Este viernes se confirmaron los primeros 2 casos positivos en el Centro de Admisión y Derivación -CAD- y otro en el Dispositivo Socio Educativo San Martín. Se trata de los primeros confirmados en un dispositivo de intervención juvenil.
Sábado 16 de mayo de 2020 15:32
El primer caso corresponde a un adolescente que fue testeado durante su permanencia en el CAD, en donde las condiciones de aislamiento total en el dispositivo son imposibles de cumplir dadas las condiciones estructurales y la precariedad en cuanto a elementos de protección personal. El segundo positivo se trata de una enfermera del San Martín, quien ya se encuentra aislada.
En un comunicado, los trabajadores denuncian la responsabilidad de las autoridades de la Direccion General de Responsabilidad Penal Juvenil y al Consejo de Derechos de Niños, Niñas y Adolescentes (CDNNYA) por ignorar anteriores pedidos de insumos y elementos de protección elevados por la Junta Interna ATE de la dependencia.
Son conocidos los reclamos y denuncias realizadas por los trabajadores respecto a la falta de elementos de protección y del cumplimiento de protocolos, como viene sucediendo en los hospitales, geriátricos y en los paradores del GCBA. Así como de la necesidad de que los niños y adolescentes sean testeados antes de ingresar a los dispositivos para minimizar el riesgo de circulación del virus.
Este destrato y negligencia es la regla en el gobierno de Horacio Rodríguez Larreta y se agrava en el contexto de la pandemia. El tratamiento a los y las trabajadoras de la salud, el abandono en los geriátricos y barrios más vulnerados (donde los contagios de coronavirus aumentan día a día) son una muestra de esta práctica de ignorar a los trabajadores y sectores vulnerables.
En el caso de la juventud de los sectores más vulnerados y los trabajadores que atienden sus problemáticas esto se profundiza. En abril, a días de iniciada la cuarentena, autoridades del gobierno porteño pretendieron abrir un centro de detención para adolescentes que no cumplieran con la cuarentena, complementario al aumento de la presencia (y envalentonamiento) represivo en los barrios. Sin embargo, luego de denuncias de organismos de derechos humanos y referentes en el área tuvieron que dar marcha atrás ante el escándalo provocado.
Para sumar otro ejemplo, el GCBA suspendió la continuidad del “Programa Adolescencia” que se encarga de fomentar el acceso de adolescentes a actividades culturales, tecnológicas y deportivas, si bien cuenta con un cupo para 9000 inscriptos, este año el número había llegado a 13.000. Además, cumple un importante rol haciendo un seguimiento de situaciones de alta vulnerabilidad de derechos de la población con la que trabaja. Muchas veces incluso haciéndose extensivo a las familias de estos adolescentes. Los propios trabajadores presentaron iniciativas para darle continuidad virtual a sus tareas, pero fueron negadas por los funcionarios.
A principios de esta semana, fue hecho publico el cierre del Parador Retiro donde 90 personas en situación de calle que allí residen dieron positivo a los test de coronavirus. Previamente los trabajadores habían denunciado la ausencia de elementos de protección y la imposibilidad de mantener el distanciamiento social preventivo, situación que se hace extensiva a otros paradores destinados a las más de 7000 personas que se encuentran en situación de calle. Lo mismo sucedió en el Hogar Guillermo Rawson de Tercera Edad, donde viven 200 adultos mayores, de los cuales uno dio positivo y motivó el aislamiento de otros 33 residentes y 30 trabajadores, muchos de ellos en el mismo Hogar.
Es necesaria la realización de testeos masivos en los barrios más vulnerables y a todos los residentes y trabajadores de geriátricos, paradores y dispositivos donde no existe la posibilidad de aislamiento social, allí donde se viene registrando un aumento de los casos. El hacinamiento que se vive tanto en barrios como instituciones debería ser motivo suficiente para que se habiliten hoteles y viviendas ociosas para la cuarentena, sin embargo, esta problemática no es atacada sino sus consecuencias. En estos espacios se comparten dormitorios, comedores y hasta baños. Estos dispositivos necesitan también protocolos especiales, junto a una adecuada provisión de elementos de protección e higiene.