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Red Internacional
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Gatillo Fácil. Con una Miramar militarizada por Berni, despidieron a Luciano Olivera

Este sábado cientos de vecinos, familiares, amigos y compañeros del Club Once Unidos de Miramar despedieron con dolor y bronca a Luciano Olivera, de 16 años, asesinado por el policía bonaerense Maximiliano González. Mientras, Kicillof y Berni enviaron cientos de efectivos, incluyendo tropas “de elite” para militarizar la ciudad. Así “defiende” los derechos humanos el Frente de Todos.

Domingo 12 de diciembre de 2021 19:52

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Luciano tenia 16 años. Como muchos pibes de su edad, le gustaba jugar a la pelota y dar una vuelta en moto. Jugaba en el Club Once Unidos de Miramar. En la madrugada del viernes volvía a su casa con sus amigos luego de jugar a la pelota en “el anfi”, cuando un grupo de policías bonaerenses comenzaron a perseguirlos a los tiros. Uno de ellos, Maximiliano González, apretó el gatillo y mató a “Lucho” de un tiro en el pecho. Su cuerpo quedó tendido en el cruce de la calle 9 y 34.

Un día después del crimen, cientos de vecinos, amigos, familiares y compañeros del Club Once Unidos se acercaron a la casa de sepelios Diagonal para despedir a Luciano. Lo hicieron con dolor y bronca. En muchos casos, además, con las secuelas en el cuerpo de la brutal represión sufrida el viernes a la tarde mientras reclamaban justicia (y mientras en Plaza de Mayo el Frente de Todos festejaba el “Día de los Derechos Humanos” con el gobernador Axel Kicillof presente).

El sábado, el sepelio estaba convocado a las 16. Desde la mañana, como un claro mensaje amenazante, fueron llegando cientos de policías, en decenas de patrulleros y camionetas, que se fueron concentrando en las rutas y en el acceso a la ciudad, custodiando todo movimiento de la comunidad por las calles miramarenses. Se estima que un total de seiscientos efectivos fueron enviados desde Mar del Plata.

La casa velatoria queda a dos cuadras del lugar donde la noche anterior cientos de jóvenes y vecinos ganaron las calles para acompañar el reclamo de justicia por Lucho y decir basta al gatillo fácil de la maldita Bonaerense. Un reclamo que es propio de toda la juventud, que conoce muy bien a la Policía.

El reclamo se extendió en pocas horas a cada rincón de la ciudad. “¡Yuta asesina!” y “¡Luciano presente!” se puede leer en infinidad de graffitis pintados en cada calle de la ciudad, en las inmediaciones del Municipio que conduce Sebastián Ianantuony del Frente de Todos, como en la Comisaría. Pero también en los barrios más alejados se ven los rastros de un reclamo de justicia que, a pesar de la brutal represión policial, resistío durante tres horas y el sábado salió nuevamente a las calles para despedir a Luciano.

Pasadas las 19.30 comenzó el cortejo que acompañó los restos de Luciano al cementerio local. Adelante iba la batucada. Detrás, como estandartes, las banderas del club. Luego decenas de pibes en moto y una multitud de autos acompañando a la familia. En su recorrido, el cortejo se detuvo frente a la sede del Club Once Unidos, donde decenas de personas con banderas esperaban para despedir a Luciano.

Como hace veinte años ante el secuestro, violación y asesinato de Natalia Melmann (15 años) por parte de la policía de Miramar, la ciudad se levantó para repudiar a la Policía, decir basta de gatillo fácil y exigir justicia.

Operativo pacificación

El ministro de Seguridad de la provincia, Sergio Berni, viajó el mismo viernes a Miramar para intentar hacer lo que hace siempre: despegar a su fuerza del caso cargando toda la responsabilidad en quien disparó el gatillo. En este caso, sobre el oficial González dijo que “hizo todo mal”, abonando una versión de los hechos donde el policía habría faltado a su deber pero que el resto de los efectivos que estaban a su lado cuando disparó actuaron muy bien, deteniéndolo y entregándolo al Poder Judicial.

Berni agregó que de lo que se trata es de “profesionalizar a la Policía”, que no puede ir a los pueblos “sin antes pasar por el Conurbano” y que el problema es que la gestión anterior, de María Eugenia Vidal, hizo que Gonzalez egresara en 2016 después de “una formación de cuatro meses”.

Pero los hechos desmienten a Berni. Los amigos de Luciano denuncian que se acercaron al lugar del asesinato, lo vieron a Luciano tendido en el suelo y trataron de reanimarlo, que ahí la Policía los alejó y les tiró gas pimienta. Además, cuando volvieron al lugar junto a familiares de Luciano los reprimieron con balas de goma para impedir que se acercaran al cuerpo, que pasó varias horas tendido hasta entrada la mañana del viernes.

Este sábado el asesino de Luciano se negó a declarar en los Tribunales de Mar del Plata. El resto de los policías que actuaron en el crimen y luego reprimieron a la familia y los amigos de Luciano, continúan en libertad.

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Según relata este domingo Bruno Perrone en el diario Página|12, los hechos del viernes a la noche “no pasaron desapercibidos para nadie y menos para el ámbito judicial”. Señala que el juez Gabriel Bombini, titular del Juzgado de Garantías 5 de Mar del Plata, convocó a una extensa audiencia en la sede de la Fiscalía miramarense. Allí concurrieron la fiscal de la causa Ana María Caro, autoridades municipales de las secretarías de Seguridad y Derechos Humanos, la cúpula policial de la ciudad y el propio Sergio Berni. Al menos en el relato del medio oficialista, nadie de la familia de Luciano participó ni fue siquiera convocada. Menos aún organismos de derechos humanos de la región.

Según la crónica, la fiscal Caro afirmó: “la idea justamente era tratar de pacificar y de ver cuál sería la actitud de la Policía Bonaerense, qué era lo que estaba cuestionado a partir de este hecho y de todo lo que sucedió con posterioridad”. Más tarde se supo que el Berni decidió desplazar al jefe de la Policía Bonaerense en Miramar, Edgardo Vulcano. Su puesto ahora lo ocupará el comisario José Ramón Segovia.

Otro hecho curioso se produjo en la mañana de este domingo. A raíz del crimen de Luciano y la represión posterior, representantes del Frente de Todos, Juntos, Avanza Libertad, Vamos con Vos y Libres del Sur se reunieron en Miramar para condenar “toda expresión de violencia”. Pero se refieren a los grafittis y a un par de vidrios rotos durante la masiva movilización del viernes. Nada dicen de la brutal represión a los manifestantes, muchos de ellos familiares y amigos de Luciano. Buscan evitar la movilización popular, que es la única garantía de conseguir justicia y terminar con el gatillo fácil policial.

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