Este 13, 14 y 15 se llevó a cabo en la ciudad de Monterrey un encuentro con referentes de la derecha más reaccionaria, defensores de dictaduras y del poder empresarial más concentrado.
Sábado 16 de julio de 2022
En este espacio confluyeron el escritor antifeminista Agustín Laje, el vicepresidente de Vox, un partido franquista (defensor de la monarquía española y de Francisco Franco, el aliado de Hitler), el senador chileno Rojo Edwards cercano al pinochetista José Antonio Kast (hijo del general nazi Michael Kast), entre otros.
De México, quizá el más reconocido de los derechistas asistentes fue el ex diputado cristiano ultra conservador ex integrante Morena (del partido que se supone progresista) Carlos Leal, junto a influencers como el “Tumbaburros”.
Con el objetivo de formar cuadros políticos y unir lazos entre derechistas a nivel internacional, se vienen gestando este tipo de encuentros en diferentes países, un encuentro similar fue el de la CPAC (Conferencia Política de Acción Conservadora) en Brasil, donde se encontraron el defensor de la dictadura brasileña Eduardo Bolsonaro, José Kast y Javier Milei. Tres referentes del “populismo de derecha” o de la “nueva derecha” que viene tomando mayor protagonismo en el marco de la crisis económica que atraviesan distintos países.
Esta Conferencia está también auspiciada por el trumpismo del Partido Republicano.
En estos encuentros discuten como hacer frente a la izquierda y al progresismo desde un discurso que defiende una agenda de regresión en los derechos democráticos y neoliberal radical “libertario”, en el terreno económico.
Son sectores que lo mismo defienden que la ley le de cadena perpetua a una mujer violada que decide abortar, que se nieguen los derechos a los homosexuales y se les estigmatice imponiéndoles “terapias de conversión”, dicen que el cambio climático no existe por lo que defienden profundizar el extractivismo, la utilización de combustibles fósiles y la destrucción de la selva amazónica, defiende la privatización de la salud, la educación y de todos los servicios públicos, entre otros puntos igual de reaccionarios.
Es una derecha que se presenta como “nueva” cuando defiende valores del siglo XVIII, el culto a la tradición que tiene como slogan “familia, propiedad y religión”, los mismos que en México gritan “Viva Cristo Rey”, buscando imponer sus visiones retrógradas de la vida y del amor, siempre apelando (como buenos derechistas) al “orden natural”.
Es este supuesto orden natural con el que justifican y defienden la desigualdad y por tanto los privilegios de la minoría propietaria es algo común entre todas las derechas, desde las que se asumen “libertarias” o paleolibertarias, hasta las que se acercan más claramente al nazismo, al supremacismo blanco (como el Ku Klux Klan, ligado en los últimos tiempos al Partido Republicano), o al fascismo.
Esta es la derecha que intenta hacer pie en México, intentando apelar al fanatismo religioso y valiéndose de la reacción patriarcal que genera el cuestionamiento a los roles tradicionales de género o el avance de los derechos y el reconocimiento a la comunidad LGBT+.
Es una derecha a la que hay que combatir, conociendo sus argumentos y adelantándose a sus planteamientos, rompiendo sus relatos y confrontando sus ideas.
Esta “nueva derecha” apela a una idea populista de enfrentar a la “casta política” y acusa a quienes cuestionan sus posiciones retrógradas de ser parte de una conspiración mundial “progre-globalista”, algo similar a lo que decían los nazis en los años 30 acusando a cualquiera que defendiera cualquier derecho humano o los derechos laborales de los trabajadores de ser parte de la conspiración “judeo-bolchevique” internacional.
Aunque esta derecha acusa de comunistas a los gobiernos progresistas de la región (e incluso a representantes de la derecha) la realidad es que estos gobiernos “progres” han preservado también los intereses de los capitalistas en sus respectivos países, no obstante, claramente esto no es suficiente para los ultra derechistas congregados en esta reunión, ellos buscan terminar con todos los derechos sociales y laborales, en nombre de “la libertad” defienden un modelo donde la minoría blanca, heterosexual y propietaria, mantiene esquemas de contratación semiesclavos. Representantes fieles de la derecha.
Con la crisis que vive el capitalismo emergen este tipo posiciones, esto es expresión de la descomposición de este sistema y de la barbarie que viene con él. Ante ello es fundamental defender las ideas del marxismo revolucionario que tanto temen estos sectores, las ideas de la izquierda que no busca conciliar con el capital sino expropiarlo.
Lo que estos derechistas más temen es la unión de las diversas luchas contra la explotación y la opresión, es nuestra tarea coordinarlas: indígenas, campesinos, ambientalistas, mujeres, comunidad LGBT+, migrantes y negros, hay que unirnos bajo el liderazgo de la clase obrera para vencer la resistencia de los capitalistas y sus defensores. Ahí está nuestra fuerza para aplastar a la reacción, ahí está nuestra alianza.