministerio del área correspondiente que "deben solicitar al Ministerio de Economía, los recursos correspondientes".
Todos estos temas eran parte de los 10 puntos que la Conaie levantó, junto con la Feine (indígenas evangélicos) y la Fenocin (federación de organizaciones campecinas, indígenas y negras). Precisamente porque aunque firmados por el Gobierno en los primeros días de la protesta, como un intento de frenarlas, mientras comenzaba a reprimir, militarizaba varias regiones con dos estados de excepción en distintas provincias, no respondían a las demandas del movimiento. Ahora gracias a la mediación de la Iglesia, constan en el acuerdo como respuesta a las exigencias. Eso sí, reconoce que "es necesario identificar en conjunto las mejores vías para estas soluciones". Para eso acordaron una mesa de diálogo que durará por 90 días, con la misma "bendita" mediación.
En cuanto al "Plan de acción para el sector minero" el decreto N° 151 se reforma para contemplar áreas protegidas y territorios ancestrales. Algo que ya es parte de la propia constitución de Ecuador. La Conferencia Episcopal parece más un simposio de magos que con artilugios quieren hacer pasar algo por lo que no es. Pero las direcciones de los movimientos indígenas y campesinos compraron y se comprometieron a terminar de desmovilizar y levantar los numerosos bloqueos que las bases del movimiento sostenían en las provincias, enfrentando la represión.
¿Cómo se llegó a esta negociación?
El Gobierno de Lasso llega ahora a poder hacer algunas mínimas concesiones, después de días de represión, con 5 muertos y decenas de detenidos y como dijimos luego de haber decretado el estado de excepción dos veces (primero en 6 provincias y luego en 4), con el correísmo en la Asamblea Nacional (parlamento) haciendo la maniobra (para intentar poner paños fríos a la movilización) de buscar su destitución y el llamado anticipado a elecciones -cuando desde un comienzo era claro que no contaban con los votos suficientes, porque Lasso sí tenía a su favor los votos de la derecha-. También tuvo a su favor hasta al inefable Luis Almagro, secretario general de Estados Americanos (OEA), que salió a tratar de "destituyentes" a las movilizaciones. Sin ponerse colorado por el rol que jugó en el apoyo al golpe de Estado en Bolivia. El conjunto de la derecha y Lasso hablaban de los "violentos", buscando dividir al movimiento indígena de las poblaciones trabajadoras de las ciudades.
Los indígenas y campesinos se movilizaron desde las provincias por más de dos semanas, la juventud universitaria en Quito le puso el cuerpo a la represión cuando montaron centros de acopio de alimentos en solidaridad con ellos. Las bases de la Conaie recuperaron la Casa de la Cultura en Quito, un emblema nacional que había sido tomado por militares y la Policía, resistieron varios días y noches el ataque de las fuerzas represivas.
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Pero lamentablemente, sus direcciones y en particular Leónidas Iza, nunca estuvieron dispuestas a que esa fuerza demostrada en las calles se desatara, no hubo un llamado concreto a esa juventud de las barriadas populares de Quito, que ya en 2019 demostró la bronca acumulada por la falta de futuro para sus vidas. No hubo una política para que las trabajadoras y trabajadores también salieran a las calles unificando sus propias demandas con las de los indígenas y el pueblo pobre. Las direcciones de los sindicatos y federaciones, más allá de discursos encendidos no participaron de las movilizaciones, salvo uno o dos días.
Así la Conaie, junto a la Feine y la Fenocin fueron debilitando las fuerzas, ésta última hizo un llamado concreto a desmovilizar y volver a las provincias de donde son oriundos. A la vez que esto produjo un giro en la política de Lasso, que tomó nota de esta situación y aunque días atrás estuvo más acorralado por la masividad de las protestas y los bloqueos de rutas y caminos, pudo pasar a la ofensiva firmando el segundo estado de excepción y "zonas seguras", en defensa de las áreas hidrocarburíficas de los empresarios amigos.
Ahora resta ver cómo caerá esta acuerdo de mínimas concesiones en las bases indígenas. Todavía es muy pronto para saberlo, la Conaie tendrá que desmontar los bloqueos y explicar qué se obtuvo. Ya hoy por la tarde (hora de Ecuador) en la puerta de la Conferencia Episcopal donde se firmó el acta, varios gritaban: "no son diez, son cuarenta", en alusión a los miserables 10 centavos que otorgó el gobierno de descuento en los combustibles (tuvieron que pasar a un cuarto intermedio para que Iza convenciera a las demás organizaciones y dirigentes intermedios, luego el descuento fue de 5 centavos más) y adentro en la sala, se escucharon varios gritos llamando "traidores" a Iza y demás dirigentes.
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Estas protestas, con más de 17 días de movilizaciones, así como la revuelta del 2019 pone de manifiesto que en Ecuador hay cuestiones muy profundas irresueltas: como la propiedad de la tierra, el empleo precario y sub empleo (que en febrero de este años se ubicó en el 29,5%), la salud y la educación no cubren a la totalidad del pueblo trabajador y pobre. Esto no puede tener solución con negociaciones ni confiando en maniobras parlamentarias como los de la bancada correísta.
Queda planteada la necesidad de la organización independiente de trabajadoras, trabajadores, campesinos, indígenas y de la juventud, para que con sus propias demandas unificadas luchen en las calles contra el Gobierno neoliberal de Lasso que aplica las políticas que el FMI le dicta.